Corazón sin riendas.

2. Alma rota

Los días transcurrían lentamente para mi...Cada vez que la razón venía a mi mente me prometía a mi misma no volver a llorar, pero el dolor que sentía era tan fuerte que me tocaba romper mi promesa ya que no podía contener tanta agonia dentro de mi ser, sentía que me estaba ahogando en un mar de emociones que fluían como un caudal arrastrándome a la inmensidad del vacío cargado de tristeza e impotencia...Tengo el alma rota por culpa de esta chica, su amor me fragmentó en mil pedazos muy difícil de unir y de pegar, ahora me tiene sumida en los escombros sin saber que hacer.

Nunca seré la misma aunque lo intentara, no puedo conmigo misma, siento que me estoy volviendo loca, que me estoy cayendo en un abismo sin retorno donde me invade la impotencia de no poder ayudarme a salir de esta situación, no puedo sacar sus recuerdos de mi mente, sus palabras los tengo grabados en lo más profundo de mis pensamientos y hasta en mi piel en la cual aún ronda el deseo ardiente de amar y de ser amada sin siquiera haberla tocado como aquel triste soñador que se le desvanece sus sueños por el contacto con la cruda realidad.

Mientras mis lágrimas caían como cascadas por mis mejillas, yo repetía continuamente esta frase:

—No es real...no es real...nunca lo fue, tienes que olvidarla. — Me lo decía a mi misma una y otra vez para convencerme de la complejidad de la situación, para tratar de engañarme y creérmelo, y así poder olvidar el desconsuelo que sentía mi afligido corazón para intentar sacarla de mi mente, pero mientras repetía esas palabras en vez de calmarme, más lágrimas caían ardiendo por mi rostro, solo escuchaba mis gemidos de llanto ahogados que a cada instante se hacía más fuerte como si me estuvieran estrujando el corazón matandome en vida, luego golpeé fuertemente la pared con mis manos, el dolor físico no me hizo reaccionar, me derrumbé sin fuerzas en el frío suelo para llorar con más intensidad.

Después de tanto llorar, de sentir mis ojos hinchados, poco a poco sentía que mi alma rota se iba calmando, recibiendo un poco de suspiro falso, porque sé muy bien que en cualquier instante estallaría nuevamente ya que extraño demasiado su presencia, nuestras conversaciones; unas veces profundas y en otras tan simples que de igual manera me llenaban de una felicidad plena, la extraño por su forma de ver las cosas y por su aparente entusiasmo por la vida, por ser como ella misma.

La amo como nunca he amado a nadie, la deseo, la añoro, pero se muy bien que lo nuestro nunca será un amor realizado, es una simple utopía, una hermosa ilusión que vino a complicarme la vida...la amo aún sabiendo que nunca estaremos juntas.

¿Cómo se que este sentimiento no es una simple ilusión? Pues lo sé muy bien, lo siento en el alma, porque no tengo quince años, porque se lo que es amar, lo que es perder un amor y morirse con él , he renacido de las cenizas para amar nuevamente, y esto que siento va más allá de cualquier sentimiento, va por encima de mi razón, de mis ideales, de mis valores, pero es algo que llevo en todo mi ser, que en solo pensarla me eriza la piel, me remueve todo por dentro y si pienso en un simple acercamiento hasta en un mínimo roce con ella me estremezco toda, mi cuerpo se derrite por ella, cosa que nunca antes me había pasado.

No me puedo controlar, esta chica me tiene hechizada y lo peor es que ya llevo un mes sin saber nada de ella, desde el día en que me negó todo, en que rechazó mis sentimientos , diciéndome que me imaginé una enorme bola de nieve que no llegaba ni a copo... Esas palabras fueron como dagas afiladas que se clavaron en lo más profundo de mi corazón haciéndolo sangrar de dolor, razón por la cual estoy toda destrozada, con el alma rota vagando a la deriva en un mar de emociones que va consumiendo todo rastro de felicidad y de cordura que existía en mi ser.

Parezco un alma en pena llorando en cada rincón, secando mis lagrimas a escondidas para que los demás no se den cuenta de mi patética situación.

Parezco un volcán en erupción que estalla por cada recuerdo que me llega de ella y que me quema por dentro.

No siempre fui así...si me he enamorado antes, si he llorado y muchas veces pero no de esta forma y no con este dolor.

Les voy a contar mi vida desde el primer instante en que conocí el amor en mi tierna juventud, desde el momento en que mi corazón se aceleró por primera vez para que puedan entender la sorpresa que me embarga esta situación por culpa de mi atrevido corazón sin riendas.