Capitulo 11

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Senju y yo estabamo empacando mis cosas en unas cajas que conseguí el día anterior, Takeomi, Haruchiyo y Benkei se encargaron de subir los muebles al camión y mi hermano se dedicaba a darles instrucciones pero sin ser una ayuda activa, decía que era demasiado bonito como para sudar.

Hanma no estaba presente como se lo había pedido y era un gran alivio, sabía que estando sobrio o borracho era capaz de hacer una escena enfrenten de mis amigos y no le importaría meterse en una pelea con mi hermanom

En poco menos de dos horas todas mis pertenecías ya estaban en cajas, dejaría todo lo que me recordara a Hanma, fotos, regalos o cualquier cosa que tuviera la huella de él.

En cuanto a los muebles a mi me pertenecía casi toda la cocina a excepción de los gabinetes.

Y también la cama, pero esa no la quería, sabrá Dios con cuántas mujeres se acosto ahí.

Antes de irnos me aseguré de que todo estuviera en el camión porque no me agardaba la idea de regresar por algo que se me haya olvidado y tener que verle la cara, regresé al edificio y cerré la puerta de la entrada para después quitar la llave del departamento de mi llavero y pasarla por la parte de abajo de la puerta.

Este mismo día por la mañana había llegado la sala y un pequeño comedor a mi nuevo departamento, cortesía de mis padres quienes insistieron en comprármelos como regalo de felicitación por haber terminado con mi novio.

Solo espero que mi mamá espere algunos meses antes de que comience a jugar a la casamentera para buscar un buen prospecto que a ella le parezca bien.

Meter los electrodomésticos a mi nueva casa fue más difícil de lo que creíamos porque no lograban ponerlos en el ángulo correcto. Sanzu se había desesperado y juraba que estaba a nada de quitar el marco de la puerta para que pasarán sin problema.

Después de mucho medir y probar distintos ángulos metimos los muebles que daban más problema.

Ahora tocaba la parte aburrida, acomodar todo lo de la cajas en sus lugares correspondientes.

Nos dividimos las áreas de la casa para terminar más rápido.

Cuando empaqué todo parecía que no tenía casi nada, pero mientras desempaco siento que hay muchas cosas innesarias.

Solo me quedaban un par de cajas con algunas cosas sentimentales  pero estaba tan agotada que solo las metí hasta el fondo en el armario.

Nos tumbamos todos en la sala nueva, esperando a recobrar energía pero estábamos tan cansados que hasta nos costaba respirar.

-¿Quieren fumar?- Sanzu lo dijo de la forma más natural, todos sabíamos a que clase de cigarro se refería.

Prácticamente era el diler de mariguana de todos los viejos de los Black Dragons.

De hecho fue con Sanju y Senju con quienes fumé por primera vez, recuerdo que me gustaba hacerlo porque era como ir en contra de todo lo que mi mamá pensaba de mí.

-Estoy muerto- Wakasa puso sus pies sobre mi nueva mesa de centro, si mi mamá lo ve seguro le da un Tic en el ojo -No veo porque no.

Sanzu sacó una cigarrera de metal donde tenía cuatro churros de mariguana. Sacó dos y los encendió, fumando él un par de veces.

Nos pasábamos los cigarrillos aguantando el humo y después dejandolo salir por la nariz, no era la primera vez que fumábamos todos juntos.

Cuando nos terminamos los cigarros me empezó a dar hambre y pedí unas cajas de pizza, mientras que esperábamos a que la comida llegara Takeomi fue a la tienda que estaba a un par de calles a comprar unas latas de cerveza

Me sentía en las nubes y eso también implicaba que tuviera mis emociones a flor de piel.

Me puse a llorar en silencio en un  rincón de mi nueva casa, pensado en mi estúpido ex-novio y en que yo estoy aquí sufriendo por él y Hanma ya debe de estar consolandose entre las piernas de alguien más.

Ya habían pasado más de veinte minutos y el repartidor por fin tocó a mi puerta.

Limpié mis lagrimas y le eché la culpa a la mariguana por mis ojos rojos y no porque le haya estado llorando al idiota.

Sanzu me acompañó a recibir nuestra deliciosa comida y mientras pagamos mis vecinos de enfrenten venían por el pasillo, ellos saludaron a Sanzu y él los invitó a pasar el rato con nosotros.

Según recuerdo Sanzu también estuvo en la pandilla de Mikey.

Chifuyu y Baji se pusieron cómodos apenas entraron a la casa, les ofrecimos cerveza y pizza, pero el único que no quiso alcohol, en cambio pidió un vaso de agua, yo me ofrecí a traerselo pero él insistió en acompañarme.

-Tu mudanza fue muy rápida- Se apoyó sobre la pequeña barra, no para de ver como scaba los cubitos de hielo del molde.

-No podía vivir por siempre con mi hermano y no pienso regresar con mis papás.

Solo de pensar en volver a mi antigua casa hace que recuerde los malos ratos que pasé con las absurdas reglas que tenía.

-Mejor para mi- Claramente me estaba coqueteando y me gustaba, hacía que no me sintiera tan mal por los múltiples engaños de mi novio... exnovio -¿Dónde está Sushi?

-Se debió de meter en alguna caja vacía, le gustan más que sus juguetes.

-Suele pasar con los gatos

Baji se asomó por el umbral de la cocina y le dedicó una seña obscena con su dedo medio a Kazu, creyendo que yo no lo había visto.

-¿Puedo usar tu baño?

-Adelante.

Esa distracción hizo que Kazutora aprovechara para acercarse a mi, tomó un mechón de mi cabello y lo olió.

Pero que raro se comparta ó será que aún estoy bajo los efectos de la mariguana.

-¿Fumaste mariguana?

-Un poco.

Solo me sonrío y puso una mano en mi cintura para empujarme de vuelta a la sala.

-Vamos con los demás.

Kazu tiene una extraña tendencia a invadir mi espacio personal, pero curiosamente no me incomoda o me parece intrusivo.

Este chico me intriga por todo lo que mueve dentro de mi.

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