Anther
Habíamos cumplido con la segunda semana de detención, por fin el castigo había terminado. Aunque en realidad no fue tan malo como pensé que seria, contrario a ello me la pase realmente bien junto a los chicos que ahora era mis amigos mas cercanos, mas bien, los únicos amigos que tenia. Todo eso me hacia preguntarme constantemente hacia cuanto no me la pasaba tan bien, ni siquiera lo recordaba, ideas distorsionadas de mi familia me llegaban a la mente pero ninguna de ellas se sentía del todo agradable ya que el sentimiento de culpa y tristeza terminaban opacándolas.
Me preocupaba un poco que pudiéramos distanciarnos, sabia que Nathaniel estaba en otro grado y no podría pasar todo su tiempo con nosotros así que eso no me preocupaba. Canille era prácticamente mi vecina y ahora que habíamos arreglado las cosas nos frecuentábamos seguido. Emell era el problema, habíamos empezado nuestra relación de una mala manera, no fui muy amable con el en un principio así que me asustaba que el eventualmente se alejara, pero, ¿Por que me tenia tan preocupado aquello?
Llegue a la sala de música aquella tarde, el profesor estaba sentado en el escritorio, apunte mi nombre en la pizarra y fui al rincón donde estaban los tres chicos que sin saber ponían una sonrisa en mi rostro.
— Anther cariño, llegas tarde —Canille lucia muy feliz y bastante bonita, llevaba un maquillaje bastante curioso.
— Lo se, lo siento, ¿De qué hablaban?
— Hablamos de pollas y lubricantes, no creo que te interese demasiado bonito.
— No sabes Nathaniel, es mi tema favorito en el mundo — cerré los ojos y fingí admiración — pollas y lubricantes, un tema sublime, precioso.
Emell soltó una risita, pensé durante un momento que su risa no era escandalosa pero tampoco era tímida, realmente era linda, pero, ¿Por que tenia que pensar en la risa de Emell?
— Anther, si realmente quieres que me case contigo tendrás que dejar el sarcasmo, te ves sexy utilizándolo pero no me va.
— Dejaría todo para que te cases conmigo, amado Nathaniel.
— ¿Tu heterosexualidad por ejemplo? — Emell se había metido a la conversación. Parecía molesto, a juzgar por sus expresiones sospechaba que estos juegos no le gustaban.
— Si, hasta eso — Me acerque a Nathaniel bruscamente, Canille soltó un gritito. Nath a centímetros de mi se echo a reír.
— Sabes que podría besarte justo ahora, bonito.
— No lo hagas, no quiero que tu novio me golpee.
Nos alejamos, Nathaniel se acostó en las piernas de Canille y yo me senté junto a Emell. En algún momento el profesor había dejado el aula sin siquiera avisarnos.
— ¿Cómo se llama tu novio Nath? — pregunto Canille.
— Mi querido novio se llama Ethan, un nombre precioso ¿Verdad? En realidad el es precioso, me encantaría que lo conocieran.
— Si es un nombre muy bonito —Canille acariciaba su cabello — ¿Cuánto tiempo llevas con el?
— Si mis cuentas no fallan, llevamos juntos 5 años. Salimos desde que yo tenia 14 años, el tenia 15, solo es un año mayor pero es tan inteligente así que ya esta en la universidad, en una muy buena por cierto.
— No me jodas, cinco años es demasiado tiempo —no pude evitar sorprenderme.
— No se siente así, aunque hemos tenido peleas realmente fuertes nuestra relación sigue sintiéndose agradable, como un espacio seguro y feliz.
ESTÁS LEYENDO
La teoría del caos.
Dla nastolatkówEmell; un chico con amabilidad de sobra y bastante simpatía, una vida poco acogedora y una gran sonrisa siempre. Anther; un joven con un complejo de superioridad demasiado grande, superficial y egoísta. Hasta ahora sus vidas tienen cierta proporci...