A cepilla/peina el cabello de B

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Tsuna solía peinar sus cabellos en la mañana, solo después de mojarlo lo suficiente para que el peine lograra pasar sin hacerle daño. Era una especie de pequeña comedia que Reborn admiraba en las mañanas desde que empezó a cuidar de Tsuna por la cirugía. Era divertido en parte, porque siempre escuchaba quejas por algún mechón enredado de cabello que daba problemas.

—No puede ser tan malo.

—¿Quieres probar?

Tsuna le dio la confianza y el peine a Reborn, señaló sus cabellos revoltosos que nunca tomaban la forma que el castaño quería. Y obviamente el azabache aceptó el reto, porque quería demostrar lo equivocado que estaba Tsuna.

La emoción le duró treinta segundos antes de que tirara un poco fuerte y escuchara una queja, intentó de nuevo y se dio cuenta que aquel cabello no se comportaba bien ni con algo de crema o algún otro producto que encontró por ahí.

Escuchó a Tsuna reírse por largo rato debido a eso, y se sintió completamente humillado tras su fallo.

—No te sientas mal Reborn, muchos lo han intentado, todos han fallado.

—Encontraré una forma de domar tus cabellos.

—Suerte con eso.

Y entonces fue turno del castaño, quien solo extendió sus manos en señal de querer los implementos.

—Si no queda como me gusta, te reprenderé.

—Por favor, Reborn, solo quiero intentar. Si sale mal, lo arreglas después.

Reborn solo rodó los ojos, era justo después de los tirones que le dio al pobre castaño, así que sentándose en el suelo y dejando a Tsuna sobre un pequeño banco de por allí, esperó a ser jaloneado constantemente.

Pero no.

Sus cabellos fueron tratados con delicadeza, separados en pequeñas secciones que fueron desenredadas con los dedos y después con el peine que poco a poco se deslió por todas sus hebras negruzcas.

El cuidado que Tsuna le ofreció, fue sorpresivo.

—Tuve dos hermanos pequeños con el cabello difícil —sonrió Tsuna—, el tuyo es fácil a comparación.

—Y aun así, no puedes con el tuyo.

—Lo sé. La ironía —rio divertido.

Desde ese día, cuando hay oportunidad, Reborn deja sus hebras a cuidado de Tsunayoshi, para sentir esos dedos acariciar su cabeza con delicadeza, y percibir la sonrisa satisfecha de quien había completado el trabajo a la perfección.

Circunstancias coloridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora