Get This Thing Started

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Tras varios intentos para derrotar a Thanos y sus experiencias pasadas, Tony entendió que allí, en ese campo era el momento perfecto para acabar con él. El guantelete estaba perdido en algún lugar bajo tierra y el titán no tenía a nadie cubriéndole la espalda, así que él no escatimaría en esfuerzos. 

Cuando pisó tierra nuevamente, en la zona de la espalda de su traje se abrió una función que incorporó a raíz de lo que sucedió la primera vez que se topó en el bosque con el Dios nórdico. 

—Ok, Thor dame — el propósito era usar a la par la energía de la Stormbreaker y del Mjölnir del rubio para potencializar la fuerza del rayo repulsor y así, reducir al gigante morado. 

Era todo parte de un intento por crear alguna clase de convergencia entre sus habilidades y al principio funcionó, no obstante, no fue suficiente para sacar ventaja sobre Thanos, quien reaccionó rápidamente e hizo lo propio al girar de forma precipitada su espada, logrando contener el ataque al usarla de escudo. 

Tony no se rindió y Thor pensó que podía aprovechar aquella ventana de distracción para hacer un segundo movimiento. Alzó su martillo y con la otra mano con la que sostenía la Stormbreaker, lo golpeó con toda la fuerza que pudo, lanzándolo en dirección hacia el titán. 

Fue arriesgado y al mismo tiempo una respuesta determinada de parte del asgardiano. El poder de aquel impacto podría haber echo todo más fácil para la triada de Vengadores. Pero en esta historia los hubiera no existen, nuestros protagonistas no tienen de otra más que sentirse arrepentidos y culpables por lo que pudieron hacer diferente, como Thor cuando vio que Thanos golpeó al millonario con la espada y posteriormente lo tomó a modo de escudo. 

El martillo impactó de llenó contra la armadura de Iron Man, dejándole fuera del alcance del titán. Todo ocurrió demasiado rápido, Tony no se levantó de inmediato y Steve entendió que era momento de intervenir. Se acercó al gigante con seguridad y tomándolo desprevenido, consiguió propinarle un par de patadas a la cabeza que lo hicieron tambalearse en su lugar. 

Aquel enfrentamiento, inevitablemente trajo a su mente los recuerdos de la batalla en Wakanda cinco años atrás. Era aterrador, como de parecidos lucían los escenarios en su cabeza, aunque esta vez deseaba poder hacer más. Continuó haciéndole frente al titán hasta que este soltó un furioso puñetazo contra su escudo, la fuerza fue tal que lo lanzó varios metros contra una gran roca que automáticamente se hizo pedazos al atravesarla. 

El Primer Vengador apoyó las palmas sobre el piso pero ni siquiera pudo reunir las fuerzas suficientes para levantarse, el golpe le había dejado aturdido y por supuesto, dolorido. La fatiga comenzaba a tomarle los músculos con rapidez, los sentía rígidos y el cansancio mental era otra cosa que le estaba jugando en contra. 

No recordaba que el maldito bastardo fuese tan duro de vencer. 

Poco a poco y tomando respiraciones profundas cada nada, consiguió incorporarse. Seguía sintiéndose descolocado pero rápidamente desplazó el dolor en su cerebro al ver la difícil situación en la que se encontraba Thor. Thanos lo tenía contra una enorme pila de escombros y concreto, la Stormbreaker apuntaba directamente a su pecho y con cada fracción de segundo que pasaba y esta se movía, Steve se ponía más nervioso. 

Aprisa, sus ojos recorrieron las inmediaciones, encontrándose pronto con el martillo tirado a unos cuantos metros del Dios del Trueno.

Dudó por un momento. 

Reconocía aquella arma, sabía cuán poderosa y útil podía llegar a ser porque había visto a su amigo utilizarla en batalla miles de veces. También la había sostenido, y en su mente parecía que había pasado toda una vida desde aquella noche en la Torre cuando lo retaron a levantarlo, todo como parte de un juego infantil. 

L E G E N D S [Steve Rogers] IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora