Hoy fue un día... Divertido.
Al parecer te hiciste amigo de la niña Eri, tanto que quiso organizar una cita de juegos contigo y con Deku, pero él no se encontraba disponible, así que me invitaste, ella es muy tímida, pero se armó de valor para poder convivir conmigo porque a fin de cuentas era amigo tuyo.
Ella confía mucho en ti.
Fuimos los títeres de Eri por medio día, fueron horas que se pasaron volando (empiezo a notar que probablemente fuimos sus niñeras y no es que te haya invitado a jugar, pero todo es posible supongo), incluso pintó nuestras caras, ella estaba muy orgullosa de su arte. Eras un lindo gato con bigotes largos y despeinados.
También los peiné, a ella le hice dos trenzas y a ti media cola, admito que me gusta tu cabello largo. Y gracias por no preguntar porqué sé peinar el cabello.
Aunque bueno, en un momento jugamos algo, ni siquiera recuerdo con seguridad que fue pero Eri y yo compartimos esa competitividad en juegos y yo no sé manejar niños.
Pero ahí estabas tú, calmando a ambos con tu sonrisa y tu voz relajada. Tomaste control total de la situación y lograste que llegáramos a un acuerdo de paz.
Probablemente lucía muy vergonzoso estarme peleando con una niña que acababa de conocer, pero no era la primera vez.
Después de eso ella se aburrió de nosotros y los juegos, hizo un berrinche, quería jugar videojuegos pero Aizawa nos dijo que estaba prohibido, ella tenía un horario para eso y esa noche no era.
Quise chantajearla o darle comida para que se callara por un rato, pero me regañaste. Sí, me regañaste por querer hacer eso.
Dijiste que así no se hacían las cosas mucho menos tratandose de una niña y alguien tan vulnerable como Eri podía ser en momentos.Hablaste con ella, usaste palabras que ella entendió y dejó atrás el berrinche, no necesitaste de chantajes.
Después le enseñaste a hacer origami, ella hizo diez anillos de corazón y dos ranas, no puedo creer que haya aprendido más rápido que yo a hacer ranas, a mí me tomó una tarde entera cuando lo intenté por primera vez.
Cuando la noche comenzaba a llegar decidiste hacer el otro postre con el que no incendiabas la cocina; hot cakes. Ella los disfrutó, también yo.
Entonces llegó Aizawa, en cuanto tomó asiento al lado de Eri, ella comenzó a parlotear todo lo que hicimos en la tarde, y Aizawa pensó que la mayoría fueron actividades controladas y hechas por mí, pero no fue así y Eri lo dejó muy claro.
Aizawa dijo que deberías relucir esas habilidades siempre, sé que tu pecho se infló de orgullo al escuchar aquello.
Sé que verte hablar, jugar y consolar a una niña hizo que mi ser estuviera feliz, muy cómodamente feliz.
No dudo que así fue como tus padres te criaron, dicen que imitamos lo que vemos en casa, el ejemplo que nos ponen, y no dudo que así haya sido.
En el camino de regreso a los dormitorios me diste algo, me hiciste un anillo de corazón de papel, justo como los que le enseñaste a Eri.
"No se puede usar, es obvio pero... Me gustaría que lo tuvieras, lo hice para ti" Incluso podría jurar verte sonrojar, pero no quiero emocionarme de más.
Te aseguré que lo guardaría, te disculpaste porque no sabes si me quedaría, tanteaste el tamaño pero me encaja perfecto.
Lo tengo en un lugar especial, por supuesto que lo guardaré. Pero tampoco espero que eso me haga falsas ilusiones, ¿Verdad?
No es coqueteo ni parecido, ni siquiera te gustan los hombres, aaaah es un pensamiento ridículo.
Me pregunto qué pensarías si te enteraras de mi secreto.
Querido yo...
No te enamores.no te enamores más.
no te enamores aún más de su sonrisa.
no te enamores aún más de su cuerpo.
no te enamores aún más de sus ojos.
no te enamores aún más de aquél rojo falso en él.
no te enamores aún más de su inteligencia.
no te enamores aún más de su determinación.
no te enamores aún más de su amabilidad.
no te enamores aún más de su heroísmo.
no te enamores aún más de su valentía.
no te enamores aún más de su gran corazón.
no te enamores aún más de su amistad.
no te enamores aún más de sus habilidades.