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Blue

Habían transcurrido dos semanas desde la llegada de Blake, dos semanas en las que me había enterado que él estaba vivo y que todo lo que había era una mentira y que Ivan sabía que él estaba vivo, lo había enfrentado dos días después luego de haber hablando con Blake, estaba molesta y dolida que todos me hubiera engañado por completo odiaba las mentiras y las traiciones. También habían transcurrido dos semanas, dos semanas que en la segunda semana luego de haber estado con Blake no había vuelto a estar con Miguel por la culpa que me recorría el cuerpo y más porque, porque había descubierto que estaba embarazada y lo peor de todo era que... No sabía de quien era, se que Blake me dijo que no podía tener hijos pero a pesar de todas las mentiras que todos me dijeron ya no sabía que creer y tenía miedo ¿Qué le diría a Miguel? Que me acosté con el hombre de quien me había enamorado loca y perdidamente, no podría hacerlo y no se que haría.

Hoy era mi cena de compromiso en donde oficialmente en un mes me volvería la mujer de la Torre, me casaría con Miguel y formaría una familia pero había estado pensando por un momento en el bebé, no quería que el viviera en un mundo lleno de estafas, armas, drogas y malas personas no deseaba eso y por el haría la propuesta a Miguel para que él y yo nos retiraramos de ese mundo por el bien del bebé, nos dedicaríamos a la administración hotelera y tendríamos una vida respetable, solo esperaba que lo aceptará.

A través del espejo me miraba, miraba mi cuerpo que solo vestía ropa interior ya que aún no me terminaba de arreglar del todo, la forma en como me había enterado de mi embarazo fue algo normal, como muchas mujeres se enteran, la falta de la regla ya que yo siempre estaba al pendiente de mi periodo y cuando vi el calendario indicando que ya tenía que haber estado regalando me volví loca y un ataque de pánico y ansiedad invadieron mi cuerpo por completo. Toque mi vientre plano a un y cerré mis ojos para imaginar que él estaba ahí, él estaba detrás de mí abrazándome por la espalda diciéndome lo hermosa que estaba y que sería una madre fantástica y que a nuestro nada el faltaría, nada ni amor ni a sus padres, pero todo eso era una fantasía, un sueño que jamás se volvería realidad y de eso estaba consciente.

Con suspiré comencé a ponerme mi vestido de color negro completamente pegado a mi cuerpo con tirantes y el escote era en forma de corazón resaltado mis pechos, me puse un collar sensillo, mi anillo de compromiso y una pulsera, arregle un poco mi cabello dejándolo suelto con ondas perfectas y por último un poco de perfume para así tomar mi bolso y salir de mi habitación. Al bajar a la estancia mis padres estaban sentándose en la sala, Dominik leyendo el periódico y Adele veía algo en el IPad, eso me hacía volver a los viejos tiempos cuando era una adolescente, ellos voltearon y me miraron con una sonrisa para así dejar sus cosas y caminar hacia a mi.

-Te ves hermosa tesoro-. Dijo mi mamá arreglando mi cabello.

-Si, cielo, te ves hermosa-. Ahora fue papá.

-Gracias, pues vamonos-.

Ambos se miraron y negaron al mismo tiempo.

-¿Qué pasa?-. Pregunte extrañada por su mirada.

Mi padre acarició mi mejilla y mi madre me tomó de mi brazo me miraban ambos de una forma que no me daba una buena espina.

-Cielo, se que ambos te mentimos con respecto a tu origen, de quien eras tú y familia... Pero ambos te amamos como si fueras nuestra propia hija y te amaremos por siempre-.

Mi corazón comenzó a palpitar fuertemente y lo sentía en mis oídos.

-¿Qué pasa? ¿De qué hablan?-.

Mi madre beso mi mejilla y me volvió a mirar.

-No vamos, nos iremos de vuelta a Rusia, nosotros queremos tener otra clase de vida... Y con lo que nos has ayudado y todo podremos hacerlo, Blue... Nuestra pequeña azulita, te extrañaremos mucho tesoro-.

Mis lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, solo esperaba que no se haya arruinado mi maquillaje, abrace a mis padres con fuerza y ellos a mi, ellos cuidaron de mi y me enseñaron muchas cosas buenas y malas pero siempre estuvieron ahi para mí, papá fue quien me enseño andar en bicicleta, quien me ayudo hacer mis tareas y quien me hablo sombre los chicos cuando tenía quince años y mamá fue quien me enseño a curar sola mis heridas, que aprendiera a nunca depender de un hombre, que fuera fuerte por mi misma y que yo podía hacer las cosas sola sin ayuda de nada ni de nadie, ella fue mi gran ejemplo al igual que mi padre.

-¿Los veré pronto?-. Pregunte.

-Claro que si cariño-. Me alejaron de ellos y mi mamá tomó mi rostro-. Aunque no seamos tus padres de sangre siempre estaremos al pendiente de ti, siempre-.

Beso mi frente y mi padre igual, lo extrañaría y mucho me harían demasiada falta.

-Yo solo... Quiero decirles una cosa-. Suspiré-. Estoy embarazada-.

Ambos abrieron sus ojos al oír lo que acaba de decir, sonrieron y me abrazaron diciendo lo felices que estaban de oír una noticia tan maravillosa de que tendría un hijo de Miguel, claro que por dentro me estaba muriendo por decirles que no estaba segura de quien era, por alguna extraña razón deseaba que fuera de Blake por que algo en mi me decía que Blake era el padre, pero la idea de que no podía tener hijos me invadía por completo así que solo tendría que esperar nueve meses para saber quien era el padre, tenía miedo mucho miedo de tener un hijo por todo lo que alguna vez vi de los embarazos, de cómo ellas sufrían cuando llegaba el momento del parto y eso me hacía estremecer mucho, que dolor, el que una sandia saliera por la abertura del tamaño de un limón solo hacía que mi cuerpo temblara de miedo y de dolor, pero tampoco era una gran fanática del aborto, no estaba ni a favor ni encontrá pero eso eran otros temas que no pensaría discutir con nadie, yo estaba segura de que deseaba tener un hijo cuando fuera un poco más grande pero ahora tenía veintitrés años de edad, porque no sólo era mi fiesta de compromiso sino también mi cumpleaños.

Fugitivo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora