015. - 0.1

1.5K 191 27
                                    

Capitulo decimo quinto.

Yoongi.

Moví mis dedos, sintiendo cada extremidad de mi cuerpo y alma relajarse.

El piano. Ese instrumento que puedes sentir tanto emocionalmente como física con cada sonido que emiten las teclas entre tonos blancos y negros. Expresa tus sentimientos, ya sea felicidad, tristeza, enfado...

Y yo sentía melancolía.

Seguí tocando, cerrando mis ojos y meneando mi cabeza de un lado a otro, aumentando y disminuyendo la melodía.

-Sueña-digo en inglés con el ritmo, pero al notar que no pegaba tanto con el fondo, me detuve.

Hice una mueca de disgusto, tocando las teclas de manera desordenada, haciendo un sonido un tanto desagradable.

Dejo mis manos caer sobre mis piernas, mirando al frente y sacudiendo mi cabello.

Estoy estresado. Muy estresado.

Desde que me enteré que Hyesun es una niña, las cosas se me complicaron demasiado, porque no me lo esperaba, siquiera sospeché que podría serlo. Sí había algo que no encajaba y me daba mala vibra, pero no esperé que fuera aquello.

Quizás no me molesta haberla descubierto, si no saber que estuve siendo un desgraciado con una chica.

Y de tan solo recordarlo, me da náuseas.

Mordí mi labio. Chupandolo y soltandolo repetidas veces mientras pensaba, porque lo último que quería era traerlo de vuelta a mi memoria. No quería ser como él.

Volví a tocar la misma melodía fuerte, eufórica, enfadada.

-¡Mierda!-gritó Taehyung.

Había visto rojo, no me había dado cuenta de él error que cometí, hasta que lo vi tendido en el suelo.

Hyesun estaba tirado, con la cabeza a un lado del último peldaño de la escalera que daba al segundo piso y me quedé paralizado, con la boca ligeramente abierta y la respiración agitada.

-¿¡Amigo, qué diablos te pasa?!-Jimin me tomó de los hombros, gritándome y sacudiendome en el proceso, pero yo solo me quedé mirando a mi compañero inconsciente en el piso.

-¡¡Yoongi!!, ¿¡te das cuenta de cómo estás llevando esta relación con Hyesun!?-creo que me habla Namjoon, no lo sé, me encuentro aturdido. No me esperaba reaccionar de esa manera-¡¡Lo has golpeado, coño!! ¿¡Sabes lo que puede hacer Luhan?! ¡¿Quieres que te echen, eh?! ¿¡Eso quieres!?

La voz de mi amigo era eco en mi cabeza.

Yo había golpeado a alguien.

Rompí una promesa.

-¡Namjoon! ¡Baja esa katana!

De repente. Un pitido comenzó a hacerse más y más fuerte en mis oídos, era tan tedioso que sacudí la cabeza, llevando mis manos a sus costados.

Me costaba respirar. No. No podía tener un ataque ahora solo por haber golpeado a ese monguito.

Sin embargo, dos manos cálidas se abarcaron en mis mejillas, haciéndome levantar un poco la mirada.

-Respira, estoy aquí-dijo, acariciando con sus pulgares mis mejillas. Hice ademán de moverme, pero su agarre se endureció, manteniéndome en mi lugar-Mirame, Yoongi. Estas a salvo aquí, conmigo, con Jungkook, tu hermano.

Partner. » m.yoongi; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora