Capitulo 2

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Mierda mi cabeza me va matar y la luz que se filtra por la ventana solo empeora las cosas. 

Comencé a inspeccionar la habitación, esta no era mi casa y tampoco era mi pijama la que tenía puesta, miré a mi alrededor y me relajé cuando reconocí el cuarto de Senju, me volví a acomodar entre las almohadas y cobija, esperando el momento en que me dieran ganas de levantarme. 

Pasó casi una hora cuando me paré de la cama a paso lento y me dirigí al baño, tenía el maquillaje corrido y algo de vomito en el cabello. Abrí la regadera y me metí sabiendo que solo saldría agua fría, pero me siento tan asquerosa que necesito quitarme esa sensación cuanto antes, cuando estuve limpia me puse la misma muda de ropa y salí a la cocina a buscar algo grasiento que satisficiera mi apetito.

En la mesa había un plato con comida y unas pastillas que supuse eran para el dolor de cabeza, tomé mi celular que estaba tirado al lado del sillón principal, pero cuando encendió la pantalla se volvió a apagar estaba muerto, busqué un cargador y lo conecté mientras cargaba empecé a comer de mi desayuno.

Todo lo de la noche anterior estaba algo borroso, en el fondo no quería recordar nada y no me quise esforzar en hacerlo, porque sabía que si lo hacía todo me iba a doler otra vez y ni si quiera estoy segura del por qué.

Al fin había encendido mi celular, notificaciones de esto y aquello 32 llamadas perdidas de Hanma.

¡HANMA!

El muy imbécil me había engañado, ahora empezaba a recordar.

Su motocicleta, el fierro y el chico del tatuaje de tigre. Él me había traído aquí.

Ring, Ring.

No sabía si contestarle, pero conocía a mi novio y era persistente. Le pulsé al botón de contestar y le dije el sentimiento mas profundo que había en mi corazón.

-¡PUDRETE!- Le grité a la bocina y colgué.

Ring, Ring. Volví a contestar.

-¡Mierda Hanma! Déjame en paz- lo último que necesito es verlo, porque sé que cuando lo haga voy a verlo bailando con esa rubia, tocándole el trasero y probablemente diciéndole todas aquellas cosas que me decía a mi.  ¿En qué momento me tragué todas sus mentiras?

-¿Dónde estás?- Dijo en tono amenazador.

-No quiero verte- La voz se me quebraba y no me molesté en ocultar cuanto me había dolido, siempre me dice que me ama, que le encanto, que soy lo mejor que le ha pasado pero siento que solo lo decía para mantenerme con él.

-Nena escúchame, lo siento. No quería... no me importa la motocicleta. Solo quiero saber dónde estás- Se escuchaban ruidos de autos y voces de personas, seguro estaba en la calle.

-No quiero verte... Shuji yo te amo, pero tú a mi no, solo déjame sola.

-Si, eso ya lo dijiste- Su respiración agitada se escuchaba tras la bocina. -Podemos arreglar esto, yo solo te amo a ti.

-¡Yo no tengo porque arreglar nada, eso hubieras pensado antes de estar con aquella mujer!- Tocaban la puerta de la casa de mi amiga y era el mismo sonido que estaba de su lado del teléfono.

-Estoy afuera, abre o sabes que tiro la puerta- Hanma era capaz de eso y mucho más. Incluso con su pésimo carácter conmigo jamás fue agresivo, si estaba molesto se acurrucaba en mi pecho y me decía lo que lo había hecho sentir así, pero la situación no es igual a unos simples celos de que alguna falda corta le haya coqueteado o le mandara miradas indiscretas mientras estaba conmigo. Esto iba mucho más allá.

Abrí la puerta, viéndolo con su cabello revuelto y esos ojos naturalmente felinos que siempre me gustaron.

-Te lo dije por teléfono y te lo digo en la cara, ¡DÉJAME EN PAZ!

Hiba a cerrar la puerta pero puso su pie y entró a la casa poniéndome contra la pared y su cuerpo.

-Haré lo que sea que me pidas. Pero no me dejes por una tontería cómo esta.

-Esta no es una tontería, ¡me estabas poniendo el puto cuerno!

-Solo fue un beso, por la única persona que tengo sentimientos reales es hacia ti.

-Vaya forma de demostrarlo- Quería matarlo, arañarle esa perfecta cara y sacarle los ojos, ni siquiera todo eso se compara al dolor que tengo en el pecho y que crece a cada momento.

-Golpéame si quieres, si eso te hace sentir mejor pero recuerda estos cinco años que hemos estado juntos, nunca te he fallado.

-Hasta ahora- me crucé de brazos y volteé a otro lado, esperando que todo lo que vi la noche anterior solo haya sido un mal sueño y que Hanma nunca se le ocurrió engarme con alguien más.

-Mei, Anda haré lo que quieras. No más salidas a bares, dejaré lo que sea menos a ti- sus manos se pusieron en mis mejillas y recargó su frente con la mía. 

Sus palabras se escuchaban sinceras, si vino hasta aquí para pedirme perdón y confrontar su tontería significa que realmente me ama. Pudo haber sido el alcohol que él bebió ayer y por eso se le hizo fácil y tampoco se enojó por lo que le hice a su motocicleta porque debe de sentirse muy culpable.

A pesar de todo lo amaba y él tenía razón solo había sido un beso, en todo el tiempo que llevábamos juntos jamás le vi nada raro en su celular. No olía a perfume de mujer y mucho menos tenía marcas de besos en sus camisas o chupetones en su cuello.

¿Un resbalón de una noche?

-Te lo pido de rodillas de ser necesario- Se arrodilló -Mei, fui un estúpido, un descuidado que no sabe lo que tiene, por favor perdóname, prometo que no vuelve a pasar.

Dejé todo por estar con él y no puedo estar sin Shuji porque somos una pareja.

-Una más Hanma y jamás volverás a saber de mi.

Le dejé un nota a Senju despidiéndome y dándole las gracias por recibirme otra vez en su casa.

Nosotros regresamos a nuestro departamento en taxi, apenas si llegamos a casa él me puso la tina, me pidió mi comida favorita y se comportó de la mejor manera posible, volviéndose atento y mimándome en cada detalle o dándome lo que sea que le pidiera.

Tengo que confiar en él por el bien de ambos.

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