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Capitulo 30 🍋

No esperaba verlo en la puerta de mi casa y mucho menos a esta hora que no fuera por algo que no estuviera relaciona a Hana.

Que me dijera esas palabras era lo que tanto quería, pero no en estas condiciones, estoy en pijama, con los mocos de Hana pegados a mi hombro y pocas horas de sueño

Mientras él hablaba yo echaba pequeñas miradas a mi cuarto, esperando que Hana no lo escuchara o se despertaría y me costó mucho trabajo ponerla a dormir.

-Kazutora yo...- pero no pude decirle lo que quería porque la bebé se despertó llorando, suspiré un poco resignada a interrumpir el momento privado que estábamos teniendo. -Pasa.

-No quiero interrumpir.

¿Qué interrumpiria?

Solo estoy viendo televisión en mi cama cuidando que la temperatura de Hana no suba más de lo normal.

-No seas tonto

Hana pescó un pequeño resfriado después de que volvimos de la fiesta, es una niña prematura y los médicos nos explicaron que son más propensos a enfermarse, así que cuando le noté su nariz levemente roja y un poco más caliente de lo normal la llevé con su pediatra, nos recetó un jarabe y que la hidratara con suero, con eso sería suficiente para que mejorara.

Pero al ser una bebé llora para expresar que no se siente cómo normalmente suele estar.

Tampoco quise decirle nada a Kazutora para no preocuparlo, tenía todo bajo control, me sentía cómo una supermamá.

Cuando volví a la estancia Hana lloró aún más fuerte cuando vio a su papá, le estiró los brazos y por fin dijo su primera palabra, aunque fuera a medias.

-¡Ma!- Le dijo la bebé.

Kazutora la cargó y casi inmediatamente esas lágrimas de cocodrilo desaparecieron, debió escucharlo llegar y por eso se puso a llorar. Mi hija es una manipuladora.

-¿La nena me acaba de decir Ma?

-Eso parece...- me puse de puntillas y me acerqué lo suficiente al rostro de Kazu para darle un corto beso en los labios que no me pudo responder -Me preparé un café ¿Quieres algo?

-Un café por favor- antes de irme a la cocina me agarró de la nuca y me besó, pero sin ser muy atrevido porque nuestra hija estaba ahí.

En lo que preparaba el café, Kazutora se fue a la sala y prendió el televisor y se sentó mientras acunaba a Hana, yo me acerqué a ellos, puse la taza de Kazu en la mesa frente a él y me senté a su lado recargando la cabeza en su hombro y él puse se brazo en mi espalda.

La bebé dormitaba en su pecho, se le miraba más tranquila y relajada.

El sueño también me pesó y me quedé dormida en su hombro, podía escuchar la televisión de fondo y sentir el calor que desprendía Kazutora.

Me sentía tan feliz de estar con ambos, cómo debió de ser desde un principio.

-Mei...- Kazutora me sacudió -Ve a la cama, yo llevo a Hana a su cuna.

Me pasé las manos por el rostro, tratando de quitarme lo adormilada.

-¿podrías tomarle la temperatura a Hana? El termómetro está en su cambiador.

-Claro, linda.

En lo que él ponía a la bebé en su cuna yo fui a lavar las tazas, Kazu no había bebido nada, debió aceptar el café para poder quedarse con nosotras.