42.☆[Un sueño extraño]

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Estar en esta casa en completa soledad es terriblemente insoportable. Sé que ahora mismo tengo muchas cosas que preguntarle, sean buenas o malas, necesito las respuestas a toda costa. Incluso si esas respuestas me van a romper en pedazos o me harán cambiar de parecer con ciertas cosas.

Me envuelvo aún más con la cobija y me hago un puño para ver si en esta posición si logro dormir aunque sea un rato. Para mi sorpresa, el calor de la cobija hace que me entre sueño y poco a poco descienda al mundo de los sueños.

*Latido*

El frío del congelador se adentra en mi carne con furia, mis piernas tiemblan con violencia y la impotencia que siento al verlo ahí tirado en un charco de sangre es terriblemente asfixiante.

Ese rostro malicioso se marca en todas las cavilaciones de mi mente y me recuerda una y otra y otra vez que su muerte fue gozada por un hijo de puta que apretó el gatillo en nombre de una bruja que se esconde tras la bandera de la justicia.

Cuando los hijos de puta se retiran, mi mente se nubla a una velocidad inhumana y sin importar los débiles intentos de mi madre por sujetarme para no seguirlos hacia el exterior del restaurante, me suelto de su agarre y salgo del cubículo helado en el que estuve encerrada en los últimos minutos de agonía de mi padre.

Me detengo frente a su cuerpo que aún está caliente y redacto en mi cabeza los acontecimientos que acaban de suceder: lo colgaron, le quemaron las puntas de los dedos, lo golpearon y le dispararon.

Giro mi rostro hacia la puerta por la que han salido todos estos bastardos y sin pensarlo mucho, comienzo a avanzar a paso veloz hacia esa dirección. Me encargaré de que la muerte de ellos contenga aunque sea uno de los golpes que le han dado a mi padre.

Avanzo a paso veloz y abro la puerta de vidrio con violencia. El maldito bastardo esta a poca distancia de mí, todos los demás están a su alrededor con sonrisas orgullosas en sus bocas y las miradas encendidas por el extasis de haber asesinado a un inocente.

Sé que debo pensar con cabeza fría, pero deseo reventarle la cabeza a este hijo de puta. Sin embargo, mi sentido común me grita que retroceda ahora mientras nadie me ha visto y salga cuando ya todos se hayan ido.

¡A la mierda todo! Tomo uno de los tacones que llevo puestos con mucha fuerza y se lo estampo al hijo de puta en el hombro izquierdo. El color de su sangre es tan rojo y estaba deseando verla desde hace rato.

Era de suponerse que la reacción que tendría sería de enojo, rabia y ganas de asesinarme. Sin embargo, cuando sus ojos se clavan en los míos, algo parece correr por su mente. El remordimiento le comerá la carne lentamente hasta que ya no quede rastro del hombre que fue alguna vez.

Los malditos a su alrededor se acercan y sujetan mis brazos con fuerza mientras uno de ellos me empuja una de las rodillas para hacerme caer sobre ellas. Cuando uno de esos hijos de puta me toma el cabello y lo jala con fuerza para hacerme la cabeza hacia atrás, me doy cuenta que todos ellos son capaces de matar a quien se les antoje, sin importarles el momento o el lugar, ellos lo harán sin chistar.

-No la toquen...-dice ese bastardo con voz firme. Tiene el tacón en su mano y su mirada fija en la mía.-es mía...-se hinca frente a mí para quedar más cerca de mi rostro y yo, como quizá él esperaba, le escupo en la cara. Acto que lo hace golpearme con fuerza la mejilla.
-Hijo de puta...-digo después de escupir un poco de sangre que me ha sacado su golpe. Desearía arrancarle la cabeza ahora mismo.
-Creí que no te vería por aquí hoy, Vale...-dice sujetando mi barbilla con una mano. Su rostro es angelical y por ello nunca lo creí capaz de hacer una mierda de lo que hizo.-dulce dulce ángel...-dice antes de clavar su mano en mi cuello con fuerza. Las lágrimas empezaron a descender sobre mis mejillas, pero lo único que sentía era felicidad de que quizá me iría pronto con mi padre.
-Te haré pagar por lo que le has hecho ahí dentro...-digo a media voz por la presión en mi cuello. Su agarre tambalea ligeramente, pero no cesa.

