No es cierto...
Me quedo petrificada en mi sitio, sintiendo que podría desmayarme y al mismo tiempo volverme loca bajo el escrutinio de esos ojos azules profundos que no dejan de mirarme, perplejos.
¿Ahora qué se supone que le diga?
Siento como Natasha se mueve a mis espaldas, no sé que hace pero un segundo después la veo pasar por un lado mío para dirigirse a la salida.
—Yo vigilo — dice y sin más cierra la puerta, dejándonos en un ambiente mucho más íntimo y personal, lo que me obliga a reaccionar.
—Buck, escucha...
—No — Bucky alza las manos y al instante me callo, viéndome acorralada por el pánico cuando niega con la cabeza — No me incumbe ¿Sabes qué? Ni siquiera escuché nada, yo no sé nada.
Se da media vuelta sobre sus talones dispuesto a irse pero rápidamente lo sigo. No pienso lo que hago, solo sé que no puedo dejarlo ir sin antes haber aclarado un par de puntos y por eso lo tomo por el codo y lo obligo a mirarme nuevamente.
—No, escucha Buck, sé que Steve es tu amigo pero no... no puedes decirle nada.
—Pero...
El rechinar de la puerta lo interrumpe y nos hace voltear, la luz se filtra iluminando nuestros rostros, incluso haciéndome entrecerrar los ojos por la comodidad de la semioscuridad a la que ya me había acostumbrado y que repentinamente desaparece.
—Mierda — escucho al pelinegro murmurar por lo bajo y la verdad no entiendo su reacción hasta que Steve aparece frente a nosotros, mirándonos con el ceño fruncido, los hombros tensos y una postura sinceramente intimidante.
Quiero preguntar por qué el evidente mal humor pero luego recuerdo que acaba de encontrarme encerrada con su mejor amigo en el garaje de Tony, susurrándonos a gritos. Por no mencionar que sigo sosteniendo su brazo como si mi vida dependiera de ello.
En un movimiento que intento se vea casual y que por supuesto no me haga parecer como que acabo de hacer una travesura, suelto a Bucky. Pero él no se marcha de mi lado y tampoco deja de mirar a Steve, por el contrario le sostiene la mirada, casi desafiándolo a decir algo de una vez por todas.
Yo solo me doy un golpe mental cuando veo a Natasha haciéndome señas desde afuera.
—Nos esperan para comer — sale de su boca en un tono seco.
—Claro, ya vamos — responde Bucky, dedicándome una última mirada que grita: "Hablaremos de esto luego", antes de encaminarse a la salida.
Quisiera decir que eso me tranquiliza un poco pero la verdad es que me pone peor porque Steve nota el pequeño gesto y las ligeras arrugas en su frente que en un principio apenas se notaban, terminan por marcarse con rudeza, dándole a su semblante un aspecto entre molesto y confuso.