6. ¿Destino o casualidad?

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Dan


Seguramente fue una de las mañanas más heladas de ese diciembre.

Seguía descolocado y no tenía cabeza para pensar en nada más.

Me levanté al fin dispuesto a recomponer mi vida y a darme una ducha caliente, ya que Amber me había dicho que venían muy bien después de un día difícil.

Abrí la llave del agua caliente y puse algo de música de momento en mi teléfono, hay días en los que no se necesitan palabras, solo unas cuantas melodías, ese día era uno de ellos.

La ducha siguió corriendo y cuando estuve listo salí a vestirme, tomé la primera sudadera gráfica que encontré y me senté frente al buró a componer.

Mi teléfono comenzó a sonar, lo escuchaba en alguna parte de la habitación, pero no lo encontraba, al final, lo hallé debajo de las sabanas.

     —¿Sí diga? —dije sin mirar la pantalla.

     —Dan... hola.

     —¡Hola! ¿Todo bien? —dije al reconocer la voz de Amber detrás del teléfono.

     Se quedó en silencio sereno por unos segundos y continuó.

     —Hace unos momentos... estuvo aquí, Dan... —no entendía nada.

     —¿De qué hablas? ¿Quién?

     —Frida, aquí, en la floristería...

     Me levanté de un salto y dejé de respirar por unos segundos sin poder asimilar lo que Amber me acababa de decirme.

     —Pero, ¡¿estás bien?!... ¿Te hizo algo? ¿Ahora qué demonios quería? —pregunté.

     —Flores Dan, quería flores... pero no pude evitar notar la manera tan desafiante en la que se dirigió hasta mí, no logré controlarme del todo, estaba muy molesta.

     Conocía a Frida, solo ella se tomaría el tiempo de ir hasta donde estaba Amber, porque sabía que para estas instancias de su vida ella ya la consideraba una amenaza.

No quería exponer a Amber a lidiar con personas como ella, estaba enterado de lo que era capaz de hacer, siempre hacia todo por salirse con la suya y no se detendría ni, aunque le jurara que entre Amber y yo no pasaba nada.

No entendía que hacía ella allí esa mañana, no tenía derecho de meterse en mi vida y que después de todo buscase perjudicar a mis amigos también.

No tenía cara para disculparme con Amber por el mal momento que la había hecho pasar, estaba avergonzado, me sentía culpable de alguna forma.

     —No tienes que disculparte por los desastres que va dejando tu ex... Dan, no te sientas responsable, mucho menos culpable, esto es mierda de ella... —me dijo Amber esa mañana para tranquilizarme.

     —Te lo pienso compensar.

     —No, está bien ya dejémoslo así...

     Siguió hablando, pero no quise escuchar, tenía que buscar alguna manera para tranquilizarnos y eliminar este mal capítulo, una algo atrevida, jugárnosla, pero ambos, para hacernos olvidar ese mal trago, porque sabía que la felicidad era cualquier ratito, pero con ella.
























Amber


Un día, así como cualquiera, coincides con alguien que te hace sentir, que no habías conocido nada:

Ese día Dan me hizo sentir así, y que así, con tantas diferencias, de repente ya teníamos una razón para conectar, porque sí, a lo mejor ya no concibo una vida en la que él, ¿ya no exista en la mía?

La Melodia al Oir Sus Ojos +18 [ACTUALIZANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora