7.♧

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Cuando desperté a la mañana siguiente, creí que todo había sido un sueño o producto de mi imaginación pero en cuanto vi mi vestido de trabajo botado en el suelo, sin un solo botón y la mesa del comedor toda desordenada, comprobé que todo fue real. Había estado a punto de ser cogida por ese maestro del sexo, pero por obra de algún individuo, no se dio. ¡Maldición!

Ya hoy es jueves y sigo preguntándome porque carajo fui ese día con él y sus "amigos" a ese bar. Es que me pude haber ahorrado más de una calamidad pero tuve que seguir mis deseos y lo tuve que seguir. ¡Maldita concha! Ya sé que Gabriel Stoker es el sueño mojado de medio mundo pero no por eso debo seguirlo al mismísimo infierno para que me coja.

Lo peor del caso es que el martes salió su fotografía en las noticias de la mañana con un rumor nuevo y eso extinguió la diminuta llama de deseo que tenía hacia él. Es que es posible que tenga una enfermedad de tanto meter su enorme...jugoso...tremendo...¡ASH! Soy una alborotada que solo está pensando en su maldito pene.

No sé como me pasó por la cabeza tener una noche de pasión con él. Es que es lógico que ve más traseros que un inodoro y estuvo a punto de ver el mío. Que pendeja me vuelvo cuando dejo que mi concha decida las cosas.

Mientras preparo el pedido de mi cliente, el sonido de la campanita de entrada me advierte que alguien ha entrado pero estoy muy ocupada sirviendo el café y el pastel como para mirar quién es. Además, mi dulce compañera puede recibirlos con esa sonrisa que tanto la caracteriza y que resalta en un estadio lleno de gente (sé que se escucha muy claro mi sarcasmo), esa sonrisa que ellos merecen y que no los dejará con ganas de recibir la mía.

Cuando giro con el pedido de mi cliente en las manos, el cuidado que requiero para llevarlo hacia él y la amabilidad que se merece por la espera que lo hice llevar, mis ojos no pudieron evitar dar un largo recorrido directamente a esas figuras elegantes al final de la fila de clientes. Algo me gritaba que mirara en esa dirección y ya vi lo que es: Gabriel Stocker.

Puedo sentir como la barrera que vengo creando desde hace un par de días para evitar caer de rodillas frente a ese maestro del sexo, se cae lentamente. Se ve como un maldito pastel apetitoso y tremendamente delicioso. Controlate concha, controlate ya.

No sé como madre reaccionar cuando esté frente a mí, pero si sé que debo subir la cortina del control y no dejarlo creer que tiene la oportunidad de entrar en mis bragas. Aunque secretamente desee que lo haga.

Para mi sorpresa, mientras avanza la fila de clientes, él se separa de los hombres con los que está y sale de mi campo visual. Gracias al cielo y a todo lo que es bueno en esta vida. Es extraño como el alivio me invade con el simple hecho de que no tendré que ver esa intimidante mirada fija en mí.

-Vale...-giro mi rostro rápidamente hacia una Nath bastante apresurada y preocupada que acaba de entrar al restaurante. Por la forma en la que viene, puedo descifrar que necesita ayuda con un diseño sobre algún sitio.-a esta creación del infierno no le gustó ninguno de mis diseños...-le doy una mirada de disculpa al cliente que tengo frente a la caja y luego la miro a ella.-ayúdame Vale, te necesito...-esta tomando esa llave que tiene para convencerme de hacer lo que quiere.
-Basta, que vas a espantar a todos mis clientes si sigues hablando así de alto sobre personas estúpidas que odian tus fantásticos diseños...-me hace uno de esos pucheros que siempre terminan convenciendome de hacer lo que me pide y finalmente accedo con un asentimiento de cabeza. Ella sabe muy bien cómo adentrarse en mi cabeza.

Otra de mis compañeras (a la que le tengo más confianza y a la que puedo confiarle mi caja) acata mi señal y entra en nuestro sitio de recepción para cubrirme por un breve momento. Antes de irme, obviamente le di una mirada de odio y advertencia a Karen. Debo demostrarle quien manda en este sitio (aparte del jefe).

Tentación Prohibida. ♤ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora