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—Abre
No dudé ni un segundo en pensar cumplir su orden. Saqué mi llave de repuesto, y la introduje en la cerradura rapidamente, abriendole paso a Luke para que entrara con Yoongi. Abriendose paso por la sala para dejarlo descansar en uno de los muebles más grande.
Cerré la puerta detrás de mí, y observé como se quitaba su saco para ponerlo en el brazo del sofá.
—Tiene fiebre, así que debemos quitarle esa ropa de inmediato. Ese cambio de temperatura tan drástico no le hace nada bien—me dice, arremangando las mangas de su camisa—En tu armario debe haber algo para él, hay que darle una ducha fría.
Me quedo quieta en mi sitio, observando cada movimiento de Luke.
Sus palabras revoloteaban en mi cabeza como avispas salvajes. Por supuesto, lo notó, ya que me observó en seguida con una sonrisa tierna en el rostro.
—Tranquila, voy a hacerlo yo, tú solo ve por la ropa.
—Está bien—respondo rapidamente, dandome la vuelta.
—Si, ajá—él hace un ademán para que suba a buscar un poco de ropa.
No me queda más remedio que obedecer, así que sólo me doy la vuelta y troto hacia las escaleras, llegando directamente hasta mi habitación.
Rebusqué en mi armario. No creía tener una ropa que le quede perfectamente, pero si había una pijama de ovejita negra que se estiraba. En seguida recordé que era de Jimin.
¡Gracias Jimin!
Que el pelinaranja se paseara por mi mente me hizo pensar en que no había revisado mi telefono para nada. De hecho, si Luke no lo hubiera recogido del suelo, lo más probable es que estuviera perdido. Era una descuidada de primera.
Ya les escribiré luego. La verdad no tenía cabeza para responder sus mensajes. Pensé que eso era lo menos importante ahora. Yoongi estaba enfermo, y por el momento era mi prioridad. Por eso tomé la pijama de Jimin y salí de mi habitación, llegando rapidamente al piso de abajo, en el living.
Luke no estaba, pero escuché la regadera del baño abrirse, así que lo más probable era que estaba allí.
—Aquí está la ropa—informo, dejando el mandado en el brazo del sofá de cuero negro.
