Los primeros rayos del sol se filtraban tímidamente por la ventana, el frío matutino me abrazaba mientras me aferraba a mi cobija para que me brindara su calidez, esa calidez que tanto me hacía falta en ese momento.
Mi querido esposo no se encontraba conmigo, ya tenía varios días en la finca de mi suegra. A ese hombre le encantaba la vida en el campo al aire libre, rodeado de la naturaleza salvaje. Para él, su estancia allá significaba unas eternas vacaciones; siempre me había insistido para acompañarlo, si no fuera porque a mi no me gusta el bullicio y el alboroto de la gente que conviven en una sola casa, yo estuviera con él mirando el ganado o paseando entre las siembras, quizás recolectando la cosecha junto a mis cuñadas.
Mi esposo creció entre las siembras de maíz, frijoles , auyama, patilla, todo lo que se podía sembrar y producir en la finca de su familia. Desde pequeño cuidaba la cría de los animales pues su familia tenía vacas, chivos, ovejos, cerdos, y variadas aves como el exótico pavoreal, esa hermosa ave que embellece la naturaleza con su colorido plumaje que competía con el arcoiris en épocas del invierno. Muchas veces me pidió traer algunos para nuestra casa, pero siempre le inventaba cualquier excusa que se me ocurriese para desviar su idea, que no teníamos árboles en nuestro patio, que es difícil tenerlos aquí, pero la verdad no me gustaba el glugluteo que emiten como si fueran a asustar a todo el pueblo con ese escandaloso cloqueo o como si fueran a despertar los espíritus de los muertos que descansaban por la sabana desierta de los alrededores.
Es hermoso vivir en el campo, nos conecta con la naturaleza, nos hace apreciar mejor la vida, es muy diferente que vivir aquí, pero de igual manera tenemos nuestras ventajas, aunque no vivimos en la ciudad ni en el monte, en este pueblo tenemos todo a nuestro alcance, como la electricidad, el Internet, un amplio mercado donde se consigue todo lo necesario...vivir entre la frontera de dos países vecinos tiene su beneficio, tenemos todo a nuestro alcance, lo que no se consigue de un lado se consigue en el otro.
La luz iridiscente del sol me alienta para levantarme, tengo las ventanas abiertas de par en par, me encanta el olor a lluvia, a tierra fresca y pasto verde que me hace recordar mi tierna infancia como si quisiera saborear la tierra.
Abrí lentamente mis ojos, la luz me encegueció por unos segundos, escondí mi rostro de su luminosidad, no quisiera despertarme, la soledad me incitaba a seguir acostada para no recordar mi presente, pero tenía responsabilidades, tenía que levantarme aunque no quisiera. Miré a mi alrededor, definitivamente era un hermoso día.
El canto melodioso de los pájaros parecían susurrar que este día sería diferente al resto, que estaba cargado de sueños y esperanzas para aquellas personas que esperaban alcanzar una meta o reencontrarse con su ser amado.
A pesar de todo me levanté como un zombie, seguí de forma automata mi rutina diaria: me dirigí al baño, hice lo acostumbrado desde cepillarme hasta bañarme, me vestí con un pantalón y un sueter cómodo, nada de maquillaje, pues me gustaba andar al natural, no me gustaba aparentar lo que no soy, en pocos minutos tenía que abrir la tienda donde vendo víveres en mis días libres, del resto soy docente en un instituto cerca de mi casa. No tenía ganas ni de cocinar para mi, si no fuera porque tengo que alimentar a mi perro no cocinaría nada, todo lo contrario si mi esposo estuviera aquí, con su presencia esta casa tiene vida propia , a él le encantaba poner música a todo volumen, le encantaba escuchar el vallenato y lo cantaba dedicándomelo, lanzandome besos, soy su musa de inspiración en el canto.
Todos los días recibo toda clase de gente, son tan humildes y reales, son personas comunes y corrientes que viven sus vidas sin extravagancias, no se la pasan metidos en la redes sociales no viven de las apariencias, por eso amo este pueblo, aquí nací, aquí crecí, aquí conocí a mi primer amor, me desilucioné, lloré , me enamoré nuevamente, lloré otra vez, morí con ese amor, por tercera vez me enamoré y renací, me casé, soy feliz...soy feliz...tengo una buena vida, una casa, un esposo que me adora, una profesión, un trabajo estable ¿Qué más puedo pedir?...Pero mi corazón es un renegado, un atrevido inconformista, un iluso que no aprende, que solo siente y vibra por su cuenta sin tomarme en consideración, que no piensa en el mal que me causa, que no piensa en el dolor que me produce cuando se enamora sin mi consentimiento.
Yo era feliz, tenía una vida cómoda...era feliz...
Tengo 5 años de matrimonio, nunca engañé a mi esposo. No era el hombre con el que soñé algún día casarme, no era mi primer amor pero era el hombre que me devolvió la alegría y las ganas de vivir, yo era feliz a su lado. Pero hoy me duele hasta el alma, siento que se me derrite por dentro, un fuerte dolor me lo destroza, me lo estruja poco a poco, solo quiero llorar hasta morir para no sentir tanta tristeza, estoy hecha pedazos, mi alma está rota, solo lloro sin poder contenerme, mis lágrimas caen sin cesar como agua de manantial que fluye caliente directo por mis mejillas que me arden ya rojas de tanto llorar. Mi estabilidad se rompió, mi felicidad ya no existe, gracias a Dios mi esposo no se encuentra aquí pues el se daría cuenta de la traición de mi corazón, de su gran delito.
Mi corazón me engañó a estas alturas de mi vida después de tanto recorrer se enamoró de quien no debió, no le importó que haya sufrido tanto, no le importó todas las cicatrices que llevábamos juntos, que me costó tanto mantenernos vivos, que muchas veces casi morimos de dolor, de amor, de añoranza y desamor...Esta vez solo decidió enamorarse sin importarle que ya tengo a quien amar, que ya tengo a mi lado a un hombre que me ama, que se desvela por mí, que me desea como mujer, que me hace sentir mujer, que soy su prioridad, que en todo lo que él planea yo estoy en primer lugar. Pero mi traicionero corazón no entiende razones, no entiende nuestro dolor, solo se enamoró por su cuenta cuando creí que esa faceta de mi vida ya estaba cerrada, que con la calma de mi matrimonio culminaba ese ciclo.
Mi corazón es un rebelde sin causa, sin riendas, su delito es aún más grave porque está vez se enamoró de una chica...sí...una chica que ni siquiera conozco, cuando antes nunca me había fijado en una, cuando quiero a mis amigas solo como amigas, nunca las vi de otra forma, nunca deseé a una mujer, nunca soñé con rozar una piel femenina con mis labios ni imaginé un amanecer a su lado, eso nunca cruzó ni en mis más locos pensamientos pero esta chica en especial entró en mi vida de forma efímera para poner mi mundo de cabeza, para tambalear mi presente y volverme loca...
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Corazón sin riendas.
RomanceYo tenía mi vida hecha con un matrimonio feliz, ya había pasado por todas las etapas del amor pero jamás imaginé enamorarme nuevamente, mucho menos de una chica hasta que la conocí a ella, alguien que nunca vi en persona y que vive en otro continen...