Esta vida no es mía [Hunhan] TERMINADA

10. La conspiración del universo

— Después de casarnos, quisimos esperar para comenzar una familia — dice Luhan, atrapado en ese limbo en el que todos caemos cuando intentamos dar vida a la historia que vive nítida en nuestras memorias, pero se distorsiona con facilidad al ser puesta en palabras.

Sin querer presionarlo, pues estoy consciente de lo difícil que debe ser para mi chico el compartir conmigo una parte tan personal de su vida en este universo, aguardo paciente hasta que él mismo Luhan está listo para continuar y al cabo de unos cuantos segundos, obtengo una recompensa por mantenerme en silencio, al escucharle suspirar con demasiada pesadez y sacar fuerza de flaqueza para seguir su explicación. Cada palabra, no obstante, me atraviesa el pecho como si se tratara de un jodido puñal.

— Ninguno se sentía listo para convertirse en padre, así que olvidamos el tema y durante los primeros años no pareció que hubiera problema. Entonces mis suegros comenzaron a insistir, diciendo que un heredero era necesario no sólo por la empresa sino también porque cuanto más tardáramos, menos tiempo tendrían ellos para convivir con su nieto. Al poco tiempo, supongo que el reloj biológico hizo lo suyo, porque Chanyeol vino a casa diciendo que tras pensarlo con cuidado, había decidido que estaba listo para ser papá.

» Fue la primera vez que discutimos. Me molestaba que sólo porque él se sentía preparado para convertirse en padre, entonces yo también debía desear tener un hijo. Para él era fácil sólo llegar y pedirlo, no era su cuerpo el que cargaría con el bebé y ya había superado el miedo que yo todavía sentía porque realmente me preocupaba no estar listo para asumir esa responsabilidad y acabar convirtiéndome en el peor de los papás.

— Nuestro matrimonio se distorsionó un poco, pero mejoró al cabo de unos meses cuando, tras mucho pensarlo, logré convencerme de que estaba listo. Como dije, no es que no quisiera tener hijos, sólo me asustaba la idea de no poder hacerle frente a la paternidad. A él le fascinó que cambiara de opinión y juntos visitamos al médico para estar seguros de que todo en mi cuerpo estaba en orden. Acababa de cumplir los 30, pero el doctor dijo que podíamos intentarlo y fue lo que hicimos.

La voz de Luhan se apaga, algo en sus recuerdos le hace temblar y como me es imposible sólo verlo sufrir y no hacer nada para intentar confortarlo, tomo su mano con cuidado y entrelazo nuestros dedos. Unos segundos después, controlando como puede las ligeras sacudidas que acometen su cuerpo, mi chico vuelve a hablar.

— Hace ya dos años que intentamos, pero no importa lo que hagamos, las pruebas siempre dan negativo. Chanyeol está frustrado, se había ilusionado mucho con la idea de tener un bebé y que a cada día que pasa la idea se vuelva un poco más imposible... bueno, no lo culpo por estar tan enfadado conmigo.

— ¿Por qué tendría que ser tu culpa? — pregunto, sin poder contenerme — ¿Desde cuándo la infertilidad es sólo algo que les ocurre a las personas que pueden concebir?

Mi voz delata la rabia que me produce el estar escuchando que mi persona favorita ha llegado al punto de verse a sí mismo como a una especie de máquina averiada debido a su dificultad para concebir, cuando en una relación (sobre todo en un matrimonio) los logros y las dificultades son de dos.

Por como yo lo veo, se necesitan dos personas para traer al mundo a un nuevo ser, de modo que si algo falla en el proceso de concebir y el asunto se complica, bueno... ¿No se supone que por algo juras frente al poderoso que estarán juntos en la riqueza, la pobreza, la salud, la enfermedad, lo bueno o lo malo? Tal vez sea difícil aceptar que tu cuerpo es incapaz de hacer florecer una semilla, pero incluso si el estúpido orejón no padece de infertilidad, nada en este jodido mundo le da derecho a cargar toda la culpa a su pareja. Mucho menos, sabiendo que ser padre es algo que Luhan también desea y que al acusarlo de no poder quedar embarazado lo único que está logrando es que su marido...