Capitulo 7

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Cuando el taxi paró pude ver la motocicleta de Hanma en nuestro espacio del estacionamiento del edifico. Lo que significaba que estaba en casa.

Toqué el timbre de nuestro departamento, se encendió la bocina y de escuchó su voz.

-¿Quién es?

-Cariño, soy yo necesito que bajes a ayudarme con unas cosas.

Apenas si podía sostener las múltiples bolsas de cosas para gato más el pequeño animal que no paraba de maullar.

-Bajo enseguida.

No tardó mucho en llegar a la entrada del edificio. Se le quedó viendo un par de segundos al gatito que tenía en brazos.

-¿Y esa cosa?- No lo miraba con buena cara.

-Es un gatito, un michi cómo le quieras decir- Le puse la mirada más tierna de la que fui capaz.

Suspiró profundamente y negó con la cabeza un tanto resignado, algo que me gusta mucho de Hanma es que pocas veces me niega algo que yo quiero, por muy tonto que sea el capricho.

-Está bien, pero tú te harás responsable de cuidar a la bola de pelos.

Ni si quiera tuve que rogar, pero me sentí cómo una niña pequeña. Tomó las bolsas con las cosas del gato y con el otro brazo pasó su mano sobre mi hombro para ir a nuestro departamento.

Shuji dejó las cosas en el sofá y yo comencé a sacar algunas para que él animalito se fuera acostumbrando a ellas.

-¿Cómo se va a llamar?

Me le quedé viendo al felino, buscando algún nombre que le quedara, pudiera ser figaro, pero no creo que ese nombre lo represente.

-Tiene cara de Sushi- Dejé el gato en la camita que le compré, tomé un biberón que me dio Kazutora y le empecé a preparar su fórmula.

Me habían dando instrucciones específicas de sus cuidados, aún era muy pequeño y tenía que seguir todo al pie de la letra porque de lo contrario podría causarle algún problema a mi nueva mascota.

Volví al sillón y me acomodé a Sushi en las piernas, acercando la mamila a su hocico para que bebiera de su leche.

Hanmá se sentó a mi lado y no dejaba de hacer muecas de disgusto.

-Si tantas ganas tenías de tener un bebé podrías haberme dicho.

-¿Tú me hubieras ayudado?- Tomó mi rostro con una de sus grandes manos y juntó nuestros labios en un apasionado beso.

-Podría intentar- Se paró del sillón y se puso su chamarra que estaba en el puchero a lado de la puerta -Me tengo que ir nena, surgió algo con Kisaki. No me esperes despierta- se despidió con un beso antes de que pudiera decir algo.

Ambos se dedican a las bienes raíces y ellos se tienen que acomodar a los horarios de los clientes, por eso no tiene un horario fijo de trabajo.

Baji me había dicho que tendría que llevarlo dentro de tres meses para que lo castran y así evitar que intentara escapar cuando entrara en celo, además de que ayudaba a que el gato estuviera más tranquilo ya siendo adulto.

Después de que Sushi comiera lo puse en su caja de arena para que aprendiera a usarla.

Antes de ir a dormir lo revisé como me indicaron y me aseguré de ponerle una manta para que no pasara frío.

Pensé en subirlo a la cama conmigo pero no quiero despertar con regalos inesperados en mis sábanas.

Ya era de madrugada cuando escuché la puerta del departamento abrirse, era Hanma , se dejó caer en la cama ni siquiera se quitó la ropa de calle, me llegó un ligero olor a alcohol, no era extraño siempre que salía con Kisaki regresaba borracho.

Ya era de madrugada cuando escuché la puerta del departamento abrirse, era Hanma , se dejó caer en la cama ni siquiera se quitó la ropa de calle, me llegó un ligero olor a alcohol, no era extraño siempre que salía con Kisaki regresaba borracho

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Ya habían pasado tres días y solo quedaba fórmula para hoy, ya no era necesario que se la diera en la mamila podía beberla directo de su tazón, sino me la traían esta tarde yo misma la iría a buscar.

Me puse a hacer mis pendientes con regularidad pero ya para la media tarde el timbre sonó, fui a la bocina y presioné el botón.

-¿Si?

-Soy Kazutora.

Genial, ya me había ahorrado el viaje hasta el otro lado de la ciudad.

-¡Ah! claro pasa- dejé que Kazutora entraran al edificio.

Se escuchó como tocaban la puerta del departamento y abrí casi de inmediato.

-Adelante.

Llevaba una camisa de manga larga que se pegaba peligrosamente a su cuerpo, juntó con unos jeans negros y botas estilo militar.

-¿Dónde está el pequeño?

Volteé a ver en la estancia y al comedor, no parecía que estuviera cerca -Creo que está en mi habitación- Entré a mi habitación y lo vi acostado sobre la almohada de Hanma, era la primera vez que se subía a la cama sin ninguna ayuda, lo alcé y llevé con Kazutora. -Aquí está.

Kazutora lo tomó con sumo cuidado, rosando sus manos con las mías. Lo levantó a la altura de sus ojos y lo observó por un rato.

-Parece que lo estás cuidando muy bien.

Que poca fé me tiene, soy una adulta muy responsable.

-¿Dudabas de mi?

-Te conocí golpeando una motocicleta hasta que te cansaste- lo dijo con tono de burla.

Vaya tarjeta de presentación le di a Kazutora ese día.

-No era mi mejor momento, ¿Quieres algo de beber?-Mi mamá me enseñó a ser servicial con mis invitados. -Tengo cerveza.

Dejó a Sushi en el suelo y lo seguía con la mirada, viendo como mi gato jugaba de aquí para allá y corría libremente por todo el departamento.

-Agua está bien, no bebo alcohol.

Parecía el chico que tenía más de un vicio, fue una sorpresa descubrir que no tomaba.

Fui a la cocina y le serví un vaso de agua y hielos.

Estuvimos conversando un rato, casi todo lo relacionado a la pandilla que había formado en su adolescencia, tenía vagos recuerdos de eso, pero en esa época mi hermano dejó de pertenecer a su club de delincuentes y ahí le perdí la pista a la mayoría de los amigos de Mikey. Tal vez de ahí que él y Baji me fueran conocidos.

Era un tipo agradable que podía hablar casi de cualquier cosa pero sin llegar a ser aburrido.

Algo curioso de él fue que perteneció al Valhalla, pandilla en la que también estuvo Shuji, pero mi novio poco hablaba de ello y tampoco frecuentaba a los ex-miembros.

Es increíble lo cerca que estuve de él en mi niñez, aunque mi hermano tampoco dejaba que conviviera mucho con los pandilleros de la zona de Kanto.

Él prefería tener a todos los delincuentes juveniles lejos de mi.

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