Como fresa y chocolate- Kim Sunwoo

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- Espero que no sea otro estafador. La última vez era un viejo, que ni dinero tenía...

Te encuentras pensando en voz alta en la nueva cafetería de la ciudad. Una de esas que tienen el estilo de los años 50, con carteles de neón y paredes de colores llamativos.

Estás esperando a tu nueva cita, un tal Kim Sunwoo que encontraste en una app de citas. No era para nada tu tipo pero se veía bastante atractivo en las fotos, aunque rara vez subía una foto de su cara completa. Casi siempre la tapaba con la capucha de una sudadera o salía de espaldas.

No solías fijarte en chicos así. Parecía todo lo contrario a ti. Él se veía serio, un poco creído y probablemente con una incapacidad de comprometerse a cualquier cosa seria como un trabajo o una relación.

Quizás, lo único que estabas buscando era una última experiencia para que nadie diga que no has intentado salir de esa larga temporada de soltería. El motivo definitivo para tirar la toalla.

Al ver que ya se retrasa por 5 minutos, decides pedirte un batido de chocolate. No valía la pena ir sin probarlo, aunque es verdad que hubiera sido mejor para tu bolsillo comprarte uno en el súper.

Justo cuando el camarero toma tu orden y desaparece en la cocina, aparece un chico alto y bastante guapo, con unos labios muy bonitos y la piel ligeramente bronceada.

Te das cuenta de que es él, y aunque los nervios al ver que también te notó te intentan dominar, le dedicas una sonrisa que demuestra el interés justo. O eso crees.

-Hola, soy Sunwoo- te dice mientras extiende su mano.

Te presentas, le devuelves el gesto y mientras toma asiento le dices:

-Pensé que ya no venías, así que me pedí un batido- dices seriamente.

-Lo siento, me había quedado dormido- sonríe- ¿Cuál me recomiendas pedir?

Toda tu decepción por su tardanza desapareció al ver esa sonrisa tan sincera. La imagen que tenías de él pareció esfumarse ante ese inocente gesto.

-Yo me pedí el de chocolate. ¡Está muy bueno, deberías pedirlo también!- le dijiste con ilusión- el de vainilla es demasiado dulce y el de fresa... bueno, no es nada especial.

-¡Camarero! ¡Tráigame un batido de fresa, por favor!- exclamó.

-¿Estás de broma? ¿Para qué me pides recomendación, entonces?- la confusión se hacía presente en tu cara y en tu voz. 

Sunwoo se limitó a reír y a asegurarte que ya entenderías sus razones.

Llegados los batidos, comenzaste a beber el tuyo rápidamente. La ansiedad te había dado mucha sed.

Sunwoo no dejaba de mirarte, como esperando a que dejaras de lado el batido para centrarte en él nuevamente. 

Cuando te das cuenta, ves que está muy cerca de tu cara.

Tu respiración se agita y de repente vuelves a tener sed, pero ya es tarde y los labios de Sunwoo, fríos por el batido, se unen a los tuyos dulcemente.

Puedes sentir cómo el sabor a fresa se une al de chocolate, creando la más sabrosa sintonía.

Cuando Sunwoo intentó alejarse, presionaste más fuertemente tus labios contra los suyos, sus labios sabor a fresa. Tenías hambre de él.

-¿No decías que el batido de fresa no era nada especial?- te preguntó con picardía.

-¿Lo has hecho a propósito, verdad?- contestaste. 

Sabías que quitarte su sabor sería imposible. Aunque tampoco lo intentarías.



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