PET [RinGry]

5.

Caminaba tranquilo con medicina en su mano derecha, iría a descansar a casa, Nahoya había notado su dolor de garganta y creyendo que estaba resfriado lo mando a casa como un pequeño descanso, si supiera que su "resfriado" era debido a una persona seguro le había puesto el cucharón en la cabeza por no cuidarse.

Era la primera vez que su garganta dolía, había masturbado con su boca a sus anteriores compañeros sexuales pero ninguno había hecho lo que aquel idiota, por poco le folla el cerebro.

Apuntando la clave de su apartamento sintió su celular vibrar, era un llamada, entrando contestó.

- Naho, ya llegué a casa, no te preocupes, descansaré apenas tomé la medicina - con una corta mueca sobó su garganta, dolía.

- ¿Estás enfermo algodoncito? - abriendo sus párpados con sorpresa brincó en su lugar mirando la pantalla del celular - Oh, y yo que quería divertirme un rato contigo - llevando de nuevo su celular a su oído sobó su entrecejo molestó.

Solo le hablaba cuando quería coger, era tan jodidamente molesto, pensaba que le hablaría una vez a la semana o por mucho dos pero al parecer estaba equivocado.

- No tengo las energías para tener sexo contigo hoy Rindou, será en otra ocasión - cerró la puerta tras él aún molestó, su dolor de garganta era culpa de ese imbécil.

¿Tendría que descansar siempre después de salir con él? El día del contrato también se dejó llevar y termino en cama al siguiente día con parches para el dolor en su espalda baja.

- ¿Quién dijo que el sexo es la única diversión? Me sorprende tu concepto de diversión pequeño, esperaba que fueras más inocente - paso su mano por su rostro, quería golpearlo por el tono divertido que uso.

- No conozco más conceptos tuyos de diversión - escuchó un bufido de la otra línea.

- Sal del apartamento, hay una limusina esperando en la calle, te traerá aquí. No te lo estoy pidiendo pequeño, es una orden - colgó dejando al menor en shock ¿Lo estaba vigilando? Ayer no sé había puesto a pensar el cómo supo dónde trabajaba porque era fácil darse cuenta, incluso Hanagaki lo había encontrado... Aunque él era periodista.

Tirando su celular al sofá giró frunciendo su nariz, estaba muy enojado, odiaba que lo vigilen, había aguantado a Nahoya por su paranoica idea de que le podrían hacer daño pero que otro lo hiciera sin su permiso... Suspiró saliendo de su hogar, tomará los medicamentos en la limusina de aquel tipo psicópata.