Partner. » m.yoongi; BTS

006.

capitulo sexto

—¿Que canción es?—pregunté.

—Lie, la escribí yo—se señaló a si mismo, orgulloso de sus palabras, pero Jin le dió un pequeño golpesito en el hombro—¡De acuerdo! Namjoon me ayudó un poco

»Pero yo hice la coreografía, eh.

Sonreí ante sus palabras y respondí:

—De seguro es hermosa.—mentí, no quería espantarlo al decirle «Ya la vi. Te espié hace unas horas».

—Te la mostraré algún día.

Después de haber ayudado a Taehyung con su tobillo –ya estaba estable– me sentí un poco menos tensa, pero de igual manera no podía hablar de más. Sólo respondía con monosílabos y si decía palabras largas como las de ahora: ¡Vaya milagro!

Apoyé mis codos en las piernas e hice descansar mi mandíbula en las palmas se mis manos mirando a todas direcciones; era espacioso, fresco y blanco, muy, muy blanco a excepción del piso de madera brillante que le daba al lugar un aspecto más cómodo. Seguí barriendo el salón con mis orbes, hasta que, de manera inesperada se toparon con unos mas oscuros y de la impresión, me sobresalté en mi lugar.

Hoseok me miraba fijamente.

Y se había acercado demasiado.

—¿Hye, no?—preguntó, hincándose frente a mi.

No respondí, sin embargo, él en respuesta imitó mi posición; apoyó su codo en la rodilla e hizo descansar su mentón en la mano y luego, me obsequió una sonrisa sellada.

—Eres muy raro—Se acercó dos pasos más. Sentí las hebras de su cabello chocolate rozar mi frente— Y extraño.

Enderecé la espalda para mantenerme lejos y a la distancia alcancé a ver que me observaba con los ojos entrecerrados.

Será que... ¿Está sospechando?

Piensa Hye...

Tenía que decir algo para excusarme. No tenía ideas para demostrarle que formaba parte de su especie y que no había nada malo en mí, pero antes de que pudiera formular alguna palabra hizo algo que me congeló por completo:

Su dedo índice comenzó a acariciar mi mejilla, bajando hasta mi mentón.

Parpadee, perpleja.

¿Qué estaba haciendo?

—También...—ronroneó—tu piel es muy suave, no parece de un chico.

OH DIOS, TREINTA Y TRES DOCE.

ESCAPA, HYESUN.

—¿De que hablas?—pregunto, y titubeé tanto que me arrepentí te haber abierto la boca.

¡Tonta, tonta!

Su indice en mi barbilla me transmitió un cosquilleo en el estómago que no pasó desapercibido para mi vientre y su cercanía no me dejaba respirar de la manera correcta ¿A caso no sabía el significado de espacio personal?

—¿Qué harías si te beso ahora?—soltó.

Casi me ahogo con mi propia saliva al escucharlo decir aquello.

No.

Definitivamente ÉL no pudo haber dicho eso.

Sus dedos aprisionaron mi mandíbula, haciendo un poco de presión al rededor de la piel que cubría mis mejillas, causando que mis labios se fruncieran a su dirección.