Cuando Emilia abrió los ojos y se encontró nuevamente sobre la plataforma de la máquina del tiempo, sosteniendo la mano de Nat y en la otra la Gema del Alma, sintió expandirse por su pecho una sensación de alivio inigualable.
Estaban todos ahí, Steve, a su lado, lució un uniforme verde en cuánto el traje cuántico desapareció, obviamente pertenecía a otra época, igual que el traje formal de Tony, pero fuera de eso estaban bien. Sin rasguños, sin heridas graves, todos sanos y con vida.
No podía ni siquiera imaginarse que hubiera sido de otra forma.
—¿Las tenemos todas? — preguntó Bruce, repasando los rostros de sus amigos con detenimiento.
Scott asintió emocionado.
—¿Lo hicimos? ¿En serio funcionó? — con un consuelo palpitante, Rhodey los miró en espera de alguna confirmación verbal.
—No puedo creerlo — Emilia soltó una pequeña risa cansada, en tanto apoyaba la cabeza en el brazo de su novio — Oigan esto fue... aterrador. No hay que volver a hacerlo ¿Están de acuerdo?
—¿Qué? Yo creí que te habías divertido — bromeó Natasha, haciéndola reír — Yo por mi parte, descubrí que con una Emilia me basta y me sobra.
—Graciosa.
—Pues no querrán saber lo que descubrí yo — Rocket, negó con una mano sobre el puente de su nariz — El gordo sigue siendo digno.
—Tiene razón — Thor hizo girar su martillo en su mano, la sonrisa de satisfacción y orgullo en su cara era gigante y obviamente Scott no pudo evitar preguntar como lo había recuperado.
Entre ellos intercambiaban historias y risas mientras salían del Complejo de entrenamiento. Eran conscientes de que aún quedaba un largo camino por delante para recuperar a los demás pero al menos se debían un momento de "relativa normalidad" después de conseguir todas las gemas con éxito.
El único que estaba inusualmente callado y pensativo era Steve y Emilia por supuesto que lo notó.—¿Estás bien?
El Primer Vengador levantó la cabeza y por primera vez desde que regresaron, sus ojos azules conectaron con los suyos esmeraldas.
Las comisuras de sus labios se curvaron hacia arriba formando una sonrisa, aunque esta no le llegó a los ojos.—Bien — se inclinó y la platinada creyó que la besaría pero sus labios fueron a parar a su frente en un gesto dulce — Estoy feliz de que lo hayamos conseguido y de que estemos juntos.
Emilia sabía que era sincero, pero por alguna razón sentía que había algo más que no le estaba diciendo. No era normal que después de tal victoria, estuviese tan poco animado.
—Iré a darme un baño.
—Creo que todos deberían hacerlo — repuso Tony, antes de que el rubio pudiera marcharse — Con Bruce trabajaremos hasta tarde en el laboratorio, mientras más rápido tengamos listo el guante, mucho mejor.