Siento que todo esta por acabarse. Estoy por morir y todo porque no puedo mantenerme callada ni quedita en un lugar. Quizá si no hubiera salido....Quizá si me hubiera dejado agarrar por mi madre....¡Mierda!

-Que estupidez...-esa voz. No es posible. Es solo parte del sueño. No es real. No es....No es....No.
-Oh vamos...-veo todo borroso por la falta de aire, pero definitivamente conozco ese parchón negro a poca distancia de mí.-solo me divierto...-el bastardo hijo de puta suelta mi cuello ligeramente y el aire vuelve a mis pulmones rápidamente. Mi sueño esta cambiando cosas que pasaron a cosas que jamás sucedieron.
-Cinco contra una no es ni remotamente divertido...-un segundo...Recuerdo ese momento. Recuerdo como me sentí cuando escuché su voz. Esto sí sucedió, pero no en el orden en el que me lo está enseñado mi sueño.-acaba con esta mierda para que podamos proseguir con la conversación...-cuando mis ojos se clavan en el parchón negro, me doy cuenta que ese rostro estaba entre los que asesinaron a mi padre. Se mantenía de pie a poca distancia de ellos, pero ahí estaba. Ese rostro es el único que olvidé en ese entonces y pertenece a Gabriel Stoker.

*Latido* 

Abro los ojos de golpe cuando siento que el aire se ha trancado en mi garganta. Estoy sudando a más no poder y siento que mi cabeza esta volando en este momento. Me siento sobre la cama y trato de calmar a mi corazón que esta desbocado en mi pecho.

He recordado algo que había enterrado hace mucho tiempo atrás, algo que me negué a ver en ese momento debido al miedo que sentía. Clavo la mirada en el sitio en el que se supone debe estar acostado Gabriel y mi sangre se hiela de golpe.

¡Hijo de puta! Es un maldito hijo de puta. Ese pedazo de mierda sabía quien era yo, sabía a quien había perdido y aún así me enamoró para que no desatara mi venganza contra él. Me mantuvo en la oscuridad por mucho tiempo solo por miedo a las consecuencias.

Me sujeto el cabello con rabia mientras hundo mi cabeza en la almohada para gritar con furia por el millón de momentos a su lado que me vienen a la puta cabeza. ¿Que puta mierda he hecho? ¿Por qué mierdas mi cabeza no me envió este recuerdo mucho antes?

Me quito la cobija y me levanto de golpe de la cama. Siento la pesadez en los pies y el infernal frío recorriendo mis venas con tanta furia que duele. Me acosté con uno de los que asesinó a mi padre...Traicioné a quien más amaba por estar ciega de amor.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras de dos en dos para irme de este sitio lo más rápido que se pueda. No deseo estar aquí cuando él aparezca nuevamente.

Cuando estoy abajo, me asomo con cuidado para comprobar que no hay nadie en su estudio y me alegro de saber que todo en el interior está apagado. Salgo de mi escondite y paso rápidamente frente a la puerta que se mantiene cerrada para ir directamente al ascensor.

-Valeria...-me detengo de golpe cuando escucho la voz de su nana. Si él estuvo ahí ese día, ella me lo puede confirmar.-¿esta todo bien?...-giro en mi sitio y clavo los ojos en ella. Estoy tan agitada y confundida que me debo de ver de la mierda.
-Tengo una última pregunta que hacer...-digo casi sin aliento. No planeo moverme de mi sitio para hacerla.-¿Gabriel estuvo en el restaurante el día que...-se me corta la voz de golpe por el nudo que se me ha hecho en la garganta. Temo por esa respuesta porque sé que me romperá en mil pedazos.-el día que mataron a mi padre?...-ella abre los ojos un poco más de lo normal y eso me confirma lo que temía. Claro que estuvo ahí.

Giro nuevamente y sigo avanzando hacia el ascensor para irme de una buena vez de este sitio. Jugó conmigo todo este tiempo y no le importó que mi vida estuviera en riesgo, él solo deseaba su propio bien y satisfacción. Como una tonta caí en el juego de los amantes con el jugador número uno de la ciudad y uno de los asesinos de mi padre.

Tentación Prohibida. ♤ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora