19.♧

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Nota: Este capítulo tendrá partes ligeramente explícitas y que quizá no sean del agrado de todos, queda bajo tu responsabilidad el leer el contenido de este capítulo. Por favor, no comentar cosas ponzoñasas en mi contra o en contra de la novela.
Gracias.

La forma en la que empuja con lentitud su cadera para entrar y luego salir de la misma forma es embriagador. Todo en él es embriagador, pero esto es el doble, el triple incluso. Es que este hombre me ha hechizado completamente.

Sus manos sostienen las mías arriba de mi cabeza mientras el resto de su cuerpo se une al mío con un poco más de rapidez. No podría olvidar esta primera vez aunque quisiera.

Suelto una de mis manos de la suya y la acerco lentamente a su espalda para recorrer la línea de su columna con lentitud. Un escalofrío parece recorrer todo su cuerpo cuando lo hago, pero no parece temer a mi tacto.

Sus ojos se clavan en los míos, al tiempo que trae la mano que mantenía sujeta arriba de mi cabeza hacia la parte trasera de su cuello. Como si me fuera a mantener quedita en ese sitio con tremenda escultura pegada a mi cuerpo.

Arrastro la mano lentamente por la línea de su cuello, por su clavícula, por su tórax perfectamente amoldado y me detengo en su abdomen definido. Tiene el ceño fruncido, pero no parece molesto.

-Parece que ella se equivocó al decir que la lujuria y la curiosidad serían como una maldición que cargaría este cascarón...-esas palabras me llenan de confusión en un dos por tres. ¿De quién habla?
-Mintió...-digo casi sin aliento cuando él entra nuevamente con lentitud. Necesito que aumente el ritmo, va demasiado despacio.-más rápido Gabriel...-una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios ante mis palabras. Parece demasiado feliz de haber recibido mi petición.

No me importa si estamos en un estacionamiento, en un restaurante o en un palacio, necesitaba sentir a Gabriel de esta forma, necesitaba sentir que le pertenezco aunque sea por un momento.

La forma en la que sus ojos están fijos en los míos, como sus manos acarician cada parte de mi abdomen, pecho y cuello, como su empuje es un poco más rápido y me hace sentir algo extraño en todo el cuerpo, pero especialmente en el abdomen, ese algo que poco a poco me lleva a una jugosa sensación que me derriba en un ataque de gemidos y temblor. Nunca en la puta vida había sentido algo así en el cuerpo ni esa humedad por donde ha entrado su miembro.

Lo último que logré ver antes de que la oscuridad dominara en mi cabeza por el sueño fue la expresión de placer de Gabriel. Es curioso como una simple cosa me puede hacer sentir emocionada.

*Latido.* (A partir de aquí entraremos en el sueño de Valeria. Todo lo que esté en letra cursiva es su sueño).

La sensación de entumecimiento invade mi cuerpo con velocidad mientras mi mirada esta clavada en la escena que se desencadena a poca distancia del pedazo de metal en el que nos hemos escondido.

Su mano con barniz de uñas rojo se adhiere con fuerza a mi antebrazo para impedirme moverme. Esa repulsiva expresión de terror, caos e impotencia me da ganas de vomitar.

Coloco mi mano libre sobre la puerta de metal y lanzo una oración para que el cielo escuche mi petición de que lo salven del próximo golpe. No puedo salvarlo yo, pero sé que alguien vendrá y lo hará en mi lugar.

Como en cámara lenta, el bate se alza ligeramente en el aire y se dirige con rapidez directamente a su cabeza. La mano libre con el barniz de uñas rojo se adhiere a mi boca para impedir que el gemido ahogado y desesperado salga de ella.

Las risas de sus atacantes retumban por todo el cubículo metálico y yo sólo puedo observar desde la distancia como comienza a levantarse nuevamente del suelo para seguir resistiendo esta tortura. ¡Basta! Deja ya de moverte.

La exasperación que se refleja en el hombre del bate es tanta que decide cambiar su arma por un palo de hockey, al tiempo que una cuerda rodea el cuello de la víctima. Doy un paso hacia delante, pero ella me jala y me pega a su cuerpo para que no avance más. Me cago en la puta.

El resto de la cuerda rodea la enorme viga de metal del techo y cae nuevamente en las manos de un hombre con expresión de superioridad. Que alguien aparezca ahora...Por favor, por favor...¡QUE ALGUIEN LO SALVE AHORA!.

El tipo jala la cuerda y su cuerpo se eleva lo suficiente del suelo, pero no tanto como para ahorcarlo rápidamente. ¿Que mierdas quieren hacerle a esa altura?

Los tipos comienzan a golpearlo con los puños en el abdomen, costillas, espalda y en la parte baja de su cuerpo, pero él solo puede gemir del dolor. Tres tipos se amontonan en un semicírculo y encienden unos cigarrillos, para luego acercarse a él, con esas sonrisas estúpidas en sus labios y presionarlos en su brazo derecho. No puedo seguir viendo esto, no deseo seguir viendo esto, pero no puedo moverme de mi sitio.

Uno de los tipos prende la llama del encendedor y la acerca a la punta de uno de sus dedos. La forma en la que se remueve en el aire mientras las llamas queman sus uñas y su piel es insoportablemente doloroso. Los malditos hijos de perra solo ríen ante su agonía, pero no se detiene de seguir quemando todos los dedos de sus dos manos.

El maldito suelta la cuerda de un solo tirón y su cuerpo cae al suelo como un saco de boxeo. Sus ojos, que ahora parecen haberse oscurecido por el dolor y por la falta de aire, hacen contacto visual con los míos y yo le pido en silencio que no se mueva más, que ya no luche más.

Mi petición es ignorada y él se levanta de nuevo para encarar al que parece ser el líder. El hombre se acerca lentamente hacia él y hunde un cuchillo en el lado izquierdo de su abdomen. Mis ojos han perdido la capacidad de ver en blanco y negro, pero si logran ver el color rojo intenso que comienza a emanar rápidamente de ese sitio.

-No importa cuánto golpeen y dañen este tronco viejo...-sus palabras se cortan por la falta de aire y fuerza. Las lágrimas queman mis mejillas conforme descienden.-moriré tarde o temprano, pero hoy ustedes deben llevarle el mensaje a la sombra escondida detrás de la bandera de la justicia...-mi corazón se detiene por unos instantes y reanuda su marcha a un ritmo veloz.-todos ustedes se irán uno a uno a la mierda...-su valor, su fuerza y su rudeza quedan impresas en mi mente. La sombra escondida tras la bandera de la justicia no es otra más que esa maldita mujer cobarde que sigue órdenes como un perro.

La expresión de superioridad aparece en el rostro del hombre con el palo de hockey antes de dar un golpe, dos golpes, tres golpes, cuatro golpes, cinco y....Un disparo en la nuca. Me quedo en blanco mientras su cuerpo cae con rapidez al suelo.

Mis ojos se dirigen lentamente hacia esa figura vestida de traje que ahora empuña el arma que acaba de acabar con su vida. Ese rostro. Ese maldito rostro jamás podré olvidarlo.

*Latido* *Latido* *Latido*

Me levanto de golpe en medio de lágrimas, sudor y temblores. Ha sido el mismo sueño de siempre, el mismo maldito sueño tortuoso de siempre. Observo rápidamente toda la habitación y de inmediato caigo en cuenta que estoy en la casa de Gabriel.

Me bajo de la cama, casi sin fuerza y me siento en el suelo. Sujeto el celular con una mano temblorosa y lo coloco encima de mis rodillas porque mis manos pierden fuerza. Debo buscar el contacto de Nath y marcarle ahora.

Presiono el botón verde con el dedo tembloroso y lo coloco en altavoz mientras avanzo gateando por el suelo hasta la esquina de la habitación. El color rojo de su sangre aún brilla en mis manos y el olor a carne quemada de su brazo inunda mi nariz con rapidez.

-Hola solecito...-dice después de tres timbres. Siento mi cuerpo como un hielo.
-Nath ayúdame...-digo casi sin aliento. Mi corazón late con furia en mi pecho y no puedo controlarlo.
-Vale...-su tono de voz muestra alarma. Se ha dado cuenta de inmediato.-tranquila cariño, tranquila...-aprieto los dientes para evitar que el gemido escape de mis labios. Esta sensación es horrible y hace que sienta que mi estómago va a estallar.-todo esta bien, todo está bien Vale, solo fue un sueño, uno como los demás cariño, ya pasó...-mis manos tiemblan con furia mientras de mi boca escapa un gemido cargado de terror. Sí, ya pasó. Él ya murió.

Tentación Prohibida. ♤ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora