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Hwang Hyesun.
Esto era extraño.
Demasiado.
Me quedé sentada en uno de los muebles de cuero negro mientras veía a los chicos intercambiarse un montón de papeles. Al mismo tiempo conversaban referente al tema de las canciones, se supone que debían organizarlas de nuevo.
Mi cuerpo estaba quieto. Creia en el refrán de "Si no me muevo no existo", pero sabía que no iba a funcionar, sólo que no sabía que hacer en ese momennto.
Una cita.
¡Yoongi me había pedido una cita!
Y yo le dije que sí.
No había dejado de pensar en eso desde ayer. Incluso no pude dormir, porque no le habia visto un indicio de una razón coherente para que me lo propusiera y estuve intentando hallarla durante toda la noche. Bueno, él me dijo que quería conocerme y verme como realmente era; una mujer, pero... ¿Para qué? ¿Qué le interesa a él eso de mí?
Quería decirselo, preguntarle, sólo que no me salían las palabras. Realmente me había agarrado fuera de base. No me lo esperaba. Por otro lado, yo era igual de culpable por decirle que sí.
Decirle que sí...
¿Por qué le dije que sí?
—Hyesun ¿Estás aquí?
Me sobresalto cuando observo a Hoseok cerca de mí, observandome como si fuera un bicho raro. Cuando nota mi sorpresa, sonríe, y se sienta a mi lado.
—Si, disculpame—hago una reverencia corta. Intento devolverle el gesto, pero me sale una mueca extraña que termina avergonzandome.
—No tienes que disculparte por todo ¿Sabes? Yo me pierdo también de vez en cuando—comenta, abriendo sus piernas de forma masculina.
Asiento, sonriendole con más calma por esta vez.
—¿Que tal todo con mi mejor amigo?—lo escucho decir, pero su tono de voz es bajito.
Supongo que se refiere a Yoongi. Que lo haya mencionado no me hace evitar querer verlo; él está concentrado en los papeles, con el ceño levemente fruncido y la lengua asomada.
—¿Por qué lo dices?—pregunto, sin despegarle la mirada.
Él le pasa una de las hojas a Namjoon, toma un lapicero y anota algo en una libreta, pero antes de apoyarse levanta la mirada hacia donde estoy.
Me ha pillado observandole.
¡Horror!
En seguida mi corazón late con fiereza, calentando el centro de mi pecho, lo que me hace romper el contacto visual inmediatamente. Hoseok suelta una risa nasal cuando nota que le he dado el cien por ciento de mi atención otra vez.
