Extra: Lan XiChen y Lan JingYi.

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Lan XiChen caminaba por los jardines del Receso de las Nubes. Sus túnicas blancas y los extremos de la cinta blanca en su frente ondeaban detrás de él.

La suave sonrisa en sus labios no ocultaba las bolsas oscuras debajo de sus ojos.

WangJi, su hermano menor, había dejado su reclusión impuesta después de enterarse de la muerte del Patriarca YiLing, Wei WuXian. Regresó con un niño pequeño y las heridas del Látigo de Disciplina abiertas y desgarradas.

Pero Lan XiChen sabía que la carne lacerada no podría compararse con el destrozo en el corazón de su hermano.

Lo confirmó cuando, hace unas semanas, su hermano bebió alcohol y buscó la flauta fantasmal Chenqing en su estado nebuloso.

Lan XiChen sintió que su propio pecho se quemaba cuando vio a WangJi con las manos empujando la barra acero y el símbolo de la Secta Wen marcándose en la piel de su pecho.

Lan XiChen debía cuidar de su hermano por las noches. Tocándole Claridad para alivianar el peso de las pesadillas, y curando sus heridas cuando las vendas blancas se manchaban de rojo y café.

El niño que trajo su hermano, era un Wen. Parte de los remanentes Wen que Wei WuXian protegió en YiLing.

Ese niño ahora era un Lan.

La determinación en los ojos de su hermano le dio la esperanza de que no todo estaba perdido.

Ver a su hermano asegurar el lugar del niño en la rama principal, enfrentándose a su tío y acunando al niño en sus brazos, Lan XiChen sintió que su hermano volvía a ser un humano.

Ya no era una marioneta a la que le cortaron los hilos.

Ahora era un padre preocupado por su hijo.

Eso era mejor. Lan XiChen no pensaba lo mismo que su tío. Lan XiChen no creía que su hermano hiciera mal al aferrarse al recuerdo de un hombre muerto, al punto de acoger al niño dejado por él. Porque eso era mejor que verlo hundirse en la miseria por ese amor.

Al menos, sabía que su hermano tenía esperanza, que había alguien que podría hacer que WangJi pudiera sentir, en medio de su búsqueda por ese amor que ya no está en el plano terrenal.

Lan XiChen salió de sus pensamientos cuando escuchó el sonido de madera chocando entre sí.

Sonrió al ver al niño que WangJi había traído.

Ahora un Lan de la rama principal. Con la cinta bordada con un patrón de nubes en su frente y las mejillas sonrosadas por el entrenamiento. El niño sostenía una espada de madera y ajustaba su posición antes de atacar una vez más.

Lan Yuan, cortesía SiZhui.

Era el hijo de su hermano.

Aunque su nombre de cortesía sería dado de manera oficial años después.

El niño que ahora tenía seis años había crecido bastante bien. Hace un par de semanas, había recibido su primera clase con el resto de los niños de su edad. Su tío había quedado impresionado por la rectitud y los buenos modales del chico, aunque no lo dijo directamente.

Lan XiChen se detuvo un momento al notar que el niño no estaba entrenando con los maniquís de madera, como había pensado.

Había otro niño con él.

El otro chico era más bajo, su cabello estaba recogido en una coleta y el flequillo le caía a un lado de la cara. Tenía una cinta con un bordado de nubes, indicando su posición como miembro directo del clan.

Regálame Orquídeas [LingYi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora