Me sentía fuerte, orgulloso y bello al caminar por el pasillo. Déjalo asustado,indefenso y solo. Deja que pruebe cómo se sintieron las ocho chicas muertas al perecer solas en la oscuridad, es por dejar a Sombra ser esclavo en el castillo en el que había sido un príncipe o por hacerme saber que estaba condenado y nadie me salvaría.Deja que lo pruebe y muera —si podía—. Quería creer que la oscuridad lo mataría, que lo quemaría hasta los huesos, y de los huesos hasta cenizas. Entonces lo imposible se convertiría en verdad: mi deber cambiaría. No sería necesario destruir lacasa conmigo dentro; con el Bondadoso Señor muerto, los Resurgandi tendrían todo el tiempo y la libertad necesaria para solucionar el cataclismo sin tener que sacrificarme y yo podría irme a casa a decirle a Padre que había vengado a Madre, apedirle perdón a Harry en vez de susurrárselo a un espejo.
Pero recordé todas las historias de gente que intentó sin éxito matar al BondadosoSeñor. Aquellas sombras podían ser un arma más apropiada que un cuchillo, pero nopodía creer que funcionara. Que el demonio que mandaba sobre todos los otros muriese tan fácilmente. Lo más probable era que Theo sufriera hasta al amanecer y luego se recuperase.Había historias de gente a la que había engañado y llevado terribles destinos, tales que, aun estando vivos, suplicaban por su muerte. Incluso si todo lo que conseguíaera darle unas cuantas horas de dolor, al menos me habría vengado, en cierta medida—por lo de mi madre, por Oliver y por todas las personas a las que había engañado hasta matarlos y las que había destruido con sus demonios. Y, mientras él estuviera ocupado, a lo mejor podría encontrar la forma definitiva de matarle.Abrí la puerta de enfrente y vi el Corazón de Agua.
—¡Sombra! —grité impaciente. Quizá él sabía qué fue de mi cuchillo o qué debía hacer a continuación. Quizás Theo moría aquella noche y me liberaba.Pero no fui capaz de encontrarlo. Me dirigí al centro de la habitación, pero novino. Estaba solo y aquella noche las luces no me llamaban la atención. Observé mi rostro, reflejado débilmente en las tranquilas aguas. Me recordó la cara que tenía Harry cuando la dejé; pálida y con los ojos abiertos de par en par.
«Ahora ya la he vengado», pensarlo me hizo recordar la cara de Theo, llena del mismo terror al cernirse la oscuridad sobre él.Sacudí la cabeza. No era lo mismo. Harry era bondadoso y amable y no merecía otra cosa que mi amor, al contrario que Theo, que mantenía a sus esposas muertas como trofeos y no merecía nada más que mi odio.El Corazón de Agua, siempre tan hermoso, me pareció vacío y raro. Salí,abriendo puertas a ciegas y girando esquinas hasta súbitamente, llegar al comedor. El cielo era totalmente negro, aterciopelado, a excepción de la media luna plateada.Lámparas de araña colgaban del techo, dando luz a la mesa, llena de platos vacíos y cubiertos limpios. Di un paso adelante, apoyándome en la mesa mientras recordaba la sonrisa de Theo por encima de su copa de vino.
«Me gusta tener un esposo con un poco de malicia en su corazón».Cogí una de las copas de vino y la lancé al otro lado de la habitación. Otra le siguió. Entonces, lancé platos contra el suelo y arrojé los cubiertos. Tiré los candelabros contra la pared y agarré una bandeja vacía y empecé a golpearla contra lamesa.Y entonces me di cuenta del ridículo que estaba haciendo. Se me cayó la bandeja.Las lágrimas escocían en mis ojos. Las aparté, pero aparecieron más hasta acabar llorando frente a la mesa de la cena.Había hecho lo que dos cientos años de Resurgandi
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PRIS AVEC LA BÊTE
FanfictionDesde su nacimiento, Neville ha sido prometido al malvado gobernante de su reino, todo por un trato temerario de su padre, desde entonces han estado entrenándolo para matarlo, traicionado por su familia y obligado a obedecer, Neville clama contra su...