22.♤

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Su voz era un susurro cargado de necesidad, cargado de deseo, cargado de súplica. Fue en ese instante en el que el clímax estaba sobre nosotros, el calor se sentía aún más intenso que antes y el fuego se sentía en su mirada.

Deseaba que el tiempo se detuviera en esa sensación de él hundiéndose en mi, pidiendo por mi, queriendome a mi. Deseaba que ese momento durara más, pero no resistí y la oscuridad vino con el mejor orgasmo que jamás tuve.

-Valeria...-susurró cuando estaba por caer en un sueño profundo. Su voz me indicó su necesidad.-sálveme del infierno...-quería responderle algo, pero el sueño era más grande y simplemente me dejé hundir por completo en la oscuridad.

Secretamente le prometí que lo haría, que estaría a su lado, pero eso sólo se lo prometí a ese hombre que parecía necesitado y desesperado, no a ese que me tomó del cuello y desbordaba odio, amargura y desprecio. Ese no era el hombre al que deseaba ayudar.

Resistí a la perfección ese día cuando le dije que ya no estaría a su lado y no me arrepiento de haberlo hecho, pero tenía un sentimiento de dolor punzante en el pecho, como si conociera a Gabriel desde hace mucho. ¡Maldita sea! Solo fue un breve lapso de tiempo el que estuve a su lado.

Lo peor de todo es que los rumores de mujeres saliendo y entrando de su casa continuaron conforme pasaban los días, dejando el rumor de nuestra "relación" en el olvido. Una relación inexistente, pero en la que él parecía lucirse para que la creyeran.

Agradezco que los reporteros se hayan ido, finalmente dejé de huir de todos lados y pude caminar en paz por las calles, pero a la vez me sentí molesta de que no tengan nada interesante en sus vidas como para estar inventando cosas que posiblemente son ciertas, pero no del todo de Gabriel.

Me he dado cuenta que conforme pasan los días, las imágenes de él se vuelven como humo en mi memoria y gracias a ello he dejado de sentir ese dolor punzante en mi pecho. Es mi mecanismo de defensa.

Termino mis labores en la cafetería y tomo mis cosas para irme antes de que venga la lluvia. Esta ciudad es hermosa, pero su clima de todos los días siempre empieza con un sol precioso y termina con un aguacero que dura toda la noche.

Antes de salir y para prevenir un resfriado, me coloco el abrigo que me cubre hasta un poco más abajo de las rodillas. Siempre me pareció un desperdicio tenerlo, considerando que trabajo en un restaurante y puede ensuciarse, pero hoy agradezco tenerlo.

Avanzo unos pasos hasta el paso peatonal y aguardo a que el semáforo se ponga en rojo para poder cruzar. Mi vida ha empezado a volverse aburrida como lo era antes y por primera vez estoy agradecida por ello.

En el instante en el que planeo cruzar, la enorme pantalla de unos de los edificios cercanos se enciende y coloca la imagen del pedazo de basura al que odio con todas mis fuerzas. Hijo de puta.

Las gotas de lluvia empiezan a caerme encima, pero yo no logro moverme de mi sitio, no con esa porquería de imagen y el encabezado que tiene en enormes letras blancas. Esta mierda debe ser una broma.

Saco el teléfono de mi bolsillo, sin importarme las gotas que lo mojan ni que mis manos estén temblando desquiciadas por la rabia y le marco a mi madre. La otra vez no le pude decir una mierda por toda la cuestión de Gabriel, pero hoy no planeo detenerme ante nada.

-Habla Rowell...-dice cuando contesta a los tres tonos. Parece que alguien no tiene mi teléfono guardado.
-Me acabo de dar cuenta que aparte de ser una cobarde, también eres una inútil que no se puede mover más deprisa...-digo sin despegar la mirada de la pantalla. La maldita lluvia me esta empapando hasta el alma, pero aquí sigo de pie recibiendola.
-Valeria...-dice con mucha duda en su voz. Típico de ella.-no sé de qué hablas, pero ahora mismo no puedo atende...-una risa histérica escapa de mis labios ante esa mierda. Todo pasa frente a sus ojos, pero a ella le vale una mierda.
-Una vez que ese maldito sea elegido para ser parte del gobierno, nadie podrá tocarlo, ¿estás dispuesta a dejar que lo haga cuando estabas ahí viendo lo que hizo?...-el silencio es sepulcral del otro lado de la línea, por lo que me da a entender que tengo la puerta abierta para continuar diciéndole lo que deseo decirle.-dijiste que harías justicia, pero no lo has hecho y mi paciencia empieza a agotarse...-si no es que ya esta completamente agotada.
-No es tan fácil como crees, él tiene sangre azul en sus venas y puede mover los hilos a su gusto...-esas malditas escusas de pacotilla me ponen enferma y ella sabe que así es.
-El único hilo que ese hijo de puta movió fue el que le trancó el aire a un hombre inocente...-después de cinco minutos de pie bajo la lluvia, decido avanzar, pero hacia otra dirección que no es la de mi casa.-él dijo que la figura escondida detrás de la bandera de la justicia estaría hundida y tenía razón, pero también mencionó a todos los que estaban ahí, incluso a los que vieron y no hicieron nada...-eso me incluye a mí. No pude hacer nada en ese entonces para ayudarlo y sigo sin poder hacer algo.
-Esto no es cualquier juego de venganza, Valeria...-dice con voz firme y severa. Parece que se activó algo en ese cerebro de maní que tiene.-esto involucra a más de una figura de importancia y todos podrían venirse encima de ambas para arruinarnos la vida...-me detengo de golpe en media acerca ante el sentimiento de rabia y odio que me ha dado sus palabras.

Tentación Prohibida. ♤ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora