007.

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capitulo séptimo

—Mi challete, es tú challete.

Fruncí el ceño.

No supe a lo que se refirió Jin cuando entramos a la casa, o mejor dicho mansión.

Y yo que consideré el departamento bastante amplio.

Exploré el lugar sin moverme. Mis ojos se disparaban de aquí para allá, detallando cada detalle como lo era el color blanco de las paredes, el piso de madera brillante. Los muebles color beige en la sala, el gran plasma situado frente a ellos, la cocina y un sin fin de cosas más como lo eran las escaleras que daban al segundo piso.

Todo era hermoso, moderno, pero no exagerado.

Me gustaba.

—¿Escogiendo lo que vas a robar?—dijo alguien a mis espaldas.

Volqué los ojos ante las palabras de Yoongi y lo ignoré, no tenía animos de pelear.

—Más respeto, Yoongi—bramó Jin—, o te quedarás sin cena.

El pelimenta encogió los hombros en respuesta, caminó unos cuantos pasos hasta chocar con uno de mis hombros –por supuesto que fue a propósito– y llevó sus dos manos a la boca, haciendo un megáfono con estas. Lo miré extrañada, ¿Que iba a hacer?

—Y otra cosa—comentó el mayor sin voltearse—, no quiero que gri...

Sin embargo, un fuerte grito que aturdió mi cavidad auditiva interrumpió las ordenes de Jin hacia el menor.

—¡¡¡Kookie, hemos llegado!!!

Los hombros anchos del pelinegro se encogieron ante el vocifero.

—Serás...—murmuró Hoseok entre una pequeña risa que contagió a Jimin.

Me sobresalté al escucharlo tan cerca, pues aún me sentía incomoda por el intento del de cabello chocolate por intentar besarme. Y de nuevo, ¡Gracias Taehyung!

Esperen... ¿Kookie?

—¡Hyungs!

Todos giramos a la misma dirección; hacia la voz dulce que provenía desde las escaleras.

Un chico, alto, cabello negro, de tez palida y vestido con una pijama de pokemon se encontraba bajando las escaleras de manera hiperativa. Me enfoqué en sus piernas fuertes cuando saltó antes de llegar a los últimos dos peldaños y corrió a abrazar a Yoongi, ocasionando que este retrocediera unos dos pasos gracias al peso.

—¡Los extrañé tanto a todos!—admitió, claramente feliz.

—Nos vimos ayer—dijo Yoongi, con un semblante neutral pero sin soltarse del abrazo de su amigo.

—Una hora sin ustedes sigue siendo una eternidad—hizo un puchero, apartándose del pelimenta, pero sin ser agresivo o mal educado.

—¿Te sientes mejor?—preguntó, a lo que Jungkook asintió repetidas veces.

Parecía tener mi misma edad. A pesar de mostrar lo consentido que era –por ser el menor de todos– tenía un semblante de madurez y seriedad bastante notable. Él no pareció notar mi presencia, porque nuestros ojos no se habían topado aún.

—Jungkook, él es Hyesun—comentó Namjoon de repente.

Fue entonces, que los orbes del mencionado se encontraron con los míos.

Creí que iba a sentirme incómoda, pero no fue así. Me sentí tranquila, aliviada de que no se viera disgustado o molesto, tanto, que no me había dado cuenta de lo tensa que me encontraba al no saber cual sería su reacción al conocerme.

Partner. » m.yoongi; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora