039.

249 27 6
                                    

capitulo trigésimo noveno

Hwan Hyesun.

En mi primera inhalación al despertar, mi campo de visión se deleita con el rostro blanquecino de Yoongi. Su boca está ligeramente abierta, y su cabello alborotado le da un lindo toque.

Inmediatamente acerco mi mano hacia él, y el primer gesto del día es acariciarlo con cuidado. Ante mi tacto sus labios rosas se cierran en un movimiento, formando una linea fina, y para mi mala suerte su cuerpo se gira hacia el otro lado, dandome la espalda.

Que despertar tan bonito; pienso, sonriendo para mí misma.

No recuerdo cuando fué que me quedé dormida. Yoongi mantuvo mi mano pegada en su rostro, y de vez en cuando acariciaba el dorso con su pulgar. Me mantuve observandolo detenidamente por horas, y ese es el ultimo vistazo que tengo de la noche.

Me remuevo en la cama. Quiero despertarlo, más considero que estaría bien dejarlo descansar un poco más, considerando los dias en los que no ha podido pegar el ojo. Por lo tanto, decido levantarme para darme un baño, apesto.

—¿Debería hacerlo aquí...?—
—murmuro, observando la puerta entreabierta del tocador de la habitación.

Detallo de reojo al pelinegro. Sigue dandome la espalda. 

Pienso en si es buena idea tomar una ducha en el baño de esta habitación, después de todo, él está dormido. Entonces sin pensarlo demasiado me adentro al pequeño cuarto para asear mi cuerpo, y podría saltarlo, pero aún conservo el olor a polvo y humedad de la casa de los padres de Yoongi.

Abro la ducha una vez me he quitado la ropa y procedo a lavarme. Quería lanzarle al chico dormilón el jabón en la cabeza por no poseer agua caliente, pero me serviría para espabilarme por completo.

Después de unas cuantas lavadas y restregadas en mi cuerpo procedo a enjuagar. Con ello termino la primera labor de la mañana. Envuelvo mi cuerpo en la toalla después de secar y camino fuera del baño para cambiarme. He dejado mi respaldo en la habitación extra.

Y les digo que si no fuera por haber apretado la toalla se me habría caido al darme cuenta de Yoongi se encuentra recién levantado mientras frota sus ojos, sentado en la esquina de la cama.

Mis nervios no son de acero. Admito haberme quedado hecha una estatua de mármol cuando sus ojos rasgados e hinchados se enfocaron en mi al momento de alzar la mirada. No esperaba que se despertara tan rápido, supuse que fue por culpa del ruido de la regadera.

¿Tendrá el sueño ligero?

—Buenos dias —susurro, y quiero abofetearme cuando me tiembla la voz.

¡No es para menos! El chico que me gusta está viendome casi en pelotas.

Yoongi parpadea lentamente, como si intentara enfocar la vista. Eso solo me pone más nerviosa, siento que mis piernas podrían dejar de responderme en cualquier momento. Es más, mi corazón bombea y oxigena tanta sangre que podría desmayarme, pero frunzo el ceño cuando él vuelve a tumbarse en la cama para dormir de nuevo, esta vez con el brazo colgando del borde de la misma.

No lo pienso más y aprovecho la oportunidad para salir corriendo de la habitación. En puntitas.

De nuevo, Min Yoongi pasa de momentos incómodos como mejor lo sabe hacer. Sin embargo, mi corazón aún late con fuerza. Siento que podría desprenderse de mi cuerpo para huir por si solo a alguna parte. Y más que eso: me siento avergonzada.

Suelto aire, cerrando la puerta con cuidado para luego pasarle seguro. Confío en Yoongi, pero no cuando está somnoliento. Podría pasar como Pedro por su casa.

Partner. » m.yoongi; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora