orate 丼 kookmin.

capítulo 070

—No podía negárselo —musité lo más fuerte que mi garganta me permitía, aunque sólo sonó como un susurro débil que casi se quedó flotando en el aire.

Te detuviste en un semáforo y me miraste con una ceja levantada, mirándome con sorna.

—¿De verdad? —tu pregunta sarcástica me hizo removerme en mi asiento—. ¿Qué tanto era decir «no»? ¡No es muy difícil!

—¡Era mi mejor amigo! —exclamé con desesperación, de verdad que no sabía cómo explicar lo que había acabado de hacer.

—Mejor amigo... —negaste con levedad tu cabeza, demostrándome que no me creías en lo absoluto. Yo ya estaba comenzando a enfadarme—. Te gusta, ¿no es así?

—Él no me gusta... —gemí débilmente, agachando la cabeza.

—¡Entonces no lo hubieses besado y mandado todo lo nuestro a la mierda, Jimin! —frenaste en seco frente a nuestra casa y la primera ley de Newton me impulsó hacia adelante.

—¡Se me confesó! —vociferé sin saber qué más podía hacer—. Se supone que es mi mejor amigo, el único que tengo. ¡Después de eso ya no podríamos volver a ser amigos! —te miré con la esperanza de que entendieras la situación, de que algo dentro de ti te haga reaccionar y ver que tenía razón.

Pero estaba muy equivocado.

—¿Y nosotros qué, Jimin? —yo tragué seco, sin tener la valentía de intervenir nuevamente—. Esto se acabó. Ya no podremos ni ser padre e hijo, ni lo que sea que teníamos —me miraste por última vez con dolor y finalmente saliste del auto.

Y yo simplemente me comencé a caer en pedazos.