Capitulo 12 🍋

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Ya había pasado casi el mes desde que Hanma y yo terminamos pero aún seguía llamándome o mandándome mensajes, era la tercera vez en esta semana que me llamaba en la madrugada estando borracho. Ya no lo soportaba más, no importaba cuanto lo quisiera, él no se iba por completo de mi vida.

Esa semana en el trabajo estuvo muy atareada pero al menos así podría mantener mi mente ocupada en otras cosas.

Regresé como cada noche a mi departamento, antes solía salir más seguido a fiestas, pero ahora debo reordenar mi vida e intentar otro tipo de rutina.

Cuando salí del elevador y caminé por el pasillo vi a Kazutora sentado en el suelo viendo algo en su teléfono.

-¡Hola Kazu!- Levantó su mirada del teléfono y me vio de pies a cabeza.

Tiene una costumbre muy peculiar que cuando me mira pareciera que intenta ver a través de mis ojos.

-¿Qué tal Mei?- me dejé caer a su lado, abrazándo mis piernas.

Era aún más guapo de cerca.

-¿Qué haces aquí?

-Baji trajo una chica y no puedo interrumpirlos.

Debe ser difícil compartir departamento con otros hombres. Al menos yo podía gritarle a Wakasa con toda la confianza cuando tomaba mis cosas.

Dudo que tener roomies sea algo parecido.

Me levanté del suelo y abrí por completo la puerta de mi departamento.

-Pasa, no puedo permitir que te quedes ahí fuera.

Él también se levantó, sacudió sus jeans y entró a la casa.

-Ponte cómodo- dejé mis cosas en el perchero al lado de la puerta y encendí todas las luces de la estancia -¿Quieres un refresco?

-Si por favor.

Él se sentó en el sillón frente a la televisión mientras que yo iba a la cocina por unas latas de soda.

Cuando se la di pude ver que llevaba algo de esmalte en las uñas.

-¿Quieres que las retoque?

-Seguro, estaré aquí por un rato.

Nuevamente me paré del sillón y fui a mi cuarto por el pequeño estuche de esmaltes que tenía, también agarre mi acetona y unos algodones.

Regrese con Kazutora, moje uno de los algodones y lo pase por sus uñas para quitar los restos del esmalte anterior.

-¿Qué color te gustaría?

-Algo con brillos pero que no sea tan llamativo.

Saque tres frascos de esmalte uno morado, un azul muy oscuro y uno color negro todos ellos con brillos.

-Quiero este- Agarro el frasco de color negro, apoye su mano sobre mi rodilla para empezar a pintar sus uñas, estaba muy quieto mientras yo le pasaba la brocha por sus dedos, cada que nuestras miradas se encontraban él me sonreía. Le quedaba muy bien el cabello recogido.

Después de varios minutos ya le había terminado las dos manos, nos pusimos a conversar sobre lo que habíamos hecho durante el día pero yo observaba cómo me miraba los labios.

-Si quieres besarme puedes hacerlo- le dije coquetamente pensando que no lo haría. Apoyo su mano en mi mejilla y se acercó a mi lo suficiente para que nuestras bocas se juntaran. Comenzó a mover sus labios y yo junto con él, poco a poco fue metiendo su lengua a mi boca mientras la exploraba.

El beso se fue haciendo más intenso hasta que termine sobre él. Las palabras sobraban en este momento, solo nos dejamos llevar por nuestros movimientos, tomé el dobladilló de su camisa para levantarla y quitársela. Tenía el cuerpo muy bien trabajado, pase mis manos por sus abdominales.

Kazutora hizo lo mismo pero con la pequeña diferencia de que a mi me dejó en ropa interior. Mientras nos seguíamos besando apretó mi trasero pegándome más hacia él.

-Mierda, no traigo condón.

-No importa, mañana tomaré la pastilla.

-¿Estás segura?

Yo solo asentí para seguir besándolo. Sus manos fueron subiendo hasta el broche de mi brazier y terminó quitándomelo.

Comenzó a bajar su cabeza hasta meterse uno de mis pechos en su boca, el calor de su boca se sentía tan bien, yo puse mi mano en su nuca para evitar que se quitara.

-¿Cama o sillón?

-En la mesa del comedor.

Se burló y Kazutora me tomó por las piernas haciendo que las enrollara que su cintura y me llevó hasta el comedor dejándome delicadamente sobre mi mesa.

Sin dejar de besarme me quitó mi ropa interior restante y abrió mis piernas para colocarse en medio de ellas, comenzó a hacer un camino de besos desde mi boca, cuello, pechos y llegando a mi entrepierna y hundiendo su cabeza ahí.

Podía sentir como movía su lengua dentro de mi dando pequeños círculos para estimular mi punto g. Apretaba mis labios con toda mi fuerza de voluntad para no gemir, pero él hacía que eso fuera imposible, estaba haciendo un maravilloso trabajo.

Seguía y seguía hasta que estuve a punto de llegar al orgasmo y termine mojándolo. Él salió de mi entrepierna.

-Sabes si no hubieras contenido los gemidos hubiera hecho un mejor trabajo- Eso lo miraba casi imposible.

Fue directo a mi cuello mientras con sus manos jugaba con mis pechos, lo necesitaba urgentemente, puse mi mano sobre su miembro.

-Kazu por favor te necesito dentro de mi.

Fue a mi boca para dejar un beso.

-Ya que insistes- se desabrochó el pantalón para podérselo quitar junto con su ropa interior.

Eso ni de chiste iba a entrar en mi.

Se acomodó en mi entrada y fue metiéndolo de apoco mientras eso sucedía yo gemía y el gruñía. Me sentía tan llena.

Puso sus manos en mi trasero aparentándolo y comenzó a embestirme, me sentía en el cielo con cada movimiento que daba.

-Ah... Kazutora.

El que gimiera su nombre solo servía para que se siguiera moviendo de manera más rápida, ya estaba llegando al orgasmo ahora el moño que llevaba se había soltado y el cabello le caía por la cara, sentí como mojaba su pene pero él aún no acababa, siguió entrando y saliendo por un rato más hasta que el también se vino dentro de mi.

Cuando termino dejo un beso en mi clavícula, aún me faltan el aire y las piernas me temblaban.

-Tengamos una cita- me sentía incómoda que me lo pidiera justo en la forma en que estábamos, ya que aún seguí dentro de mi.

-¿Me pides algo así después de lo que acabamos de hacer?

-Jajajaja... creo que es el momento más adecuado.

-¿El sábado estás libre?

-Por ti siempre estoy libre.

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