15

248 26 3
                                    

Canille 

Llegue a la hamburguesería en donde Tinna trabajaba, la había conocido ahí y se había convertido en nuestro punto de encuentro. Normalmente ella no me dejaba faltar a mis clases por verla pero hoy había sido la excepción ya que quería que la acompañara al departamento que rentaba pero en el que no vivía. 

Salude al mesero con el que ya era bastante cercana. Tinna estaba haciendo cuentas detrás de la barra, me sorprendí de lo preciosa que se veía cuando ni siquiera estaba intentándolo. 

— Hola —salude. 

— Hola guapa, pensé que no vendrías — sonrió y se estiro para darme un pequeño beso en los labios. 

— La escuela es un asco y tu eres maravillosa, quedarme ahí no era una opción. 

Ella sonrió aun más. Verla sonreír era una de las cosas que podría hacer el resto de mi vida. 

— Solo dame un momento ¿Si? Tengo que terminar estas cuentas —miro al papel y la sonrisa se desvaneció. 

— ¿Paso algo? ¿No cuadran tus cuentas?

— No es eso, es solo que las ventas cada vez empeoran mas y mas, quizá tengamos que cerrar pronto. 

— No pienses así, las ventas mejoraran ya veras, es solo una mala racha cariño. 

Ella me miro con dulzura para  después seguir apuntando números en el papel. 

— Vámonos de aquí, ya e terminado esto — entrego la lista a un hombre enorme que se dedicaba a acomodar los alimentos — Si algo no cuadra llámame, te veo aquí mañana Ber. 

Salimos y caminamos solo un par de cuadras hasta que llegamos a unos viejos departamentos, uno de ellos le pertenecía a mi novia. No eran demasiado agradables pero eran bastante económicos, Tinna y yo sospechábamos que debían tener un pasado bastante cuestionable por los bajos precios que manejaban. 

— Cada vez hay más polvo —menciono mientras entrabamos al lugar. 

Había un colchón en la sala principal, solo tenia una habitación individual, un baño y la cocina. Tinna aun no tenia nada ahí así que lucia mas grande de lo que realmente era. Su mamá estaba bastante enferma así que no se había podido mudar aun por completo, aun así nos gustaba pasar nuestros ratos libres aquí, era nuestro lugar. Me tire en el colchón y Tinna se tumbo sobre mi, escondió su cara en mi pecho como una niña pequeña, a veces me hacia olvidar que yo era la menor en la relación. 

— Tus ojos son muy bonitos sabes — ella sonrió tontamente— hay un verde precioso en ellos, son hermosos, igual a ti. 

— Es porque te miran a ti, solo por eso — esta vez la que sonrió tontamente fui yo — ¿Así qué la escuela es un asco? 

— Algo —la mire — mentira, es un asco total, estoy tan harta. 

— Pero tenias nuevos amigos ¿Qué hay de Emell? El es tan agradable, me cae muy bien. También esta ese otro chico Nathaniel ¿No? Y Anther — note la molestia en su voz cuando menciono al ultimo. 

— Anther solía ser mi mejor amigo —dije.

— En serio, no me lo habías comentado antes ¿Qué paso entonces? 

— Lo lastime — mi voz se quebró de inmediato al recordar aquello — no quiero hablar de eso, me avergüenzo de mi misma. 

— Esta bien si  no quieres hablar de eso, pero creo que podría ayudarte compartirlo conmigo. 

— ¿Prometes que no me juzgaras? — ella asintió — Habíamos sido amigos toda la vida, junto a otro chico, éramos inseparables. Pero todo cambio cuando entramos a la secundaria, el otro chico se mudo por "problemas" pero pronto se supo la verdadera razón, no me corresponde a mi decirlo, después de eso empezaron a molestar a Anther. Al principio trataba de defenderlo, juro que lo hacia pero después ocurrió algo más y el cambio tanto, se alejo de todos y empezó a ser una mala persona, solo consiguió que se metieran con el aun más, estaba desesperado y me pidió que fingiera salir con el. Al principio accedí, pero después, no se porque lo hice, quizá solo quería encajar con esos imbéciles así que me burle de el. Le dije a los demás lo que Anther me había pedido y el la paso de verdad mal, tuvo que cursar el ultimo año de secundaria en otra escuela. Yo era su mejor amiga y aun así le hice eso, debía apoyarlo, debía estar con el y solo me porte como todos los demás idiotas de los que en algún momento lo defendí. 

— Bueno, creo que fuiste un poco mala — mire a Tinna mientras las lagrimas aun se derramaban — lo siento, prometí no juzgar. En tu defensa, a esa edad, hacemos todo por encajar. ¿Te has disculpado ya con el? 

— Quise hacerlo, pero el nunca me dio la oportunidad, es entendible, fui una mierda. Anther el era, el era un niño increíble y creo que aun sigue siendo maravilloso, Tinna el tuvo que pasar por cosas horrible, debí estar con el. 

— Puedes estarlo ahora, la cosa con cometer errores es que en algún momento tienes oportunidad de enmendarlos. Ya no llores, mira que pensare que ese Anther va a quitarme a mi novia. 

— Jamás — me reí un poco —. A mi solo me me gustas tu, me encantas. 

La bese y ella me beso. Nos besamos durante un largo tiempo y me hizo pensar que quizá podría pasar el resto de mi vida ahí, en esa cama vieja junto a la chica de la que estaba enamorada, desapareciendo entre besos. 

Me llevo a casa esa noche, mientras caminábamos tomadas de la mano le pedí algo. 

— ¿Podrías dejarme hasta aquí hoy? Tengo algo que hacer. 

— ¿Estas segura? No falta mucho para tu casa, ¿Qué tienes que hacer? 

— Esta bien, conozco el vecindario. Creo que es momento de que pida disculpas. 

Al final Tinna accedió, me dio un ultimo beso y se alejo lentamente hasta que la perdí por completo de vista. Camine hasta el porche de la casa frente a mi, seguía exactamente igual a como la recordaba, toque el timbre con la mano temblorosa y espere, estaba realmente nerviosa, no sabia que debía decir. 

Anther abrió la puerta, llevaba su pijama y el pelo mojado. Se veía tan guapo, siempre estaba guapo, lo quería tanto que dolía. 

— Hola Canille, ¿Estas  bien? No estuviste hoy en clase ¿Estas enferma? ¿Viniste aquí tu sola? Es muy peligroso, debiste llamarme. 

Lo mire hacer preguntas, había olvidado lo amable que era, no importaba lo mucho que quisiera ocultarlo, el Anther que tanto había querido jamás iba a desaparecer. 

— Eres un tonto —dije — no, no, yo soy una tonta. Quiero decir, fui una tonta, ay ni siquiera se que estoy diciendo justo ahora. 

— ¿Canille estas llorando? ¿Estas bien? Deberías pasar, no te ves bien. 

No dije nada mas, estaba llorando tanto que aunque lo intentara no hubiera podido. Me lance a el, enrosque mis brazos en su cuello, el me atrapo de inmediato, me estrecho entre sus brazos y me di cuenta de lo mucho que necesitaba esto. 

— Lo siento tanto Anther, por todo lo que te hice y por todo lo que tuviste que pasar, debí estar ahí. Lo siento, perdóname, eres mi mejor amigo y no sabes cuanto te e echado de menos.

El dejo que terminara de llorar, nos separamos y me miro sonriendo. 

— Te perdone hace mucho Nille, solo estaba esperando que dieras el primer paso. Tu también eres mi mejor amiga y también te e echado de menos.  

— No me equivoque, eres maravillosos Anther Tonc. 

— Eso ya lo sabia — ambos nos reímos —. Vamos, te acompañare a tu casa. 

— ¿Cómo en los viejos tiempos?

— Como en los viejos tiempos. 













Espero pronto poder hacerles la estética de Canille y de Tinna, también de los otros personajes. Muchas gracias por llegar hasta aquí, los aaaaaaaamo.❤






La teoría del caos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora