Sentí como si hubiera vuelto a nacer solo por leer esas palabras, no sé cómo reaccionaria si la tuviera de frente. Tenía que responderle, aunque ella se merecía que la castigara por su comportamiento pero yo no quería que sufriera lo que sufrí.
Pensé mucho en lo que iba responder y por fin le escribí:
—Concuerdo en que eres una tonta, ¿Cómo puedes creer que te pude olvidar en estos meses, si siento que cada día te amo más que antes? —Estaba nerviosa y a la vez feliz.
—¿Entonces me perdonas? —Nunca creí poder leer eso, me armé de valor y le dije:
—Te perdonaré solo con una condición.
—¿Dime cariño? Haré todo lo que
quieras con tal de que me perdones.—¿Segura?
—Mas que segura...está vez quiero hacer las cosas bien. No me tortures más. Dime qué quieres que haga, haré lo que sea para ser digna de tu amor...¡Te amo, te amo y te amo!
—¡Que nunca jamás me dejes de hablar, ni me vuelvas a bloquear la cuenta, no importa si nos peleamos o tengamos alguna diferencia pero más nunca me hagas eso. —Unas lágrimas salieron de mis ojos al pensar en aquella pesadilla —No te imaginas todo el daño que me causó tu silencio y tu ausencia. ¡Te extrañé demasiado!
—¡Te lo prometo! Gracias amor por darme esta oportunidad. ¡Te amo bastante! Te compensaré por todo ese daño —Sus palabras me estremecieron, otras lágrimas resbalaron por mis mejillas pero está vez eran de felicidad, sentí otra vez unos fuertes cosquilleos en mi interior, me sentí dichosa.
—¿Entonces que soy para ti ahora?
—Eres la dueña de mi corazón...pero...
—¿Dime? Seamos sinceras con todo a partir de este momento.
—No quiero compartirte con nadie. Te quiero solo para mi. Sé que tu esposo tiene mucho tiempo contigo, quizás no lo quieras dejar pero no soporto la idea de que estés con él. No te imaginas los celos que me produce pensar en eso.
—Estamos casi separados, desde que descubrí que te amo no quise estar más con él.
—Yeah...¿En serio? ¿Entonces te tendré solo para mi?
—Si tu quieres...seré solo tuya.
—¡Vente a vivir conmigo o yo me voy para tu país! —Parece que yo estaba delirando, mi corazón estaba al borde del colapso, era demasiado para mi leer esas palabras.
—Que más quisiera pero primero tengo que arreglar mi divorcio para estar libre y poder viajar.
—Ok. Cariño esperaré todo el tiempo que sea necesario. Te amo tanto.
Nos pusimos al día con todo lo que habíamos hecho en ese tiempo en que no nos comunicamos, ese día hablamos hasta muy tarde, no sentimos hambre por la emoción que nos embargaba.
Al día siguiente, desperté con un mensaje de Diana.
—¡Buen día, mi amor! ¿Dime si te gustó todos los besos que te di en tus sueños? Aún siento el sabor de tus labios —Debajo del mensaje me envió una foto suya haciendo caritas de cachorro, se veía tan hermosa con esas largas pestañas, su cabello ondulado aún se mostraba mojado, no tenía nada de maquillaje e igual me encantaba, me quedé un rato mirándola, observé el piercing en su nariz tal como me había dicho en algunas de nuestras conversaciones, ella tenía unas hermosas pecas que quisiera tocar y contar antes de dormir cada noche.
—¡Ja ja ja ¡Buen día hermosa! ¿Cómo es que ahora sabes lo que sueño? Si que eres presumida...ja ja ja ¿Y tú dime mujer coqueta? ¿También soñaste conmigo?
—Casi no dormí pensándote...
—¿Será eso cierto o me estas tomando el pelo? —me alegró tanto escuchar eso, quería que me lo repitiera.
—Te soñé hasta despierta. No se que me hiciste...¿Será que eres una bruja y me lanzaste un fuerte hechizo?
—¿Qué te pareció ese hechizo? Ves que costó mucho prepararlo para que surtiera efecto.
—Lo amé, así como a la bruja que lo conjuró.
—Y yo te amo más, mucho más...
Fue tan difícil dejar de hablar con ella pero teníamos que trabajar. Al principio fijamos un horario para hablar pero fue imposible de cumplir ya que por cualquier cosa le escribía y ella a mi.
Los días transcurrieron muy rápido, más cuando me sentía tan dichosa. Mi madre seguía molesta conmigo, pero seguí con el proceso del divorcio.
Fernando intento mil maneras de convencerme para que volviéramos, me dolió verlo así pero por una vez en la vida fui egoísta, pensé en mi, en mi felicidad y no la de los otros, no me importó la opinión de las personas, solo quería ser feliz. La vida me había quitado mucho y era el momento de recibir algún tipo de compensación.
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Corazón sin riendas.
RomansYo tenía mi vida hecha con un matrimonio feliz, ya había pasado por todas las etapas del amor pero jamás imaginé enamorarme nuevamente, mucho menos de una chica hasta que la conocí a ella, alguien que nunca vi en persona y que vive en otro continen...