capítulo 050

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Los días siguientes fueron el acmé de nuestra relación.

La tensión sexual crecía en nosotros pero se sentía tan extraño e irreal que ninguno de los dos comentaba algo al respecto.

Pero se sentía. Estaba allí palpable en el aire.

Comenzamos a dormir juntos, pero nuestros besos no pasaban de simples caricias. Siempre ocurría algo que hacía que ambos nos detuviésemos y que, con una sonrisa incómoda y amargura en los ojos, nos acostáramos a dormir casi siempre en los extremos de la cama. Ya sea en la tuya o en la mía.

Dándonos la espalda.

Nuestra rutina cambió drásticamente; ya no me ignorabas y tu trabajo pasó a estar en un segundo plano. La mayor parte del tiempo la pasábamos entre nuestros brazos y piernas, envolviéndonos, mirándonos, sonriéndonos, durmiendo; o, en ocasiones, viendo una película.

Pero ninguno tocaba el tema de nuestra relación, ninguno quería especificar qué éramos realmente.

O puede que ninguno quería escuchar del otro la respuesta: «esto es enfermizo».

Porque, sí, mierda. Lo era.

Y ambos lo sabíamos, lo teníamos presente.

orate 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora