36.☆

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Sentí la ausencia de su cuerpo a mi lado hasta que la luz del sol entró por la ventana. Es extraño como me acostumbro a tener a este hombre cerca de mí y como llego a necesitarlo en ciertos momentos.

Me incorporo lentamente de la cama, tomo mi teléfono de la mesa de noche y comienzo a caminar hacia la puerta para ir al piso de abajo a buscar al hombre que me cuidó durante la noche mientras yo lloraba hasta quedarme seca. Todavía siento su calidez por todo cuerpo, el sonido de su tranquilo corazón y la forma en la que me sostenía para darme a entender que él estaba ahí, que no me dejaría sola y que me protegería de todo.

Sin embargo, no tuve la necesidad de dar ni cuatro pasos hacia la puerta porque él estaba en la habitación, sentado en el suelo al lado de la cama, con los ojos cerrados y el ceño fruncido. ¿Por qué esta dormido en el suelo si hay una enorme cama a su lado?

Me acerco con mucho cuidado y en silencio para poder observarlo de cerca. Esta en la misma posición en la que estaba cuando lo sostuve en mis brazos en su estudio, pero esta vez está junto a la parte baja de la cama y no parece necesitar que le inyecten nada.

Me hinco a su lado con cuidado y observo con atención su hermoso rostro dormido. ¿Cómo puede un mortal tener tremenda belleza? Es que cada pequeño sector de su rostro es hermoso y tan delicado como el pétalo de una flor.

Deseo tocarlo, pero temo que si al hacerlo, abra los ojos y pierda la línea del sueño. Quizá sea mi imaginación, pero parece como si él casi no lograra conciliar el sueño por las noches o quizá solo me estoy haciendo una película en la cabeza sobre él.

Decido seguir el deseo de mi corazón y acerco mi mano muy despacio a su rostro. No parece sentir mi tacto, por lo que rodeo con delicadeza y con un solo dedo la perfecta línea de su labio inferior.

Observo con atención su rostro y de inmediato mi corazón se hace un nudo al notar que incluso en los sueños algo atormenta su mente. Muy por debajo de toda la imagen que todos tienen de él, de los rumores y fotografías, es sólo un hombre atormentado y herido, alguien a quien sí miras con atención, entiendes que busca huir de algo o de alguien.

Me asusto cuando mueve su cabeza ligeramente hacia el lado en el que me encuentro y su mejilla pega en la palma de mano. Que belleza hay en su rostro y que tormenta recorre su cabeza cuando él menos se lo espera. Una batalla entre la felicidad y el dolor se desata en su interior, ambos con deseo por tomar el control y siempre gana el dolor.

La cálida gota que se arrastra por mi mano me hace posar mi mirada en sus ojos. ¿Acaso........esta llorando? No, no puede ser. Gabriel es incapaz de llorar frente a alguien. Pero...en este momento no sabe que estoy frente a él ni que lo que mantiene aferrada a su mejilla es mi mano.

Muevo con delicadeza mi mano y me levanto en silencio del suelo. Este momento parece privado y algo que a él no le gustaría que yo sepa, por lo que debo disimular y olvidar todo para no preguntarle después.

Cuando salgo de la habitación, suelto el pesado aire que estaba conteniendo y trato de calmar a mi corazón. ¿Que demonios lo torturaba en sueños para que llorara? ¿Que sucede con él para que necesite que lo inyecten? ¿Por qué amaneció en el suelo y no en la cama q mi lado? Muchas preguntas que deben evaporarse en el aire.

Avanzo con decisión hasta la escalera y empiezo a bajarla rápidamente. Quizá su nana me pueda decir algo que me ayude a calmar esta ansiedad que siento al no poder hacer nada por este hombre.

Cuando termino de bajar las escaleras, avanzo a toda prisa a la cocina y gracias al cielo la encuentro ahí. Ella sabe la historia de Gabriel, sabe lo que le sucede y lo que no, así que ella debe decirme todo. Necesito saberla.

Tentación Prohibida. ♤ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora