12. Tu vida aquí

375 65 12
                                    

Debería estar gritando de felicidad, joder, es que incluso podría haberme echado a llorar de la emoción que me provoca estar sujetando la mano de Luhan, pero supongo que lo idiota no fácil se quita, pues en lugar de celebrar que la persona que amo ha buscado entrelazar nuestros dedos al obligarme a seguirlo, lo único en lo que puedo pensar justo ahora es en lo gracioso que resulta estar siendo arrastrado por toda la fundación, guiado por un ciervo emberrinchado que no hace más que refunfuñar.

Hay que admitir que el lugar es enorme pues ni bien atravesamos el vestíbulo y nos internamos al laberinto de pasillos que se extienden en el interior, se me ocurre que de haber tenido que recorrerlo yo solo simplemente habría renunciado a encontrar nada de lo que estuviera buscando. Por suerte para mí, Luhan viene conmigo y como él sabe perfectamente a dónde conduce cada giro y cada puerta que me hace atravesar, es sólo cuestión de tiempo para que terminemos encontrando el auditorio.

El montaje para la función ya ha comenzado, así que por todos lados puede verse personal de la fundación intentando conseguir que todo quede en su lugar. No se les nota tan desorganizados y desastrosos como Rosé insinuó, lo que me hace pensar que quizás lo expresó así para deshacerse de mi chico, pues salta a la vista que Luhan no es de su agrado y si me preguntan, yo diría que seguro es así porque mi chico es la personificación de la mismísima perfección y bueno, esa no sería la primera en sentirse algo opacada al compartir este planeta con él.

— ¿Bonito, cierto? — me pregunta Luhan, al reparar en la atención que estoy poniendo en el lugar.

No tardo en asentir con la cabeza y voy a comentarle que todo acá parece muy mono cuando me giro y al hacerlo, tiro inconsciente de nuestras manos que todavía permanecen unidas. Avergonzado por esto, Luhan me suelta haciéndome sentir algo... vacío.

— Lo siento, no quise tironearte hasta acá.

— No hay problema, fue divertido — admito, esforzándome para no dejar entrever la desilusión que me provoca no poder seguir tomando su mano — Entonces, ¿qué hay que hacer?

La mirada brillante que me dedica me convence de que a Luhan realmente le agrada tenerme aquí, sobre todo si estoy más que dispuesto a seguirle la corriente en lo que sea que quiera hacer. De repente, nos encontramos yendo y viniendo a lo largo de todo el lugar. Luhan parece conocer a todas las personas que trabajan en el teatro, pues una vez establece contacto y pone manos a la obra, me obliga a ir tras él, siempre saludando a los empleados que se cruzan en nuestro camino mientras llevamos cajas con decoraciones, ayudamos a terminar de acomodar la utilería o nos aseguramos de que los refrigerios para los niños estén en la mesa asignada, en el pasillo de la entrada.

Una hora más tarde o algo así, estamos terminando de acomodar unos cartelones frente al teatro cuando noto como las personas que parecen ser los meros-meros de estos rumbos, se reúnen en un enorme círculo al extremo del pasillo. Visten como si en lugar de una actividad infantil esto se tratara de una gala de cine y de vez en vez, me doy cuenta de que miran en nuestra dirección. Sólo que no se fijan en mí, sino que su atención está puesta en... Luhan. ¿A qué viene el desdén y la aparente repulsión con que lo observan?

No es como que me agrade recordar el estado civil de mi chico (de hecho, intento no hacerlo para no sentirme tan miserable), pero sabiendo que Luhan está casado con el que debe ser el socio principal de esta fundación, ¿no debería ser respetado y alabado por la bola de buitres que en lugar de admirarle como si fuese un maldito dios, se atreven a recorrerlo como si fuese el objeto más corriente y vulgar que hayan visto jamás?

— Nadie entiende cómo sucedió — murmura Luhan, a mi lado, de esa forma en que me indica que sabe perfectamente en lo que he estado pensando — Siendo el hombre que es, muchos piensan que Chanyeol debería estar con alguien de su misma categoría, así que no comprenden ni menos aceptan que el dueño de una empresa como la de los Park, haya terminado por elegir como marido a un hombre como yo.

Esta vida no es mía [Hunhan] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora