𝑻𝒉𝒆 𝑬𝒏𝒆𝒎𝒊𝒆𝒔 (𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆) Pt 1

ƒєєℓιηgѕ вєтωєєη υѕ

NARRA T/N:

Salir a caminarcon mi madre y nos cruzamos con Lily por un parque. Nos acompaño en nuestra caminata, apreciando el cielo anaranjado y el sabor del helado. A Eileen se la vio salir con muchas bolsas, parecía salir de las compras. Denise quiso ayudarla.

—Déjame ayudarte Eileen—dice mi madre tomando una de las bolsas.

Lily tomó otra y yo también. La sra Snape simplemente sonrío por el gesto.

—¿Han venido también a comprar?—pregunta con una sonrisa.

—No, estamos caminando solamente.—contesta mi madre.

Lily y yo comenzamos a caminar, delante de ellas. Hablando hasta llegar a la casa.

—¡No te he contado!—dice ansiosa—¿Te acuerdas de aquel chico de Hufflepuf? John Pheers. Bueno, me ha pedido juntarnos en alguno de estos días ya que pasara unos días con su abuela, y esta por el lugar.—la miro sorprendida.

—No sabia que te gustaba ese tal John.

—Oh, no es que me guste pero... bueno tu sabes. Ha sido muy dulce y atento últimamente que no pude, no rechazarlo.

—Espero que no nos decepcione.—digo sonriente.

—Cambiando el tema. ¿Te molestaría que invite a Severus a caminar con nosotras?—pregunta con una mueca.

Mire hacia delante con cara seria.

—No creo que sea buena idea después de los sucesos ocurridos anteriormente.—empiezo a decirle—Tampoco creo que él quiera venir. Yo no tengo problema en que venga, simplemente lo ignorare.

—No te preocupes, lo convenzo fácilmente.—dice segura.

Dejamos las bolsas en la puerta, y Lily habló con Snape. Dicho y hecho, lo convenció. No se como, tampoco preguntaré. Mi madre fue hasta la casa sola, dejándome con los antes mencionados a pasar la tarde. O lo que restaba de ella.
Así fueron los siguientes días, de igual manera. Pero en una conversación a secas con Snape, y una amable con Lily. Algunos días los pasaba con los merodeadores, otro con las Black.
Estaba sentada con la espalda apoyada en un árbol, y una vista a un lugar no tan lleno de personas, y un cielo celeste y rosa. Leía un libro antes de que alguien llamara mi atención. Escuche un suspiro molesto detrás mío. Al darme la vuelta de reojo, veo a Snape.

—¿Ahora me persigues?—digo volviendo mi mirada al libro.

—No seas patética.

—¿Entonces lo llamaremos casualidad?.

—Tampoco.

—Entonces vete de una buena vez.

—N... no, vete tú. Este es mi lugar.—dice molesto.

—¿En serio eres así de inmaduro Snape? ¿Por qué no mejor vas a existir en otro lugar? Molestas.—espetó seria.

Cerro sus puños y miro al suelo. Pongo los ojos en blanco y me levanto. Al verlo tenía sangre en su labio, como si le hubiesen golpeado, mis ojos se abrieron como platos. Snape trato de taparlo pero ya era tarde.

—¿Qué te ha ocurrido?—digo acercándome hacia él.

Este retrocede a cada paso que daba. Detuve mis pasos. Y nos quedamos en silencio.

—Snape...

—¿Puedes no preguntar e irte? Por favor.—dice sin mirarme.

—Prometo no preguntar.