Capítulo 15

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Simón

Los días pasaban y no se había producido ningún movimiento por parte de Eloy para contarle a mi hermana la verdad. Aquello era realmente frustrante. Cuando pasaba tiempo con ella sentía nuevamente que estaba siendo un mal hermano. Ya no se trataba de que creía que me empezaba a gustar el mismo chico que a ella, sino de que le estaba mintiendo. Tantos años llenos de sinceridad mutua y yo la estaba traicionando vilmente. Y aún me reprochaba a mí mismo por no poder evitar sentir algo por Enzo. Porque sí que tenía claro que no era Eloy quien me hacía sentir mariposas en el estómago. También me fastidiaba formar parte de aquella mentira, encubrir a ambos, convertirme en alguien partícipe de ese absurdo juego. No entraba de lleno, sin embargo, el hecho de encubrirlos ya era formar parte.

Tenía curiosidad de saber por qué lo hacían, o de dónde dormía el otro cuando uno de ambos estaba en la habitación, pero no quería preguntarles, ya les había hecho creer que no tenía interés y quería mantenerme firme con mis palabras. Aún intentaba estar distante con ellos pese a que de vez en cuando teníamos conversaciones banales o sobre Simone.

―Pronto hablaré con ella ―me dijo una tarde Eloy mientras cada uno nos encontrábamos centrados en nuestros estudios.

―No quiero palabras, necesito hechos ―dije suspirando.

―Y los tendrás ―afirmó sin despegar la vista de su libro.

Le miré de reojo observando como seguía centrado en lo que estudiaba. Me era imposible no preguntarme que estaría haciendo Enzo en ese momento, dónde estaría. ¿También se prepararía para ese mismo examen? Me mordí la lengua, de forma literal, pues por un momento estuve a punto de ceder a mi curiosidad y preguntarle.

Días después me encontraba por los pasillos del internado cuando vi a Enzo. Era obvio que se trataba de él, pues le tocaba ser Erick. Me atreví a hacer algo que solo de pensarlo me ponía la cara como un tomate. Fue un impulso que surgió de pronto. Me aseguré de que no había nadie por los pasillos que nos pudiera ver, me acerqué por detrás y lo atraje hacia mí, justo a un recoveco donde si alguien pasaba no podría vernos. Abrazándole por la cintura, estando aún de espaldas a mí, le di varios besos en su mejilla derecha, rozando suavemente mis labios sobre ella.

―Tu hermano me dijo que en estos días hablaría con Simone pero no he visto ningún resultado ―le susurré en el oído―. Convéncele para que lo haga cuanto antes y quizás, solo quizás, tampoco te vengas arriba, vuelva a hacer esto―. Volví a darle varios suaves besos.

Su reacción corporal hizo que me detuviera en seco y me apartase rápidamente. Estoy seguro de que en ese momento palidecí, aunque más aún al escuchar sus palabras.

―Esto... Me parece que te has equivocado de hermano... ―habló con timidez dándose la vuelta―. Bueno, no creo, estoy seguro...

Eloy estaba completamente colorado, mientras yo podía pasar en aquel momento por un cadáver resucitado.

―Pero ya te lo dije el otro día, no te preocupes, voy a hablar con ella mañana.

Asentí intentando que mis palabras salieran de mi boca.

―Lo de antes no es lo que parece ―me animé a decir―. ¿Podrías no decirle nada tu hermano?

―¿De qué? ¿De que me has confundido con él o de que querías besarle?

―De nada... ―dije avergonzado.

―Simón, no voy a mentirle a mi hermano, ¡nos lo contamos todo!

Jarro de agua fría para mí. Él estaba dispuesto a hablar con su hermano y yo callaba con la mía.

―Por favor... ―supliqué―. Eso de antes no debió de haber pasado. Ni contigo ni con él ―aclaré.

―En lo primero estoy de acuerdo, en lo segundo discrepo.

―Lo hice sin pensar, ¿y si lo olvidamos?

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¡Hola de nuevo! ¡Ay, pobres Simón y Eloy! Menuda situación más incómoda han pasado.

¿Creéis que Eloy hablará con Simone? De ser así, ¿cómo se lo tomará ella?

¡Me encantaría leer vuestras opiniones y teorías!

¡Nos leemos el domingo!

Dos y dos igual a dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora