29.◇

561 38 47
                                    

El sonido de mi corazón bombeando sangre retumba con furia en mi cabeza. Las imágenes se repiten una y otra vez en mi cabeza: el camino creado con sangre desde la puerta de entrada hasta el sector de la chimenea, las mesas de vidrio quebradas, el pantalón que ella llevaba roto en ambas piernas y tirado junto con su rompa interior en las gradas del sector de la chimenea, ese maldito olor a alcohol que enfema a cualquiera y provoca ganas de vomitar.

Las palabras de su sirvienta empezaron a sonar como pitillo en mi cabeza cuando la vi tirada como un animal herido junto a la poca luz que salía de la chimenea. Mil y un recuerdos con ella vinieron a mi cabeza de golpe, mil y un recuerdos que punzaron mi carne como mil agujas.

Mi garganta sigue ardiendo por los gemidos que salían de mi boca mientras sostenía su cuerpo entre mis brazos y le súplicaba que abriera los ojos. Sabía que aún estaba ahí, pero tenía miedo de que el dolor la hiciera rendirse.

Y ahora estoy aquí, en esta fría sala se hospital, con las manos cubiertas con la sangre de mi mejor amiga y la cabeza llena de neblina por el millón de pensamientos cargados de odio que vienen a ella. Mataré a su padre a como dé lugar.

-Familiares de la señorita Wilson...-levanto la cabeza del agujero que cree entre mis piernas y me levanto de golpe cuando veo que es el doctor que atendió a Nath cuando llegamos al hospital el que habla.
-¿Cómo está Nath?...-he empezado a llorar nuevamente ante las mil ideas que me hago de lo que pudo suceder en ese lugar si no hubiéramos llegado.
-Tiene suerte de estar viva y de que la hayan encontrado a tiempo, de haberse quedado un poco más en ese estado, habría muerto por la cantidad de sangre que perdió...-me divido entre el alivio y el terror de imaginar que si no hubiéramos llegado, mi mejor amiga estaría muerta ahora mismo y el hijo de puta de su padre no pagaría por sus crímenes.
-¿Hay signos de violación o de alguna actividad sexual?...-pregunta Gabriel de repente. Parece que las preguntas que yo tenía planteadas en la cabeza, él también las tenía.
-No encontré nada en los exámenes que le realizamos, pero por las marcas que tenía en sus muñecas y piernas, diría que su atacante tenía esa intención, pero al final no lo logró...-no dudo de que haya sido Nath la que luchó con todas sus fuerzas para evitar que ese maldito hiciera esa atrocidad.
-Se lo agradezco mucho...-digo con amabilidad a lo que él asiente con la cabeza y se retira. Necesito idear algo para acabar con ese hombre y tiene que ser ahora.

Mi cabeza maquina una y otra vez en las imágenes que vi cuando llegué a esa casa, en la escena tan atroz que vi y en como encontré a mi mejor amiga. Sentí que estaba en un matadero y no en una maldita casa.

-¿Cuál es el plan?...-dice él sacándome de mis pensamientos de golpe. Ahora no tengo cabeza para pensar en mi archivo ni en todos los asuntos en los que puede estar involucrado conmigo, ahora mismo solo quiero que me ayude a deshacerse del padre de Nath.
-Sé que este hombre es aliado de la empresa de su padre y que posiblemente se vengan problemas sobre usted si me ayuda, es por eso que me cuesta muchos idear algo en lo que usted me pueda ayudar desde las sombras...-esto se vuelve cada vez más difícil. Pero es un hecho que necesito su ayuda.
-No hace falta que piense en una cosa así, puedo ayudarla de cualquier forma que necesite...-eso dice ahora, pero estoy segura de que cuando su padre se entere de que esta intentado acabar con uno de sus aliados, no va a dudar de irse sobre su hijo.
-No deseo que su padre descargue su ira sobre usted, Gabriel...-se acerca hasta que entre nuestros cuerpos no queda ni un solo paso de distancia y me sujeta con delicadeza los brazos para acercar sus labios a mi oreja y así poder susurrar.
-Un muerto no puede descargar su ira sobre un vivo, Valeria...-alzo la mirada lentamente hasta clavarla en la suya. Me he quedado muda ante lo que ha salido de sus labios.-le aseguro que estaré bien...-mi cabeza esta maquinando nuevamente, pero esta vez en dirección a Gabriel y sus secretos.
-Creí que su padre estaba viv...-coloca un dedo sobre su boca y observa en ambas direcciones. No sé que demonios sucede aquí, pero no me agrada en lo absoluto.
-Hay cosas que es mejor mantenerlas en secreto, especialmente cuando hay máscaras de papel detrás suyo...-su mirada esta fija en algún punto detrás mío, pero yo no planeo girar mi rostro para comprobar que demonios está mirando.
-¿Cuántos secretos carga en su espalda que pueden poner en riesgo a los que lo rodean?...-una pequeña sonrisa se extiende en sus labios antes de bajar su mirada y clavarla en mi.
-Todos mis secretos son como sogas al cuello, sogas que todos los que se adentran en mi vida tienen que cargar si quieren mantenerse ahí...-esto se vuelve cada vez más oscuro y turbio conforme pasa el tiempo.-y solo para que quede claro...-acerca su boca a mi oído para susurrar la siguiente línea.-ahora mismo usted lleva todas las sogas en el suyo...-mi mente me hace verme a mi misma como si fuera un espejo y el reflejo que hay ahí es de una Valeria hincada en el suelo, con muchas cuerdas en su cuello y todas están sostenidas por unas manos que evidentemente no son las de Gabriel.

Mientras me lleva en su auto hacia mi casa, después de habernos quedado una hora más en el hospital, el silencio se hizo más lúgubre y estresante entre ambos. Siento que debo decir algo, pero me he quedado muda después de lo que ha dicho.

-No comprendo como es que yo llevo las cuerdas de sus secretos en mi cuello si no sé casi nada sobre usted...-ni siquiera se inmuta a contestarme algo. Este hombre es como una tumba cuando se trata de sus secretos y su vida.-casi parece que me hace responsable de sus secretos...-desearía que me dijera aunque sea una cosa sobre él, pero al mismo tiempo temo saber algo.
-Der Tod spielt in dieser Geschichte eine Rolle...-no sé que mierda significa eso ni que idioma es, pero no parece ser la respuesta que estoy buscando.
-Ahora se burla de mi...-malditos sean sus secretos, su historia, su vida y él. Odio haberme involucrado con él y odio seguir necesitado su ayuda, pero odio más el hecho de que no puedo odiarlo. Es como si algo en mi interior me impidiera sentir odio hacia él.

Una vez que detiene su auto frente a mi edificio, me desabrocho el cinturón de seguridad y abro la puerta con bruscamente para salir de este maldito pedazo de metal perfectamente cuidado. Aún hay muchas cosas que nos involucran y nos unen, pero luego de ello quiero que desaparezca para siempre de mi vida.

-La fiesta para mi hermano será en tres días y es probable que la ministra asista al evento junto a su hijo...-mi corazón da un vuelco enorme y comienza a palpitar con furia en mi pecho. Es probable que vea la cara de esa víbora en tres días.-le advierto desde ya que no puede hacer ninguna estupidez o de lo contrario la encerraré en el auto toda la noche hasta que termine el evento...-se acerca lo suficiente a mi rostro como si fuera a besarme, pero se detiene de golpe cuando la punta de nuestras narices rozan.-no arruine las oportunidades que se le dan en bandeja de plata...-hace el intento de alejarse, pero yo sostengo su camisa y lo hago mantenerse en su lugar. No parece sorprendido por ello.
-Percibo su miedo, Gabriel Stoker...-sus ojos grises no se despegan de los míos ni un solo segundo. Es hora de sacar mi carta maestra de la manga.-tengo mi soga atada a su cuello y a usted hincado frente a mí...-paso un dedo lentamente por todo su cuello con delicadeza. Había olvidado su nombre escrito en mi archivo y que la que tiene la ventaja aquí soy yo.-mi sangre hierve de emoción al saber que lo tengo bajo mi control y que si quisiera podría enviarlo directamente al infierno...-rodeo su cuello con una mano y acerco mis labios a los suyos, pero no lo beso.-pronto sabré la verdad y deseo verlo rogarme por un poco de justicia...-suelto su cuello y hago el intento de salir del auto, pero él adhiere sus brazos a mi cuerpo y acuesta su frente con delicadeza a mi hombro izquierdo.

*Latido* *Latido* *Latido*

-Es solo cuestión de tiempo hasta que todo se vaya a la mierda, si quieres salir ilesa, si quieres que no vengan tras de ti, vete de una vez...-esa voz desprende súplica, ira y dolor. Esa voz desea protegerme, pero no sé de que.

El calor de los brazos de Gabriel me han traído a una especie de recuerdo extraño sobre algo o alguien que me advierte de algo, pero no sé exactamente sobre qué me advierte. Es como si mi mente tuviera agujeros como colador y me impidiera saber la respuesta.

-No se meta en este infierno solo para hundirme...-giro mi rostro ligeramente y de inmediato sus filosos ojos se clavan fijamente en los míos. ¿Que mierda es esta sensación que siento en todo mi cuerpo ahora mismo? Es como si tuviera miedo o tristeza.-porque la llevaré conmigo sin dudarlo...-él no puede llevarme a ningún sitio porque yo no hice nada malo. Estoy más que segura que él desea espantarme para que no busque la respuesta a ese secreto, pero lo haré a como dé lugar.
-Usted no me da miedo...-su mirada se ablanda y me da una sensación de calidez, seguridad y paz. Es extraño como este hombre puede hacer tanto con sólo una mirada.

Desearía entender todo sobre él, desearía saber que pasa por su cabeza cuando parece atormentado por algo, pero siento siento al saber algo así, mi corazón caerá en agonía y sufrimiento por él. Alza su cabeza lentamente y acerca su boca a mi oído para susurrar la siguiente extraña línea en otro idioma: "Ich liebe dich, Valeria."

Tentación Prohibida. ♤ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora