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Blake. 

Luces, música, baile, alcohol y muchas drogas. 

Este era mi maldito mundo, pero mi perfecto mundo, ver a todas esas personas en mi club bailando música sensual, tomando alcohol adulterado que te hacía perder el piso y te hacía pedir y pedir mucho más de lo que la gente tenia en mente beber, las drogas se vendía como malditos panes calientes, tenia diferentes distribuidores en cada parte del club los identificaba fácilmente y podía ver como la gente se acercaba a ellos con dinero en mano y ellos entregando producto. 

-Esa coca colombiana se esta vendiendo a la velocidad de la luz amigo-. Comento Thomas completamente feliz. 

La verdad es que tenia razón, había echo un gran negocio con unos colombianos que vendían la mejor cocaína de su país y buscan negocios en Londres y yo les facilite las cosas y claro los convencía antes de que Ivan lo hiciera antes que yo, esto era una guerra entre traficantes y distribuidores, aquí todos teníamos que estar al tino al tango para poder hacer negocios con traficantes que buscaban dinero. Además yo tenia grandes ventajas en la ventas ya que Thomas era quien los convencía de cuanto podíamos ofrecerles y me encantaba que mi amigo fuera el mejor en los negocios. 

-Asegúrate que la gente siga consumiendo, ahora vuelvo-. 

Thomas asintió con la cabeza y tomo la posición en la que estaba, mirando todo desde la parte más alta de mi club, di media vuelta y camine a mi oficina donde me encerré y serví un vaso de Vodka el cual bebí de un solo trago siento el fuerte sabor del alcohol sintiendo como quemaba mi garganta, cerré mis ojos ante el ardor y solté un suspiro. El ruido de mi puerta abriéndose se hizo presente y yo me gire rápidamente tomando mi pistola que estaba sobre la mesa de bar y apunte a la puerta y ahí estaba Mía, una de mis bailarinas y las más zorra de todas y con la que estuve un par de ocasiones  en la cama y no era nada mala en lo que hacía con las manos, cuerpo y lengua. 

-Puta mierda Mía ¿Qué carajos haces aquí?-. Guarde mi arma detrás de mi espalda. 

-Perdona que te moleste Blake, pero necesitaba hablar contigo-. Dijo ella en un tono que era algo nuevo para mi. 

Jale mi silla de escritorio y me senté y señale con mi mano la silla de enfrente. La chica agradeció con una sonrisa y camino a donde le señale, joder se veía tan apetitosa con ese traje de dos piezas que era como un bikini lleno de Shakira de color negro, esas medias de red y esos enormes tacones que me daban muchas ganas de follarla nuevamente.

-¿Qué es lo que necesitas Mía?-.  

Por unos segundos se quedo callada, pensando de seguro en lo que me iba a decir y cuando me miro fue ahí donde abrió la boca. 

-Necesito más dinero-. 

Todo se quedo en silencio por unos segundos y yo comencé a reír por las cosas tan estúpidas que estaba diciendo esta chica, no podía evitar reírme por la clase de estupideces que estaba diciendo, me levante mi silla y camine hacia la chica colocándome detrás de ella, esta mujer estaba completamente loca si creía que le iba dar más dinero de lo que ella estaba ganando, era una de mis bailarina mejores pagadas del lugar, porque muchos de los hombres que venían al club la esperaban a ella, era la mujer que hacia que todas tus fantasías se hicieran realidad, de las más sencillas hasta las más guarras que pensaras, pero eso de darle más dinero jamás pasaría en esta vida ni en la otra. Pose mis manos sobre sus hombros logrando que ella se asustara por completo, le di un ligero mansaje en estos ya que la sentía un poco tensa. 

Los dos no decíamos nada por el momento, pero era la tercera vez que ella me pedía dinero. 

-Dime una cosa Mía ¿Para que carajos quieres más dinero del que ganas?-. Pregunte suevamente, ella no dijo nada-. Esta es una cuarta que me pides dinero, porque no me dices que tramas-. 

Fugitivo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora