Capítulo 14

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Simone

Terminé de arreglarme mientras por el rabillo del ojo veía a mi compañera de cuarto concentrada en su móvil. Aún seguía sin poder evitar tener que lidiar con su hipocresía. Puse una mueca justo en el momento en el que ella se despegó del teléfono.

―Qué descarada... ―espetó―. Lo de salir con un famosillo de tres al cuarto te ha hecho creerte superior, ¿no? Aunque seas un curso mayor que él...

Y volví a estallar como un tiempo atrás, pero en aquella ocasión, con información para disparar.

―¡Hipócrita! No me vengas con tus ínfulas de superioridad e intentándome hacer de menos con un argumento que no te conviene. Sé que tienes algo con un chico de cuarto de secundaria. ¿No es un año menor que tú? Y por cierto, para tu información, no estoy saliendo con Erick. Pero si surge estaré encantada, no te voy a mentir.

―¿Pero qué...?

―Alma, os he visto. Y me da exactamente igual, no te confundas, ¿eh? Lo que me fastidia es tu hipocresía. Hace unas semanas estabas burlándote y toda dramática porque cuando salías con él descubriste que tenía unos días menos. Y de pronto, comienzas a salir con un chico más joven que tú. Eso es de ser hipócritas.

―No le digas a nadie...

―¿Eso es lo único que interesa? ¿Y los sentimientos de ese chico? ¿Y los tuyos? ¿Dónde quedan los tuyos, Alma?

Ella no dijo nada y yo me dirigí a la puerta con intención de salir de allí.

―Es verdad que lo de la edad con Erick fue absurdo, te doy la razón. Pero cuando te lo dije me estaba reprochando a mí misma estar empezando a sentir algo por un chico un curso menor. Así que, teniendo en cuenta que yo sí que me molesté en su momento porque él fuera días más chico, no quería ser juzgada y, mientras, me juzgaba a mí misma ―con la mano en el manillar escuché como sollozaba al hablarme.

Suspiré y me di la vuelta caminando hacia donde ella estaba. Me senté a su lado y suspiré.

―Nadie te va a juzgar por salir con alguien que te gusta, da igual que él fuese un año más joven o lo fueses tú. La sociedad ha visto siempre mal si el chico era más joven, pero eso es absurdo, ¿lo entiendes? Por eso mismo me cabreé el día que hablamos sobre Erick, entre otras cosas. No hemos empezado con buen pie, y no sé si eso lo podremos acabar solucionando, pero hablar esto es un paso.

―Sí, bueno ahí mi culpa juega un papel importante ―me dijo secándose los ojos―. Las cosas con Erick no acabaron bien y no por lo de la edad, digamos que eso, en aquel momento, fue la gota que colmó el vaso. Y me he informado, y es verdad, la bipolaridad es otra cosa, disculpa. El problema es que la actitud de él llegó a cansarme: unas veces le daba vergüenza hasta darme un pico y al día siguiente era el alma de la fiesta.

Asentí pero no dije nada, esperé un poco para hacerlo.

―No todas las personas son iguales, Alma. Y con Erick pasa eso. A veces es más tímido y otras muy abierto, pero es algo que forma parte de él...

―No digo que no, pero me ha frustrado siempre. Es como eso de las canciones. De pronto una balada como al rato la música más bailable de momento, ¡o hasta en sus mismas canciones! Es como no sé... ¡Bah, olvídalo! Son imaginaciones mías, iba a decir una tontería.

Me encogí de hombros y le dediqué una leve sonrisa.

―No le des vuelta, hazme caso. Ni tampoco a tu relación con el chico ese. Si aún no quieres hablarlo con más gente, no te preocupes, no diré nada, estaré ahí para cuando estés preparada.

―Muchas gracias ―me dijo con una sonrisa―. Por cierto, ¿cómo te enteraste?

―Digamos que soy alguien difícil de engañar, me fijo mucho en los detalles ―dije incorporándome―. Me voy a clase porque no quiero llegar tarde, nos vemos. 

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¡Hola, hola! ¡Ya estoy aquí con el nuevo capítulo!

¿Qué creéis que iba a decir Alma?

¿Qué os ha parecido el capítulo? Dentro de un rato habrá uno nuevo. 

¡Espero vuestros comentarios! ¡Nos leemos!

Dos y dos igual a dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora