L E G E N D S [Steve Rogers] IV

Destiny Fulfilled

«Vamos, despierta»

Emilia escuchaba aquella voz aislada en su cabeza, no podía reconocerla y aunque luchaba por abrir los ojos, su fuerza era nula. Los párpados le pesaban como si cargaran rocas en lugar de pestañas. 

—Vamos, tú puedes. Despierta — la removieron con cuidado, entonces el dolor agudo se hizo presente — ¡Despierta, Emilia!

La platinada abrió los ojos de golpe, encontrándose con una oscuridad mucho más opaca que la de su inconsciencia. Su mente comenzó a llenarse de imágenes, evocó los recuerdos de los últimos minutos antes del ataque y lo primero para lo que su cuerpo reaccionó, fue intentar levantarse. Sin embargo, las manos de Clint sobre sus hombros se lo impidieron. 

—No, no, espera. Tómatelo con calma. 

Emilia obedeció y se quedó tumbada en el suelo. Poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la poca luz del lugar y alcanzó a distinguir el montón de escombros que los rodeaban, la luz roja intermitente iluminaba parcialmente el rostro del arquero. 

—Oh, mierda — soltó un débil quejido cuando intentó moverse. 

—Te digo que esperes. 

—No, está bien, voy a levantarme. Si me quedo más rato tirada en el piso me van a dar ganas de morirme — dijo y no bromeaba. 

En tanto se iba levantando con ayuda del castaño, fue sintiendo la rigidez pesada en la espalda y en un lado del dorso. Obviamente todo el peso de la caída se lo había llevado esa parte de su cuerpo, igual que su cabeza; tenía pulsaciones en las sienes y un ardor quemante en la nariz. 

Se palpó el rostro con la mano temblorosa, no tenía la nariz rota pero si estaba sangrando y también tenía un raspón en la frente. 

—¿Cuánto tiempo llevamos aquí? 

—¿Desde que desperté? Unos minutos apenas — suspiró Clint, iluminando con la linterna el interior del túnel. 

Ahí, semienterrado entre las rocas y los escombros, se encontraba el guantelete con las Gemas. 

El arquero hizo amago de tomarlo, pero su acción quedó a medias al escuchar un crujido seco a corta distancia. 

—¿Q-qué fue eso? — susurró Emilia, volviéndose sobre sus talones para mirar su lado del túnel. 

Clint se llevó un dedo a los labios para indicarle que hiciera silencio y luego, con su arco, lanzó una flecha con luz que le permitió alumbrar la parte más oscura. La presencia de aquellas criaturas quedó expuesta y Emilia maldijo en su interior al reconocerlas de la batalla en Wakanda. 

—Larguémonos de aquí — tomó el guante y echó a correr en dirección contraria, con Clint siguiéndole el paso y los Outriders pisándoles los talones. 

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Lo primero que hizo Thanos tras teletransportarse de su nave a la Tierra, fue observar el panorama caótico con soberbia parsimonia.