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Emell

Era domingo por la mañana, mi abuela salió desde el viernes ya que mi tía había empezado con labor de parto y ella quería acompañarla. Me tuve que quedar solo en casa y como era de esperarse no tenia ningún plan divertido. 

Decidí levantarme hasta muy tarde, me prepare de desayunar la única delicia culinaria que podía: Cereales. Intente ordenar la casa y para cuando termine estaba a poco de entrar en un colapso de aburrimiento. Me tumbe en el sofá y me puse a ver una serie, cuando tome mi celular este vibro, supuse que era Canille. 

Numero desconocido: ¿Había deberes?

¿Qué?

Numero desconocido:  Tarea genio, ¿Había tarea?

¿Quién eres?

Numero desconocido: Olvide que no eres muy listo, soy Anther, el fabuloso chico que va en tu clase ¿Había tarea si o no? 

Oh ya veo, lo siento. No, me parece que no había ninguna tarea pero ¿Cómo conseguiste mi numero?

Anther:  Gracias de todos modos, respondiendo a tu pregunta Nath nos metió a un grupo ¿Ya lo olvidaste? Llame a Canille pero no me respondió. 

Si, tampoco me a respondido a mi ):

¿Estas listo para detención mañana?

Anther: No. Imagino que debes estar demasiado aburrido como para seguir hablándome, ¿Verdad? 

Tal vez. 

Anther: Apuesto a que estas acostado mientras ves algo aburrido en la televisión. 

¿Estas espiándome a caso?

Anther: No, es lo que hacen los idiotas en domingo. 

¿Estas haciendo lo mismo verdad?

Anther: Si.

Necesito hacer algo o moriré de aburrimiento ¿Tienes planes?

Anther: Si los tuviera no seguiría hablando contigo. 

Tengo una idea maravillosa.

Anther: Guardatela. 

No, será mas divertido entre dos ): 

Anther: Primero deberías invitarme un café, pervertido. 

Oye, no me refería a eso, que mente tan sucia tienes. 

Se estreno una película hace poco y muero por verla, vamos juntos. 

Anther: ¿Esa es tu maravillosa idea? Pude pensar en cien mejores. 

Pero no lo hiciste. No puedes negarte, pagare las entradas y tu los dulces ¿Qué opinas? 

Anther: Opino que el que invita debería pagar todo. 

Oye no abuses ): 

Anther: Solo bromeo. Esta bien, paso por ti a la entrada de la escuela en una hora, si te demoras me iré. 

¡Si, genial! ¿Dejaremos de ser un par de idiotas? 

Anther: Lamento informarte que no. 

Bueno que más da, ser idiota también es divertido, nos vemos en una hora. 

Termine de enviar el ultimo mensaje y deje mi celular en el sofá. Subí las escaleras tan rápido que al llegar a mi habitación el aire me faltaba. Estaba realmente emocionado, a decir verdad siempre había amado ir al cine y el hecho de que Anther aceptara lo hacia mejor, me agradaba la idea de crear una relación mas solida con el aunque no sabia muy bien el por qué, aunque comenzaba a sospechar de un sentimiento curioso en mi pecho que solo aparecía cuando estaba con el. 

Cuando termine de alistarme salí de mi casa no si antes llamar a mi abuela para avisarle. Llegue al instituto con tiempo de sobra así que tuve que esperar a Anther. Para no aburrirme decidí contar a las personas que pasaban por la calle, al final conté una docena y para ser honestos, me aburrí mucho más de solo verlos, me preguntaba si algún día yo luciría como una de esas personas aburridas. 

Un claxon me saco bruscamente de mis pensamientos. Un auto se había estacionado frente a mi, vi la ventanilla de este bajar lentamente para dejar ver a un chico que conocía muy bien. 

— ¿Piensas quedarte ahí todo el día? Mueve tu trasero y sube ya. 

Realmente no sabia mucho de autos, pero el suyo parecía ser un modelo viejo y el color negro me hizo pensar en que combinaba perfecto con Anther. Una vez que me subí pude notar que era bastante agradable por dentro, los asientos, el tablero y el volante estaban tapizados. 

— Tienes un bonito auto —dije. 

— Dicen que todo se parece a su dueño ¿No es así?

Puse los ojos en blanco y el soltó una risita burlona. No hablamos mucho en el trayecto al cine, me dedique a observar el interior de su auto en silencio. Sobre el tablero había un par de cajetillas de cigarros y en el porta vasos una lata vacía de redbull se tambaleaba. Del espejo retrovisor colgaba un collar que llevaba un anillo como dije, me pregunte si pertenecería a alguien importante, quizá a una chica aunque el anillo era bastante grande para eso, quizá era suyo y yo estaba haciéndome demasiadas ideas. 

— Ya llegamos  — Anther había aparcado ya y me miraba con atención. 

Mientras el apagaba el carro, baje la visera para revisar mi cabello. Al lado del pequeño espejo había una fotografía que no pude pasar por alto, en ella pude reconocer de inmediato a un pequeño Anther, debía rondar los 12 o 13 años, junto a el había un chico que de no ser por el color de cabello oscuro habría jurado que era el Anther que conocía así que supuse que era su hermano. Tras ellos había un hombre bastante alto que también se parecía bastante a Anther exceptuando el color de cabello, junto a este había una preciosa mujer castaña, al ver la enorme sonrisa de esta de inmediato supe que se trataba de su mamá porque era exactamente igual a la de el. 

«Chico perfecto, familia perfecta» Pensé, lo envidie por un momento, su familia parecía tan feliz que incluso se veía irreal. 

— Date prisa, ¿Qué tanto estas mirando?

Anther se inclino para mirar mientras sonreía, para cuando vio la fotografía aquella sonrisa se desvaneció por completo. Jamás había visto algo como eso, era como si toda iluminación lo hubiera abandonado y de un momento a otro su matiz se hubiera vuelto opaco. Cerro la visera de un golpe y salió del auto. 

— Entremos ya Emell, no alcanzaremos la función. 

Se mantuvo en silencio mientras comprobamos las entradas y también los dulces, no un silencio agradable, mas bien uno bastante incomodo. Antes de entrar a la sala sentía que debía decir algo pero no sabia exactamente qué. 

— Anther —comencé al fin. 

— ¿Podemos no hablar de eso? No es una historia agradable y hoy solo quiero ser el chico que vino al cine con otro chico y esta secretamente feliz. 

— ¿Estas secretamente feliz? —pregunte intentando no sonreír. 

— Si te lo dijera ya no lo estaría secretamente, entonces no lo sabrás. 

No pude evitar reír y Anther también lo hizo. Mientras lo veía confirme lo que momentos antes había pensado al ver la sonrisa de la mujer en la foto, que su sonrisa era preciosa. Porque lo era, su sonrisa era preciosa y para ser honestos el resto de su cara también. 






Solo pasaba a decirles que los quiero muchísimo. No saben lo mucho que me ayuda y lo feliz que me hace su apoyo, cuando votan, cuando comentan, o cuando agregan mis historias a sus listas me transmite una felicidad tan bonita. Gracias por leerme y darse el tiempo de apoyarme, los quiero demasiado, no miento cuando en cada capítulo les digo que tienen todo todo mi amor, en verdad lo tienen.♡

soporten mi sentimentalismo pls, solo me pasa a veces.

La teoría del caos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora