Dan.Nota: Por más que duela, al final resulta que sí logras seguir respirando sin ella.
Hoy, por primera vez en mucho tiempo, ya sé que hay un último día para todas las cosas, inclusive para el dolor.
El día de hoy, aunque no comenzó de la mejor manera o de la forma que yo haya querido que sucediera, ahora sé que existe una persona a la cual, solo llevamos unas horas de haber coincidido; y ya me hizo saber, que el dolor viene y va, y que los malos momentos no han venido a quedarse, sino que solo están con nosotros por un corto tiempo.
Hoy pude saber que ese dolor puede que, sí venga con fecha de expiración, era momento de darle un último día al dolor y me queda claro de que ese día al fin llegó, que no se nos pasen los días esperando mejores versiones cuando tenemos claro que, así como podemos darles un inicio a las cosas, también está la posibilidad de que exista un final.
Me di cuenta demasiado tarde de que llevaba mucho tiempo repasando aquellas viejas fotografías suyas, y los recuerdos sobre su última traición. Que cuando menos me lo esperé, me di cuenta de que estaban por dar la una y media de la tarde, no podía creer que iba terminar llegando tarde con Amber por el delito de haberme quedado rememorando cada falta cometida en el pasado de nuestra relación.
Bajé casi corriendo a tomar el auto para conducir lo más rápido hasta allá y me encontré con la sorpresa de que no tenía combustible.
Tuve la maravillosa idea de irme caminando hasta donde ella se encontraba, seguramente ya estaría casi por irse, no tenía un plan, pero en lo único que me centraba eran en alcanzarla.
Caminé y recorrí varias calles, hasta que me encontré con un barrio en el que jamás antes había estado, hermosos callejones, muchos edificios, restaurantes y algunos parques cercanos; el lugar era muy pintoresco, al seguir caminando mi mirada se centró en un lugar el cual parecía que iba a desbordar de flores, había grandes aparadores con cientos de tipos de plantas en su interior, el lugar era bastante rustico, tenía amplios espacios con enormes portones de desgastada madera y una hilera de flores adornaba la entrada del lugar, cuando en eso, miré el nombre del sitio.
"Gran Gardenia"
Es ahí, pensé.
Acababa de llover y las calles estaban resbaladizas. Iba caminando con sutileza mientras me acercaba de apoco tímidamente al lugar, como tratando de descifrar si Amber seguía dentro del establecimiento.
No tenía mi celular para mirar la hora, cuando en eso, una vieja camioneta color gris perla pasaba por la calle lentamente, fue en eso que la miré por la ventanilla de conductor tratando de buscar algo.
Me sentí en la misma sintonía de responderle con el mismo tipo de manía en el que ella; puso la confianza de su teléfono en mi chaqueta y si ella era una completa demente, quería acompañarla en su locura en esta historia.
Así que, caminé velozmente dirigiéndome hacia el gran coche y aun sin saber cómo lo llegaría a tomar, me subí a su auto sin siquiera repasarlo en voz alta.
Estaba asustada, emocionada, confundida, ¿tal vez molesta?, pero no estaba ni un poco arrepentido de la locura que había cometido.
Nuevamente sentí esa conexión que hacía mucho no apreciaba con ningúnotro ser humano, me terminó confesando por fin cuál era su nombre, le dije cuál era el mío también, y me quise hacer el presuntuoso al hacerle una invitación la cual no podría rechazar para compensarla después de haberla hecho esperar tanto.
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La Melodia al Oir Sus Ojos +18 [ACTUALIZANDO]
RomanceAmber es arrastrada a la abertura de una discoteca, donde conocerá a Dan, el guitarrista de la banda que pondrá su mundo de cabeza. El ritmo de sus vidas cambia cuando esta chica decide dejarle el móvil en la chaqueta con el pretexto ideal para volv...