21. ¿Estaremos juntos en el futuro?

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No es que me queje, realmente, pues haber tenido la fabulosa idea de visitar a mi madre, en lugar de permanecer en el campus y dedicarme a la pila de deberes que se han acumulado sobre el escritorio de mi dormitorio, no ha sido para nada un desperdicio de tiempo o energía. Al contrario, se siente bien estar en casa después de varios meses atrapado en la universidad, aunque admito que, quizás, debería haber llamado a Han Ah para avisarla sobre mi visita, en lugar de querer sorprenderla y terminar siendo yo el que se llevara la sorpresa.

Según me dijo cuándo le llame, intentado no delatar que me encontraba en su casa y no en los dormitorios de la escuela para no presionarla y obligarla a volver de donde sea que estuviera, mamá no cree posible que su único hijo sacrifique uno de sus valiosos fines de semanas libres para volver a su hogar, cuando podría estar gozando de ser un joven con tiempo, energías y quizás un buen dinero para salir y divertirse con sus amigos. O como ella dijo rescatar las viejas costumbres y cortejar como se debe a un angelito como el que tienes a tu lado.

Pensar en que mi madre adora al chico con el que he estado saliendo desde hace casi tres meses hace que me convenza un poco más de que lo mío con Luhan ha venido a darse porque así era como estaba escrito en las estrellas, razón la cual es imposible no sentirme un poco molesto ante la falta de oportunidades para presentarlos formalmente. No es como que en todo este tiempo no haya querido reunirlos, sin embargo, la falta de tiempo y que los horarios no coincidieran (justo como pasó hoy) han vuelto un poco difícil el organizar un encuentro.

Viendo lo apachurrado que estaba porque esta no fuera la ocasión en que mi madre al fin conocería el rostro del chico que me trae loco de amor, Luhan pasó la tarde intentando animarme, primero pidiéndome que le enseñara la casa y mi antigua habitación y a la hora de la cena, diciendo que todo lo que habíamos comprado para preparar una rica comida no tenía que terminar en la nevera. Con suerte y me refiero a que no devores todo lo que haya en la mesa, todavía quedaran guarniciones para cuanto tu madre vuelva, me dijo.

A mi mejor amigo siempre le ha causado verdadera gracia que sea un asco en la cocina, pero desde que salgo con Luhan y mi chico se ha encargado de presumirnos sus excelentes habilidades culinarias, bueno, ya apuesto que Jongin se ha estado retorciendo en sus celos porque ahora tengo quien consienta a mi barriga y a mi corazón. Pero no importando lo buen cocinero que sea mi novio, dejar que mi ciervo haga todo sería algo no sólo aprovechado sino también ridículo, por lo que mientras él cocinaba yo hice algo de limpieza y luego puse la mesa.

Justo como todas las comidas que me ha preparado desde que salimos, incluidos los almuerzos que en ocasiones llego a compartir con Jongin porque el solterón merece algo de cariño hasta que consiga una chica que pueda mimarlo como se debe, la cena de esta noche no podría ser más deliciosa, razón la cual no es extraño que casi termine haciendo un berrinche cuando mi novio me prohíbe servirme otro plato. Según él, esto debe alcanzar también para mamá, pues ni modos que nos alojemos en su casa y comamos lo que inicialmente le habíamos traído y ni siquiera la dejemos probar algo.

Una vez recogemos y lavamos los platos, le propongo a Luhan que veamos una película en la sala y aunque nos toma un rato decidir entre una comedia romántica o una de suspenso y terror, al final dejamos correr al siempre entretenido Shrek. Nos divertimos mucho viendo el filme animado, pero la verdad es que no llegamos a disfrutar del final pues bromeando sobre que Luhan es parecido a Fiona, por aceptar salir con un tonto, medio bruto y que sólo sabe pensar en comida, música y él, la caricatura pasa a un segundo plano en el momento en que mi novio se gira y busca mis labios, mi boca del todo obediente cuando de besarlo se trata.

En cuestión de segundos, lo que comenzó como un simple beso comienza a subir de tono y cuando menos cuenta me doy, tengo a Luhan a horcajadas sobre mí, sus labios devorándome la boca, mis manos esforzándose para no dejarle caer y las suyas... joder, pero si es que mi chico parece a decidido a aprovecharse de mí esta noche, pues ni tardo ni perezoso como él suele ser, siento sus dedos desabotonado la camisa de mezclilla que traigo puesta y esas preciosas manos acariciándome el pecho y el abdomen en cuanto logran abrir mi ropa.

Esta vida no es mía [Hunhan] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora