Lo sé todo- Kim Younghoon

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Changminnie: ¿Te vienes ahora conmigo a la feria que han puesto en el muelle? Chanhee no quiere ir, dice que es una tontería y que huele muy mal. ¿Debería dejarle a Chucky en su armario? En fin, me da igual lo que digas, pasaré por ti en 15 minutos.

Y ahí estaba, en tu puerta con una sonrisa de satisfacción mientras te explicaba que había conseguido vengarse de Chanhee y que había salido todo como había planeado.

Esa sonrisa tan tierna (como diabólica, a veces) que te había cautivado, hasta que te dejó bien claro que solo buscaba tu amistad.

Saliste de tu ensimismamiento mientras te tomaba de la mano y te sacaba de casa.

-¡Vamos! ¡Que van a inaugurar la casa embrujada!

Estaba de más decir que no era de tu interés, simplemente, hacía mucho tiempo que no salías a divertirte. Además, un buen algodón de azúcar quizás, sería hasta capaz de endulzar un poco el momento.

Después de salir con el corazón en la boca de la casa embrujada, solo tú, porque Changmin parecía más contento que nunca, decidiste sentarte cerca de un puesto de bebidas mientras tu acompañante volvía a entrar a esa atracción tan terrorífica.

-No aunque me paguen vuelvo a entrar ahí- le dijiste mientras él desaparecía por la puerta.

Unos pocos minutos después, miraste hacia tu derecha. Había una pequeña cola para una "atracción", con un cartel muy roñoso en el que se podía leer: "Conoce tu destino aquí"

Con mucha curiosidad, te acercaste a ver de qué se trataba.

Era una pequeña cápsula en la que se encontraba un chico bastante guapo, aunque muy maquillado, dentro, que parecía hablar solamente cuando se introducía una moneda en una ranura en la parte frontal de ésta.

Con incredulidad, observaste a las personas que probaban suerte.

-¿Es que la gente cree en estas cosas?- dijiste en voz baja. Te costaba creer que las personas malgastaran dinero en algo así.

Igualmente, no tenías nada que perder. Habías recogido una moneda que se le había caído a Chagmin en la casa embrujada. ¡Esta sería tu venganza por hacerte pasar ese mal rato!

Llegó tu turno e introdujiste la moneda.

Enseguida el "adivino" se puso en marcha realizando una pequeña reverencia:

-¡Te doy la bienvenida! ¿Hay algo que te gustaría saber de tu futuro?- preguntó el chico. Su voz te parecía un tanto familiar, pero ignoraste esa sensación. Por otra parte, se notaba que era un buen actor, y seguramente, se esforzaba aún más al ser el típico estudiante desesperado que tiene que aceptar cualquier tipo de trabajo.

-Podrías decírmelo tú, ya que eres adivino.

-Hmm, bien. Estoy soltero.

-¿Qué? ¿Crees que me interesas?

-Shh... Veo algo venir- hizo ademán de que tenía una visión o algo así. Si en algún momento pensaste que era buen actor, se había ido todo por la borda.

-Estás haciendo un poco el ridículo...

-El chico con el que viniste- te interrumpió- no te conviene. No le interesas.

-¿Y tú qué sabes? - dijiste intentando ocultar la frustración.

-Veo el futuro- dijo muy satisfecho- Y... Uy, qué casualidad, me veo yo ahí también.

-Sí, ¿en la cárcel después de que te denuncie por estafar a la gente?- tu enfado seguía aumentando hasta que viste que se acercaba Changmin.

-¿Qué te pasa? - te preguntó. Tú ahora mejor amigo te conocía perfectamente.

-Este tonto, que engaña a la gente inocente.

-Oh- Chagmin se acercó más al adivino que parecía divertirse con la situación- JAJAJA ¡¿Younghoon?!- Changmin tampoco dejaba de reír.

-¿Younghoon?- la confusión se apoderó ahora de ti - Espera, ¿Qué?

-Uy, creo que el fantasma de la casa embrujada me está llamando. Os dejo solos- se fue Changmin con una sonrisa.

-¡Ji Changmin!-gritaste, pero él no se giró en ningún momento.

No querías quedarte a solas con Younghoon. Era tu compañero del taller de teatro. Siempre habías sentido una atracción por él, y él por ti. Lo sabías, pero sentías que no podías dar el paso aún por todo lo que habías pasado recientemente con Changmin.

-Te esperaré hasta que sientas que todo va bien- esta vez habló en serio y sabías que podías confiar en él.

-Espera, ¿Cómo sabes lo que pensaba?

-Soy un adivino, lo sé todo.

-Oh-, por favor, cállate- le dijiste de forma dulce mientras le regalabas una sonrisa de agradecimiento.

Sabías que de alguna u otra forma, Younghoon tenía que formar parte de tu futuro. No te perdonarías nunca el no dar el paso para ser feliz.

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