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Emell

La primera semana de clases había pasado casi en un abrir y cerrar de ojos y a diferencia de lo que esperaba había sido bastante buena, tenía una nueva amiga con la que había conectado desde el primer día, algunas clases eran más pesadas que otras pero aún así todo iba bien.

Claro, a excepción de cierto chico molesto e insoportable.

"¿Puedes mover tu culo de mi asiento, por favor?"

"No voy a pasarte los deberes, es tu culpa ser irresponsable"

"Si no dejas de joder te golpearé tan fuerte que voy a regresarte a las bolas de tu papá"

"Dame de lo que estás comiendo o le diré a la profesora"

Escuchar ese tipo de comentarios bruscos y sin una pizca de empatía se había vuelto muy común, todos provenían de una misma persona: Anther.

Probablemente el idiota más grande en la tierra, aunque sonara cruel llamar a una persona así mi mente solo podía describirlo de esa manera y lo que más detestaba es que no era idiota en ningún sentido. Era increíblemente listo y aunque no hablaba con nadie ya había un par de chicas que estaban a sus pies, no entendía el por qué, ni siquiera era la gran cosa.

Por otro lado estaba Canille que siempre me defendía de Anther aunque empezaba a creer que más que hacerlo por mi lo hacía porque disfrutaba pelear con el. Hablábamos de bastantes cosas y reíamos un montón más todos los días, también me había llevado a conocer algunos lugares que ella frecuentaba, un par de veces su novia Tinna nos había acompañado, su relación era tan increíblemente linda que me hacía sentir muy solo aunque ellas nunca me excluian.

Ese fin de semana había transcurrido exactamente igual a los otros, la única diferencia eran las tareas y los mensajes de Canille contando cosas sus sentidos o las miles de fotos haciendo caras graciosas. Platique con mi abuela acerca de ella y también le hable de Anther, ella me dijo que no me dejara intimidar por ese tipo de chicos, que al final siempre terminaban siendo más blandos de lo que realmente aparentaban.

"Conocí a un montón de esos en el instituto, tu propio abuelo era uno de ellos, créeme, no hay nada que una buena bofetada no arregle, no dejes que nadie te trate de esa manera cariño."

Fueron sus palabras y para ser sincero, no había nada que quisiera más que abofetear la linda cara de ese tipo.


























Volviiiii, me tarde un montón pero tengo una razón: en términos de salud mental, no tengo salud mental jaja. Tuve un problema muy fuerte y tuve que volver a terapia peeeero, por fin volví y me siento mucho mejor así que espero se refleje en mis historias. ♡
Si has llegado hasta aquí ¡Graciaaaaas! ¡Te quiero mucho, contribuyes a mi felicidad! ♡


La teoría del caos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora