capítulo 037

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Aquella noche no pude pegar ni un ojo.

En parte por la droga, en parte porque mi cabeza sólo se dedicaba a recordar aquella mirada que me habías dirigido.

Y nada me preparó para la otra mirada que me dedicaste cuando me levanté a eso de las siete de la mañana, porque el hambre que sentía era inmensa.

Salí de mi habitación, bajé las escaleras y me llevé la sorpresa de verte en el comedor, con una taza de chocolate caliente en mano y tu vista posada sobre mí de una manera tan fría y vacía, que por primera vez en lo que puedo recordar, no supe descifrar el sentimiento que me querías trasmitir.

Si es que querías.

Se te notaba cansado y ojeroso. Me sentí terriblemente culpable.

Al lado tuyo, había otra taza de chocolate y deduje instantáneamente que querías que me sentara y habláramos.

Mi corazón se agitó, mi respiración se cortó, sentí un vacío en el estómago que me hizo querer contraerme hacia delante, y comencé a sudar frío.

Suspiré como pude.

Pero no, no estoy preparado para la charla que se venía.

orate 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora