40.☆[Parte III]

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No dejo de sentir un vacío tremendo en el estómago mientras avanzamos por la entrada del hotel en el que se realizará la cena de Damián. Este tipo de cosas no son para mí, nunca me he valido de mi dinero ni de la posición en la que me dejó mi padre, siempre he sido de trabajar, ganar las cosas con esfuerzo y continuar huyendo. Siempre huyendo.

Gabriel no me ha soltado la mano desde que salimos del auto y lo agradezco demasiado. De no sentir la ansiedad en su mano, habría salido corriendo desde el instante en el que mis zapatos tocaron el suelo del parking del hotel.

Cuando estamos frente al ascensor, aguardando a que las puertas se abran para ir al penthouse, poso mi mirada en él por primera vez en un largo rato. No me había dado cuenta que su cuerpo esta en posición de defensa hasta ahora; por la forma en la que su esta espalda erguida, tiene su cuello bien estirado y su mirada atenta en el lugar, me doy cuenta de su estado emocional.

-Gabriel...-digo en un susurro. Ni siquiera gira su rostro para mirarme.

Me asusta tanto verlo así, es como si fuera un robot, un muñeco manipulado con hilos al que le arrancan el corazón o el cerebro para que sea de una forma en específico. Las puertas del ascensor se abren y él me lleva hacia el interior para luego apretar el botón que nos llevará al penthouse.

-La mente es tan hija de puta a veces...-comienza a decir con voz cargada de enojo, rabia y tristeza.-es como un maldito mar cargado de misterios...-no entiendo a que se refiere, pero casi parece que delira. Es como si la razón se hubiera desconectado de su cabeza.-un día decide dejarte recordar y al siguiente bloquea todo en un chasquido de dedos...-dice chasqueando con sus dedos. Definitivamente esta delirando ahora mismo.
-¿No crees que el pasado forma parte de quien eres ahora?...-su mandíbula se tensa ante mis palabras y me da la señal de solo guardar silencio. No le tengo miedo a él, le tengo miedo al pasado que lo atormenta todo el tiempo.

Las puertas se abren cuando llegamos al penthouse y las ganas de llorar que siento aumentan cuando él me suelta la mano para meter la suya en su bolsillo. ¿Acaso no entiende que necesito el contacto con su piel para poder continuar?

Hago el intento de volver a sujetar su brazo aunque sea, pero los pasos de alguien hacen que él se aleje de mí aún más. Me cago en toda la puta. Trato de ocultar cuanto me afecta estar sin él mientras me acerco hasta donde esta la persona que ha venido.

-Bienvenido señor Stoker, lo están esperando...-dice la rubia frente a él. ¿Vino aquí solo a decirle esta mierda? Quiero matarla.-bienvenida señorita Rowell, espero disfrute su noche...-mis deseos de matarla se evaporan rápidamente en cuanto me doy cuenta que ella ha venido aquí a hacer su trabajo. Todos nos ganamos la vida de diferentes formas, no puedo querer asesinar a alguien solo por trabajar.

Un joven nos indica que lo sigamos por un extenso pasillo que de lejos parece estar lleno de puertas de diferentes habitaciones, pero cuando paso junto ellas, me doy cuenta que en realidad son ventanas enormes. Nunca en mi puta vida había estado en un penthouse, pero esas ventanas me resultan terriblemente exageradas.

-Acércate...-me dice Gabriel con tono severo y tenso. Este tipo se cree mi dueño y señor, pero se equivoca.
-Déjame aclarar algo...-digo acercándome lo suficiente para susurrar y que el chico que nos guía no me escuche.-no obedeceré tus putas órdenes como una de tus zorras...-nuestros rostros están tan cerca que puedo sentir su enojo saliendo de sus poros.-soy tu acompañante y la que finge ser tu novia, no una de esas mujerzuelas que se arrastra por el suelo para comer tu verga y satisfacer sus deseos carnales...-arrastro una mano por su abdomen y subo lentamente hasta quedar sobre el cuello de su camisa. Si quiero establecer algo, debo ser firme y clara desde ya. Lo jalo ligeramente hasta quedar más cerca de mí y que nuestros labios rocen ligeramente.-tratame como a una mujer de ahora en adelante o te mandaré a la mierda frente a todos ahí dentro, ¿entendido?...-digo en un susurro antes de soltarlo de un empujón. A ver si con eso se le aclara la puta cabeza.
-Si mi dueña lo desea, así será...-eso me baja el enojo que empecé a sentir de un pronto a otro. Es un estúpido que se la juega para reducir el enojo de los demás a cenizas.
-Lo deseo...-digo sin mirarlo. Da unos pasos hasta quedar frente a mí y con mucha delicadeza, me levanta el rostro por la barbilla.
-¿Tienes idea de lo excitado que me siento ahora mismo contigo estableciendo tu lugar?...-coloco mis manos sobre su pecho antes de ponerme de puntillas para que nuestras bocas queden más cerca. Me gusta tener el control de las cosas, pero cuando se trata de él, deseo perderlo completamente.
-No establecía mi lugar, sólo te recuerdo quién soy y lo que deseo...-enreda su brazo libre alrededor de mi cintura con fuerza y me levanta de un tirón para aprisionar mis labios con una mezcla de deseo, necesidad y duda.
-No hace falta que me recuerdes quien eres, yo sé perfectamente que a quién tengo entre mis brazos es al ángel del que me enamoré y al que jamás dejaré ir...-dice con la voz ligeramente entrecortada por la falta de aire. Ese beso me ha dejado en blanco completamente.-por más que ruegues o pidas ayuda, por más que te canses o te arrastres para que pare, jamás te dejaré ir, jamás te voy a liberar de mí...-eso enciende algo en mi pecho. Por supuesto que no me dejará ir jamás, me ha puesto la cadena en los pies desde el segundo en el que lo dejé entrar entre mis piernas. El calor de su infierno empieza a consumirme poco a poco y no quiero ni puedo encontrar una forma de salir de ello.
-Ahora mismo no sé quién está más atrapado en el otro, pero sí sé que no deseo ser liberada jamás...-bajo la mano hasta que queda encima de su corazón y puedo sentir sus latidos en la palma. Este es mi premio, mi recompensa y mi más grande deseo. Su corazón.

Tentación Prohibida. ♤ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora