14. Cita meramente amistosa

348 59 28
                                    

Es difícil descifrar la expresión que Luhan compone, como si mi invitación a salir le hubiera sorprendido y al mismo tiempo aterrado, aunque si esto último no lo estoy imaginando, en serio espero que no sea porque a mi chico le asuste quedarse a solas conmigo. Sea como sea, la mezcla de emociones que atraviesan su rostro me hacen caer en la cuenta de lo repentino, arriesgado y también en lo atrevido que fue mi propuesta, así que antes de que el ciervo pueda responder, interrumpo las ideas que ya hayan comenzado a formarse en su cabeza e intento ponerme a mí en un escenario seguro que justifique mi comportamiento anterior.

No creo estar exagerando cuando digo que soy pésimo en el arte de inventar historias, claro ejemplo de mi torpeza puede ser la mentira esa sobre haber estado drogado cuando fui a buscar a Luhan al jardín de niños ni bien desperté en esta realidad, pero por alguna clase de milagro, de esos que sólo suceden en situaciones realmente desesperadas, la excusa que se me ocurre para justificar mi loca invitación no es del todo una mentira ni algo que me haya sacado de la manga, aunque dudo que Jongin vaya a creerme cuando le diga que nada de esto ocurrió porque se me ocurrió que debía recuperar a mi persona favorita.

— Respira, ciervo. Dije que saliéramos, no que fuera a secuestrarte y antes de que imagines cosas, me refería a una cita amistosa — miento, intentando no morderme la lengua al hablar — Verás, habrá una noche de música en el parque Hangang. Se presentan grupos locales y a veces se cuela uno que otro famoso, Nini y yo pensamos ir para ver si encontramos algunas bandas que quieran presentarse en el bar, pero él llevaría a su chica y yo...

— ¿No quieres ser la tercera rueda? — se mofa Luhan, con este rostro relajado que poco a poco recupera su expresión brillante y animada, y esa vocecita burlona que no deja lugar a dudas, este ciervo disfruta cuando tiene oportunidades para divertirse a mi costa.

— Tampoco es que pase con frecuencia, Jongin sabe lo incómodo que puede ser estar en medio de los tortolos, pero el evento se presta para una cita romántica. La cosa es que se trata de un espectáculo musical y yo...

— Amas la música — completa mi chico, con una preciosa sonrisa. Entonces, justo cuando me estoy perdiendo en lo jodidamente hermosa que es su expresión, noto como asiente con la cabeza y luego agrega:

— Está bien, iré con ustedes a ese evento. ¿A qué hora y dónde nos vemos?

— Pasaré por ti a las 7.

Luhan no parece tener problema con nada, así que una vez todo entre nosotros regresa al punto seguro, ambos caemos en la cuenta de que todavía estamos tirados en el piso, yo empapándome medio cuerpo debido al agua que inunda la bodega. No soy tan joven como para no quejarme cuando mi chico se pone de pie y me ayuda a levantar, más de la mitad de mis huesos resintiendo la caída que hace algunos momentos no pareció estar a punto de acabar conmigo. Pese a la diversión que le provoca verme sufrir, Luhan se queda a mi lado todo el rato que nos toma limpiar el lío en el cuarto y al terminar, aunque todavía siento la ropa adherirse a mi piel, lo invito a ir arriba y beber una cerveza, como agradecimiento por ayudarme y haber conocido al técnico que nada más por él se tomó en serio mi problema.

Más tarde, mi ciervo se marcha no sin antes prometerme que nos veremos mañana y yo le veo alejarse, ésta loca idea de tomarme en serio los cómics y aprovechar de esta oportunidad que la vida me dio para volver realidad mis sueños y a la vez recuperar al amor de mi vida, instalada cómoda y radiantemente dentro de mi cabeza. ¿Soy un hijo de puta por desear una existencia con todo lo que siempre deseé? Tal vez. ¿Hay un precio a pagar, peor que terminar en un mundo donde él no es mío, sólo por pensar en mi felicidad junto a Luhan y querer luchar para recuperarlo? Pues si lo hay, no me interesa.

Nosotros nacimos para estar juntos, pienso y con eso en mente, decido seguir adelante con mis planes.

[...]

Esta vida no es mía [Hunhan] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora